jueves, 19 de enero de 2017

Pelarda, en la cabecera de la Huerva

IXOS MONS
Pelarda (1.512 m)
Sábado, 14 de enero de 2017



            Cuando se dice de algo o de alguien que es más viejo que el río, ya partimos de un dicho y no de una realidad, porque realmente los ríos son muy viejos. Éste que nos ocupa hoy, el Huerva ya era conocido por los celtíberos como Olca, y Bhat Warba por los musulmanes, topónimo que derivó en la Uerba, a partir del siglo XIV, llegando hasta nuestros días con su actual nombre, aunque los viejos del lugar gustan de su vertiente femenina. Un río que desemboca en el Ebro a la altura de la city, tras haber recorrido sus 128 km.

Corrales espaldados
            Pues desde la city, y el padre Ebro, nos vamos hasta bien cerca de los orígenes de uno de sus hijos por la derecha, ese Huerva, o esa Huerva. Sin duda, una buena excusa para echarnos al monte. Nos vamos pues hasta las tierras del Jiloca, esa amplia comarca turolense tan amiga de los fríos. 

Chopos cabeceros

Sierra de la Pelarda
            Y a sus fríos hemos acudido, pero en una mañana radiante, con un sol que bañaba los nevados campos de estas sierras. Partiendo de Calamocha, capital de la comarca, tomamos la A-1508, que nos pasa por Navarrete del Río, y poco antes de pasar el PK 10, sin dejar el TM de Calamocha, sale a nuestra izquierda la A-2513, que pasa por Cutanda y posteriormente por Olalla, en donde nos vamos maridando tímidamente con el barranco de la Riera, que va dejando a uno y otro lado grandes y hermosos ejemplares de chopo cabecero, célebre en esta comarca del Jiloca. Sobre el PK 9, ya estamos a 1.200 metros, y las manchas de nieve que venimos trayendo, y que van salpicando el paisaje, se van consolidando en un completo manto nevado, que tapiza los campos de cultivo, y que junto con la claridad del día dan un aspecto extraordinario.

Desvío para ir al Santuario de Nª Sª de la Pelarda

Comienzo de la ruta
            A un kilómetro más adelante encontramos la entrada al desvío para ir al Santuario de Nª Sª de Pelarda, que aunque se puede decir que está en esta misma sierra, no es a esta Pelarda a donde vamos, sino a su punto más alto. Para ello continuamos carretera adelante, dejando a ambos lados viejos corrales espaldados. Damos comienzo ya al puerto de Fonfría, a cuyo alto, a 1.470 metros llegamos, y a pocos metros de entrar en su término dejamos el vehículo. Desde aquí ya damos vista a la divisoria de aguas del Huerva y el Aguasvivas, dos ríos afluentes directos del Ebro, pero que nacen como enfadados, espalda con espalda, encarando distintos valles. Más abierto a nuestra vista es la cuenca del Huerva, cuyos primeros compases discurren entre la sierra de Oriche, entre Bea y Fonfría, y la de Pelarda, en la que estamos y tenemos que recorrer unos kilómetros.

Torre de vigilancia
Cruce. Seguimos al frente
            Lo único que no blanquea es el asfalto, el resto con nieve dura, lo que la endurecen los -4º de temperatura, que bien se soportan al sol. Estamos en el extremo sur del TM de Bea, y rodeados por dos de los 156 LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) que hay en Aragón, zonas de especial protección reconocidas por la Comisión Europea. Tomamos pues, con cuidado, la pista que va subiendo en dirección NW, con la parte alta de una torre de vigilancia ya a la vista. Vamos por la divisoria entre los términos de Bea y Calamocha. El atronador silencio de la montaña, únicamente es roto por el crujir de nuestros pasos, que poco a poco se van encaminando hacia esa torre entre pinos y pequeñas jaras. Seguimos adelante por la misma pista, que más parece un corta fuegos, y que a partir de aquí dibuja un leve descenso, hasta llegar a un cruce.

Llegando ya al vértice geodésico
            Tomamos la dirección de la derecha, que nos comienza a subir de nuevo, hasta alcanzar ya el vértice geodésico, que elevado sobre una zapata de cuatro o cinco metros orgulloso se yergue como punto más alto de esta sierra. A lo lejos se adivinan los Pirineos, con las sayas blancas que el invierno les ha traído. En lontananza también, aunque no tanto, el padre Moncayo, que luce igualmente sus mejores galas.

Moncayo nevado

Las jaras asoman al sol
            Media vuelta y a volver por donde hemos venido, sorteando alguna placa de hielo, pero la mayor parte del tiempo por nieve dura que cruje bajo nuestros pies. Las pequeñas matas de jara luchan por sobrevivir y asoman sobre la nieve. Llegamos al coche con la mañana “algo más templada”, ya sólo a -3º, pero sin viento, sin partículas que ensucian el ambiente, confiriendo una atmósfera limpia, característica de los frentes continentales, de origen siberiano, a diferencia de los atlánticos, de origen polar, tal y como venían explicando en una emisora de radio.

Olalla, localidad del municipio de Calamocha
            Ya de regreso, al dar vista al sur, se nos ofrecen como telón de fondo las sierras turolenses, con las máximas alturas de la provincia, por Gúdar y Javalambre. Y sin perder ya la vista de la carretera, Olalla, Cutanda y Navarrete del Río, para llegar finalmente al punto de partida de nuestra ruta, a Calamocha, habiendo dejado hecha una ruta que ha habido que ir a su encuentro, y que sólo nos ha entretenido 40’ de tiempo total, en el que hemos disfrutado del paisaje a uno y otro lado de esta sierra, a lo largo de 2,5 km, con un desnivel acumulado en torno a 100 m D+.


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