martes, 8 de junio de 2021

Calcines, Tarmañones, Cochata y Cantero, por las sierras de Escarrilla

 


IXOS MONS
Punta Calcines (1927 m)
Tarmañones (1971 m)
Punta de la Cochata (1911 m)
Peña del Cantero (1868 m)
Lunes, 9 de junio de 2021

            La australiana Isha Judd, experta en técnicas de autoconocimiento y maestra espiritual, en una de sus frases nos recordaba la importancia del aquí y el ahora, la importancia del estar presente, la importancia del disfrute del momento, lo que aplicado a nuestro terreno le viene al pelo: Si a cada paso estás disfrutando el camino, antes de que te des cuenta estarás en la cima de la montaña.



            Es una buena manera de rebajar ansiedad aumentando disfrute, aumentando felicidad. Y eso es lo que nos proponemos cada día que salimos a la montaña, aumentar nuestra felicidad, porque ella se encuentra en el camino, ella se encuentra en el trabajo, que hay que realizar en sí mismo, más que pensando en la cumbre, que cuando lleguemos ya disfrutaremos de ella también, porque al final se trata siempre de eso, de disfrutar, hagamos lo que hagamos. Y eso es lo que hemos hecho hoy, disfrutar por una de las sierras próximas a Escarrilla, enlazando cuatro cotas, de sur a norte: la Punta Calcines, el Tarmañones (Pimindayuelo para los locales), la Punta de la Cochata (la más vistosa desde la carretera) y la Peña del Cantero. Las dos primeras, las más altas, pero las más amables de subir por sus laderas herbosas, aunque con su inclinación, y las dos segundas suplen su ligera menor cota, con carácter, con mucho carácter, ya que son dos prominencias rocosas que te obligan a echar las manos para coronarlas, especialmente la del Cantero. Pero como la paciencia todo lo alcanza, como decía Santa Teresa, una de las doctoras de la Iglesia, ahí hemos estado disfrutando de la compañía por unas montañas sin excesivo atractivo montañero, pero con unas vistas espectaculares sobre el entorno, especialmente sobre esa sierra de la Partacua que, junto con la de Tendeñera, cierran la Tierra de Biescas por el sur.




            La ruta parte del aparcamiento situado justo en la boca sur del túnel carretero de Escarrilla, en el arranque para visitar El Saldo, ese salto de agua con el que el río Escarra soluciona un tramo de su itinerario en pos del río Gállego. Los primeros compases discurren por bosque de ribera, por el que cruzamos dos barrancos, para salir a una pista a poco más de media hora. La tomamos a la derecha siguiendo las indicaciones de El Saldo. A los cinco minutos tomamos un desvío a la izquierda, y a otro diez más, otro, para seguir ya sin sendero muy definido ganando altura por la pendiente herbosa en la que se va ganando inclinación. Se cruza una zona de turberas, y poco a poco, dejando a la izquierda unas rocas de difícil gestión, se va alcanzando ya visualmente nuestra primera cota, la Punta Calcines, desde donde se nos abre una espectacular vista sobre la cuenca norte de la sierra de la Partacua, con la majestuosa Peña Telera. Una cuenca oxigenada por tres láminas de agua, el pequeño ibón de Piedrafita, otro mayor, el de Tramacastilla y el embalse de Escarra, al margen de otros menores.




            Casi dos horas desde el arranque. Visible desde esta primera cota tenemos la segunda, el Tarmañones, Pimindayuelo para los locales, que se alcanza en cinco minutos. Le dedicamos otro momento de contemplación y disfrute a esta cima, la más alta de hoy, que alberga el recuerdo de dos fallecidos. Seguimos nuestra ruta de sur a norte, y en menos de media hora bajamos los más de doscientos metros para llegar al collado, un buen lugar al abrigo del viento para echar un bocado, bajo la atenta mirada de la Punta de la Cochata, que ya nos ve venir de lejos, y que enseguida acometemos. Y lo hacemos por pronunciado sendero, que al llegar a la zona rocosa se inclina más si cabe, hasta alcanzar la cima, desde la que hay un estrepitoso asome al este, con un circo que forma con la Peña del Cantero, con un inhumano caos de grandes rocas caídas a lo largo de milenios de estas verticales paredes. La Cochata tiene una prolongación hacia el sur, que invita a visitar, aunque con cuidado por la cresta.









            Volvemos sobre nuestros pasos hasta esos montones de piedras que señalan la cima, y descendemos con sumo cuidado, para desviarnos del sendero hacia nuestra derecha en un punto que determinamos idóneo para rodear por el oeste esta peña y dirigirnos hacia el collado que hace con la del Cantero, al que llegamos tras una penosa travesía por una inclinada ladera. Llegados al collado, hay que hacer un cresteo por una zona muy descompuesta, pero que con atención se pasa sin problemas, para llegar a la base de la pared de roca y acometer la subida por un tímido sendero con hitos por una ancha canal. La llegada a la cumbre ofrece más de una posibilidad, alcanzándola finalmente por donde mejor nos parezca. Las vistas no son muy distintas que las que nos han ofrecido las tres cotas anteriores, pero disfrutamos igualmente de ellas.








            Nuestro siguiente objetivo es bajar a la presa del embalse de Escarra, y para ello tampoco hay sendero definido, hay que ir buscándose la vida a base de intuición, primero hacia el norte, para hacer un brusco giro hacia el oeste, buscando accesos hacia el sur y nuevamente oeste, alcanzando finalmente la llanura de la presa que, junto con la extensa lámina de agua del embalse dan tranquilidad. Al cruzarla nos incorporamos al PR-HU 91, que da la vuelta al Pazino, cuyo ascenso sería la guinda de la tarta de hoy, pero que optamos por comérnosla sin ella. Por delicioso sendero vamos abandonando ya este lugar para ir adentrándonos en el bosque. Dejamos a la izquierda el desvío que nos llevaría al collado del Pazino, y al poco más de media hora desde la presa, sale otro a la derecha, que tomamos, y que sigue por bosque, con grandes ejemplares de abetos y hayas. Vamos por el camino de los Forzados, nombre que se le atribuye en alusión a los trabajos de los presos políticos para la construcción del embalse que hemos dejado atrás. Pasa por encima del congosto que hace el río Escarra, que alberga El Saldo.



            A los cuarenta minutos desde el desvío se llega a la carretera vieja, a un punto agraciado por la fuente la Casilla, de buenas aguas, para beber y darse un buen refrescón, que tras 10,9 km, recorridos en 6h 35’, y con 1100 metros de desnivel D+/-, nos lo hemos merecido.


Más fotos y el track.

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