IXOS MONS
Peña Oroel (1769 m)
Miércoles, 17 de abril de 2019
Otra gran ruta que pivota en
torno a la Peña Oroel. Y decimos gran ruta porque combinamos dos de ellas para
realizar el ascenso y el descenso. Partiendo de Jaca, subimos por la poco
frecuentada de las Calzadas, pasando por la ermita de la Virgen de la Cueva, y
el descenso lo hacemos por la ruta normal hasta el Parador, y desde allí, la también más
habitual de san Salvador hasta el punto de partida en Jaca.
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Así luce la Peña Oroel desde el arranque de la ruta, junto a ese monumento a la Educación. |
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Barranco de Ballatás |
Tomamos como punto de arranque la
rotonda de la gasolinera, para dirigirnos por los lavaderos hacia el club de
tenis y subiendo por el ramal asfaltado, tomar el desvío de las Calzadas, donde
ha desaparecido el cartel indicador. Llegados a una bifurcación, se toma la
derecha. En diez minutos dejamos a la derecha la última granja y tomamos el
desvío de la derecha, que conduce al mismo sitio que el de la izquierda, pero
es más cómodo. Y al sitio que conduce es al fondo del barranco de Ballatás, con
su puente que tiene que asomarse para ver pasar el agua al lado, y no por
debajo. Una avenida de agua lo cegó con un montón de grava y piedras.
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Calzada, con el objetivo a la vista |
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La calzada es del tiempo de los romanos,
pero esto es anterior |
Subimos el amplio barranco y
cuando nos acercamos a la carretera de Oroel, sin tocarla, nos metemos por el
ancho camino. Se trata de la Calzada, también cabañera. Cuarenta minutos desde
Jaca. Continuamos por ella para ir metiéndonos por lo alto del barranco de las
Calzadas, dejando al otro lado el cerro Mondaín. Hay que estar muy atentos,
porque a los pocos minutos hay que dejar el evidente sendero, que se dirige a
los polvorines, por otro que surge a la derecha y que se encarama en fuerte
cuesta para seguir nuestro camino, las Calzadas, muy marcadas a tramos. En
media hora desde el comienzo nos topamos con la carretera de Oroel, que
cruzamos, y justo enfrente nos metemos dirección Fontazones, una finca cuya
casa está en plena restauración. Continuamos como diez minutos más y volvemos a
cruzar la carretera, ya definitivamente.
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Primer cruce de la carretera |
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La calzada conserva tramos en muy buen estado |
Una fuerte subida nos espera en
el primer tramo, al que le sigue otros muy descarnados debido a la erosión que
produce la escorrentía en los blandos materiales del suelo. Apenas sin
enterarnos, cruzamos el barranco Fondo, y al poco pasamos junto a la casa
Moquito, que se desmorona en su agonía rodeada, eso sí, de verdes y enormes
campos de cereal. Al cabo de media hora confluimos con la pista que viene
directamente de la carretera de Oroel, dejando a la derecha, en un codo de la
misma, un viejo depósito de agua en pleno barranco.
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Un precioso conjunto de carrascas, aunque parece una sola, junto a Moquito |
Enseguida vemos unas casas, es la llamada pardina de las Fuentes de Sarsa, incluida en la publicación "Fuentes y manantiales de Jaca", editada por la Librería General, de la que fuimos autores en 2016, renovando la anterior edición de 2002. Nos acercamos para probar su excelente agua de cualquiera de los tres caños. Por estos pagos se encontraba una antigua aldea, de la que poco se sabe, y cuya iglesia se trasladó piedra a piedra a Jaca, luciendo en el paseo de Invierno, de la que se echa en falta el crismón, que está en el interior del ayuntamiento.
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Las fuentes de Sarsa |
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En el tránsito por el bosque |
Volvemos unos metros sobre
nuestros pasos para tomar una pista a la derecha, que enseguida converge con la
que traíamos, y que en diez minutos alcanzamos una gran explanada con un
depósito contra incendios y otra fuente de buen agua. Seguimos por la pista de
la derecha. En diez minutos atravesamos la pardina Ordolés y continuamos de
frente por la pista entre el bosque. En momentos sucesivos nos encontramos dos
bifurcaciones, tomando en ambos casos el ramal de la izquierda. A los veinte
minutos de Ordolés dejamos a la izquierda una pequeña cabaña de piedra, y en
otros veinte más llegamos al final de la pista, en una pequeña explanada, en la
que un roquedo nos hace de atalaya sobre un espectacular escenario de toda la
solana de Oroel, con las Sierras Exteriores al fondo. El último tramo de pista
ya fuera del bosque y con fuerte desnivel.
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En la plataforma al término de la pista |
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Cara sur de la Peña Oroel |
De aquí sale un sendero, que ya
por entre bosque de nuevo, nos descansa de la pendiente y nos aporta suave
pisar. Ofrece pocos huecos para ver el exterior, pero si estamos atentos
podremos ver nuestro objetivo, el alto de Oroel con su Cruz. Como en un cuarto
de hora pasamos por un llamativo lugar entre conglomerados, y en otros quince
minutos más alcanzamos el desvío de la ermita, que tomándolo en poco se llega. Causa
auténtica desolación ver cómo dos grandes bloques de conglomerados se han
desprendido del techo natural, en la primavera de 2012, para ocupar todo su
espacio. Es algo con lo que habrá que convivir para el resto de los tiempos.
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In aeternum |
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Fuente de la ermita de la Virgen de la Cueva |
Continuando por el sendero, a
pocos metros encontramos una fuente de permanente manar, y si lo seguimos como
unos doscientos metros más podremos obtener unas extraordinarias vistas sobre
la solana de Oroel. Volvemos sobre nuestros pasos, dejando atrás la fuente y la
ermita para salir al desvío y continuar por el sendero de ascenso a Oroel. El
primer tramo, entre bosque, con buen piso, que continúa ya entre matorral,
mayormente erizones, y con más incómodo pisar. En menos de media hora se llega
a las praderas cimeras, a muy poca distancia del collado de las Neveras. Si optamos
por llegarnos hasta la Cruz, podemos alcanzarla en un cuarto de hora a buen
paso.
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Casa de los romeros, que fue testigo de la tragedia |
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Al poco de salir a las praderas cimeras enfilamos a la Cruz |
Si lo hemos hecho por el sendero
de abajo, entre bojes el primer tramo, podemos volver al collado por el de la
cornisa, que se toma a la izquierda tras el segundo gran montón de piedras. Las vistas que nos
ofrece sobre el Campo de Jaca y el Gran Norte son espectaculares, y no menos
sobre levante y mediodía. Otro cuarto de hora hasta el collado, y ya por el
descenso normal, con sus 33 curvas, en otros tres cuartos de hora, llegamos al
Parador, donde si hemos previsto situar un vehículo con anterioridad se
terminaría nuestra ruta de hoy.
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Llegando, de regreso, al collado |
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Tramo de sendero |
De lo contrario, si hemos de
volver a Jaca añadiremos poco menos de hora y media más. Para ello nos
dirigimos por la carretera que, en poco más de 200 metros, la abandonamos para
continuar por la derecha por el PR-HU 66, que en fuerte y pedregoso descenso,
salvo el último tramo que se puede burlar por un bonito y cómodo sendero a la
izquierda, nos deja en las fuentes de San Salvador. De aquí parte un sendero a
mano izquierda que nos llevaría a los Polvorines, pero el que tomamos es el que
continúa barranco abajo, que pasa junto a una fuente, y tras cruzarlo dos veces
se convierte en pista, que en media hora nos lleva ya a terreno domesticado cerrando
la circular. A continuación solo queda desandar el mismo itinerario que al comienzo
de la ruta, club de Tenis, cruce del río Gas, lavaderos y punto de arranque en la
rotonda de la gasolinera.
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Fuente en el sendero |
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Antiguos lavaderos de Jaca |
Si lo hemos realizado de forma completa,
habremos cumplimentado una larga, pero bonita ruta que discurre por una importante
parte de nuestro patrimonio histórico, como es la Calzada Romana, habremos visitado
la solana de Oroel, la ermita de la Virgen de la Cueva, habremos subido a la Cruz,
lo más alto de la sierra, y bajado por el Parador y la ruta más popular, como es
la de San Salvador. Todo ello suman 28,2 km, que hemos realizado en 7h 45’
de tiempo total, del que 6h 45’ han sido en movimiento, con un desnivel acumulado
total superior a los 1500 metros D+/-.
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