Bernués, su molino
y la ermita de San Alejandro
Martes, 5 de febrero de 2019
"Viene
poca gente, a veces un par de personas, pero aunque esté solo celebro la Santa
Misa de igual modo". Esto me comentaba con su tono habitual así como
socarrón, y me recordaba que "La misa de un humilde cura de pueblo
como yo tiene para el Señor el mismo valor que la oficiada por el Papa".
Conversación extraída de la página de Bernués de www.romanicoaragones.com,
del maestro Omedes, en uno de los encuentros que tuvo con el mosen Benito, párroco
de Soduruel.
Parroquial de San Martín de Tours, de Bernués |
Homenaje a mosen Benito |
El
término Soduruel es una contracción de So d’Uruel, que significa “en el bajo de Oroel”, una zona muy
definida geográficamente, que está situada en la solana de la peña por
antonomasia de Jaca, de hecho estamos en su término municipal, y en
consecuencia en la comarca de La Jacetania, concretamente en su parte más
meridional. Es una tierra muy deprimida demográficamente, pero aún queda alguna
población que resiste, y que con una veintena de habitantes, está situada en el
antiguo camino real de Zaragoza a Jaca, muy próxima a la carretera A-1205, también
llamada de Oroel, o la antigua de Zaragoza.
Puente romano, según autores, junto al molino |
Hablamos
de Bernués, y a sus proximidades nos dirigimos hoy para darnos una vuelta por
sus montes, una corta vuelta, pero intensa, que nos permite impregnarnos de las
esencias de los viejos usos y costumbres que nos evocan la visita a su molino,
que aprovechaba las aguas del barranco del Moro, y a la ermita de San Alejandro
de Larraín, en las faldas del monte del mismo nombre.
Allá que vamos... |
En las casas del molino |
Para
ello, tomamos la carretera descrita, la antigua que unía el llano con la
montaña más occidental de Aragón, y que fue trazada junto a esa calzada romana
que unía el paso desde las Galias hasta la capital del Ebro. Pasado en PK 16, aunque
más cerca del 17, en un apartadero a mano derecha dejamos el vehículo. Justo
enfrente sale el camino, debidamente señalizado, donde damos comienzo a la
circular de hoy. En tan solo un cuarto de hora descendemos como 100 metros de
desnivel hasta llegar a un puente, que dicen romano, que se alza a gran altura sobre las badinas que forma un
precioso congosto que hace el barranco del Moro, y que facilita el paso a la
margen izquierda, donde se encuentran las llamadas Casas del Molino, unas
construcciones diseñadas para ese uso, y que agonizan en franco estado de
deterioro, ya que se despoblaron en la década de los sesenta del siglo pasado.
Una de las dependencias del molino |
Ermita de San Alejandro de Larraín |
Aún
se puede uno imaginar el trasiego de las gentes con sus moliendas, yendo y viniendo
al molino, por estos caminos, desde Bernués y otras localidades vecinas. Visita
obligada al entorno, y nos volvemos a abrazar al barranco del Moro para
abandonarlo al cabo de un rato y seguir el de San Alejandro, que nos conduce ya
hasta el emplazamiento de la ermita del mismo nombre, que calla más de lo que
enseña, y que también debió tener su trasiego en sus buenos años. Dotada de una
nave sin cubierta, con el altar central y dos laterales contiguos. En el central,
es curioso observar los arranques a ambos lados de la bóveda, todo hecho de
tosca, que apoya en los sillares, verticales hasta dicho arranque. Junto al
edificio, otros anejos, espaldados, y que dan testimonio de habitual recurso
para personas y animales.
Badinas junto al molino |
Estamos
a unos 895 metros de altitud, en las faldas del monte Larraín que, con sus 1311
metros de altitud, da apellido al santo que advoca la ermita, y que hace de güega
con el vecino municipio de Caldearenas, perteneciente a la comarca de Alto Gállego.
No hemos encontrado reseña alguna que ponga fácil la subida a este monte, así
que… media vuelta hasta el molino, donde continuamos con la circular en dirección
a Bernués, por mejores caminos y pistas conforme nos vamos acercando, y que
dejan a uno y otro lado viejos campos de labor con sus casetas.
Llegando a Bernués |
Casa típica montañesa |
En cuarenta minutos llegamos a este tranquilo pueblo, que bien merece
una visita, al menos a su iglesia de San Martín de Tours, en cuya entrada han
inmortalizado a mosen Benito, el incansable párroco de Soduruel. Sólo queda ya
el paseo por la carretera local hasta la de Oroel, a la que se sale justo
enfrente de la que sube a San Juan de la Peña. Otro breve tramo de asfalto y
llegamos al coche, tras haber andado algo más de 7 km, en un tiempo total de 2h
20’, del que 1h 45’ ha sido en movimiento, para salvar un desnivel acumulado de
en torno a 350 metros D+/-, en una mañana en la que las nubes volaban alto y
nosotros bajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario