IXOS MONS
Sierra Caballera
Sábado, 14 de enero de 2017
El frío paraliza, ralentiza, pero
no sólo los fluidos, no sólo en el mundo físico, también en el mental, y sobre todo
en el afectivo. Se dice que se enfrían las relaciones personales, de las
civilizaciones, de las naciones… En el mundo natural, ya desde el otoño la vida
se va replegando hacia el interior, hacia el seno del ser, como preparándose para con más ahínco pasar el invierno. Lo vemos en gran medida en el reino
animal, menos en el vegetal, y no tanto en el mineral, que es más resistente.
Pero este frío que nos llega, lo hace para recordarnos que formamos parte de
este ciclo de la vida, en el que hay momentos de expansión y otros de
contracción, momentos de extenderse y otros de replegarse. Pero en cualquier
caso hay que mantener viva la llama del amor por las montañas, hay que mantener viva esa pasión
que no cesa aun estando por debajo de los cero grados. El mundo de las montañas
es inabarcable, si no se dejan unas, otras habrá. Y eso es lo que ha pensado
este grupo, que ha buscado en el pre Pirineo lo que en peores condiciones le
ofrece el Pirineo.
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Listos para la marcha |
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Por el soto del río, hacia la entrada del barranco Cuna |
Y ahí estamos, con Javier, Toño,
Carlos, Silvia, Sara, Blanca, Eva, Manuel y Pepe, dirigiéndonos a Bentué de
Rasal, enclavado entre el paco de la sierra de Caballera y la solana de la de Javierre.
Entre éstas y las más orientales de Bonés y Peiró-Gratal, se encuentra la
divisoria de aguas entre el Isuela y el Flumen que marchan al Alcanadre, y el
Garona, que vierte en el Gállego. Hoy hemos puesto el punto de mira en esa
sierra de Caballera, que ampara por el norte a este pequeño y callado valle, y
se solaza mirando a la tierra llana de la Hoya de Huesca. Y pudiéndolo hacer,
no lo hemos hecho. No nos hemos aupado a ella, sino que la hemos rodeado como
queriendo tejer una amplia bufanda para que sienta nuestra presencia.
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Barranco Cuna |
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Collado los Pozos |
Bentué de Rasal, ocho y media de
la mañana, dos bajo cero. Diez personas que salen más deprisa que despacio
desde esa plaza donde la fuente de San Cristóbal ofrece sus mejores aguas. Nos
incorporamos al GR 1 o Sendero Histórico, que cruza nuestro territorio aragonés,
en forma de paralelo, atravesando territorios con alto contenido histórico,
como apela su nombre. Concretamente, estaríamos en la etapa de Arguis a Bolea.
Pues ahí vamos, en esa dirección. Las cumbres nevadas de los montes cercanos
nos miran con asombro mientras cruzamos el cauce del Garona y nos vamos
metiendo en el barranco Cuna, que vamos dejando ahí en ese lugar que se ha ido
excavando durante siglos, milenios, mientras nosotros vamos tomando altura por
un zigzagueante sendero que nos va acercando al vuelo de un puñado de buitres
que se han lanzado en busca de las térmicas, creemos que sin encontrarlas
todavía.
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Recinto del pozo |
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Pozo de nieve |
El trazado se suaviza llegando a
una amplia collada, collado Los Pozos, vemos en algún mapa, otrora puerto de
finos pastos y bancales que el tiempo y el olvido van fagocitando. Sin salir
del término, justo antes de llegar al de La Sotonera, cuya capitalidad ejerce
Bolea, encontramos en un sombrío, como no puede ser de otra manera, un pozo de
nieve en buen estado. Aquí confluimos con el Sendero Natural de la Hoya de
Huesca, en un tramo que también une Bolea con Arguis, pero a partir de aquí lo
hace por Sarramiana, sin pasar por Bentué. La visita al pozo y sus alrededores
es breve, el frío no ofrece otra cosa.
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Castillo de Loarre |
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Riscos que se asoman a la Hoya de Huesca |
Nos metemos al bosque, por una
pista que poco a poco nos va dando vista a la soleada Hoya de Huesca, mientras
que va abriendo hueco hacia el NW, dejando entrar un helador viento que invita
a ir ligeros. Los claros del bosque nos van permitiendo ver los pueblos del
llano, y la joya de la corona, ese castillo de Loarre, el románico mejor
conservado de Europa, reconocido como BIC y Monumento Nacional en 1906, y a la
espera está de engrosar la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la
UNESCO, y que tanto juego dio en la reconquista del territorio.
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Un alto en el camino |
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Senderos emboscados |
Poco a poco nos vamos metiendo en
los dominios del Sotón, por barrancos que le rinden, admirando unos riscos
calizos que desafían la gravedad y el tiempo. Seguimos tejiendo esa bufanda por
entre el bosque repoblado, hasta llegar a otro cruce, donde confluyen los PR-HU
108 (Loarre – La Paúl de Aniés) y PR-HU 109 (Aniés – Rasal), que comunican
pueblos y partidas de la redolada. Avanzamos un poco y encontramos una balsa de
agua que entendemos contra incendios, en cuyas proximidades nace el barranco
Mentiroso, y no le preguntamos por qué; y
a continuación una cabaña que bien puede servir de refugio en caso de apuro. Lo
que sí nos apura es echar un bocado, que hacemos espaldados a ella, entre el
sol y el frío viento.
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Vistas del Gran Norte desde las proximidades de la collada Calvé |
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Rallas del barranco de la Foz de Rortiella |
Continuamos ya por otro tramo de
esa pista, hasta que la burlamos por un sendero, que debió ser, y que ahora hay
que ir adivinando. Todo ello hasta llegar, entre erizones, a la collada Calvé,
donde nos encontramos de nuevo con ese PR-HU 109 que se dirige a Rasal. Aquí se
nos abre una extraordinaria vista hacia el Gran Norte, ocupado, muy ocupado, en
quitarse de encima ese marrón que lo tiene atenazado, y que para rato tiene.
Seguimos por la divisoria, que si no la perdiéramos alcanzaríamos lo más alto
de esta sierra Caballera, pero nos desviamos a la izquierda para tomar otro sendero, más vestido
todavía que el anterior, y que en poco dejamos atrás el bosque para con vista
ya al valle del Garona, ir bajando por un sendero, que nos va metiendo en el
llamado barranco de la Foz de Rortiella, que nos ofrece impresionantes rallas
al otro lado. Un sendero que se va convirtiendo en camino, y que por su trazado,
se ve que ha sido muy utilizado antaño, entendemos que de trasiego entre Bentué
y los pastos de altura.
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Llegando a Bentué de Rasal |
Finalmente salimos a una pista,
que nos conduce ya al mismo lecho del Garona y enseguida al pueblo, tras haber
recorrido 20,6 km, en 6 horas de tiempo total, del que casi 5 han sido en
movimiento, para salvar un desnivel cercano a los 1.000 metros acumulados D+.
Un desnivel importante, pero que dada la distancia se ha podido salvar con
comodidad, en una mañana en la que hemos podido apreciar desde la lejanía el
verdadero protagonista de la atmósfera, ese frente que está poniendo al día al
Pirineo.
El track, en: https://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16113330
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