Puig Ladrón (699 m)
Martes, 10 de enero de 2017
Un sabio del siglo XX decía que
las ideas son seres vivos, que circulan por las autopistas del plano mental, y recomendaba
que al recalar en nuestro intelecto, hemos de estar vigilantes para, antes de
que entren, poder chequearlas y averiguar su naturaleza, y en consecuencia
dejarlas penetrar o no, porque si son luminosas nos harán bien, pero de lo
contrario pueden hacer estragos. ¡Ah!, las ideas. Las ideas son capaces de lo
mejor y de lo peor. Por ellas el ser humano ha progresado, ha evolucionado,
siendo el origen de grandes transformaciones en la humanidad. Pero también por
ellas se pelea, por ellas se mata, por quererlas imponer a los demás se han
cometido verdaderos holocaustos. Por eso se dice que el peor enemigo del hombre
es el propio hombre.
Monumento a los caídos |
Desde que el hombre está sobre la
faz de la Tierra no han cesado las guerras. Se podría decir sin miedo a
equivocarse que en cualquier momento de la historia de la humanidad no ha dejado
de haber una en alguna parte del planeta. En nuestro país, en nuestra patria
chica, en nuestros montes más cercanos, aún se oyen los ecos de la que asoló
alguna parte del territorio hace ocho décadas, enfrentando a pueblos, a
familias, a vecinos, en una guerra fraticida que comenzó por no tolerar las
ideas, y terminó imponiendo otras. Puig Ladrón es uno de los muchos montes de
la Sierra de Alcubierre, que sabe mucho de esas idas y venidas de unos y otros.
En su cumbre, a casi 700 metros de altitud, se erige una gran cruz posiblemente
para exaltar unas de esas ideas tan polarizadas. Allí, en una gran explanada en
la que cohabita un vértice geodésico, no faltan hoy en día las pintadas de uno
y otro bando. Contra la imposición, la revelación. Contra la intolerancia, la inconformidad.
Contra el atropello, la dignidad, la memoria, la libertad...
Camino hacia el bosque |
Entrada al bosque |
En la primera jornada que se ha
decidido el pertinaz anticiclón echarse a un lado y dejar entrar en el salón a
otros bailadores, con esa libertad que preconizamos, nos hemos acercado hasta
Robres para visitar una de las vértebras de la columna vertebral de la Sierra
de Alcubierre. Y desde allí, pasando por la entrada al campo de fútbol y
piscinas, seguimos la pista, que deja campos y granjas a uno y otro lado. Los
primeros 3,5 km son comunes para la ida y la vuelta, por lo que al estar la
pista en buenas condiciones, se pueden hacer motorizados, al fin y al cabo son
7 km sin demasiados alicientes.
Sendero por el pinar |
Muérdago, la planta mágica |
Dejamos el vehículo justo en el
comienzo del bucle, y comenzamos la ruta con la llamada Sierra Alta por delante
de nosotros, ocultándonos nuestro objetivo de hoy, a pesar de ser lo más alto
de la misma. Al cuarto de hora de echarnos a andar, abandonamos la pista para
tomar un sugestivo sendero que sale a mano derecha, y que nos mete en el bosque.
Es sorprendente el cambio de entorno, pasamos de la estepa monegrina al bosque
mediterráneo. Sí, sorprendente. Por un definido sendero vamos dejando a uno y
otro lado gran cantidad de troncos caídos. En un momento determinado se da un
brusco giro a la derecha, acompañado de un fuerte descenso. Pronto salimos a
cielo abierto, a una especie de pequeño collado, a los pies de El Castellazo,
por donde pasaremos a la vuelta.
Llegando a las antenas |
Repetidor de Telefónica |
A partir de aquí, y con el siguiente
objetivo de las antenas a la vista, unas tímidas marcas verdiblancas de SL nos
van subiendo hasta dar con el terminal de una pista, que recorremos unos metros
hasta volvernos a meter ya a otro sendero, que empinado y decidido nos conduce
a la gran plataforma que alberga esos repetidores de telecomunicaciones, a
donde llega una pista, que siguiéndola nos dirigimos hacia la verdadera cumbre
de esta pequeña sierra. Burlamos la pista por otro sendero, que entre el pinar
nos conduce a otra explanada, en cuyo comienzo está el vértice geodésico, y en
el extremo sur esa cruz que simboliza sólo una parte de los caídos… como si
sólo hubiera una parte de caídos.
Monegros de Leciñena |
Monumento a los caídos y vértice |
Estamos en la muga con Leciñena,
y las vistas desde aquí sobre la estepa monegrina, salpicada de pequeños corros
de pino y sabina, son auténticamente impactantes. El viento sigue a su aire.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta las antenas, para continuar con la circular
por la loma de esta sierra a dos aguas. Los campos de cereal se afanan por
subsistir entre el monte. Pasamos por una zona de trincheras, y seguimos por
esa divisoria, hasta que la senda nos baja a una pista que bien se ve que
emplean para el disfrute de BTTs, incluso de motos podemos decir.
Estratos que quedan al descubierto con la erosión |
Paisaje monegrino |
Abandonamos la pista de nuevo y
nos metemos por sendero. A nuestra derecha se va abriendo un barranco fruto de
la enorme erosión de esos materiales blandos del terreno. Vamos coqueteando con
él, hasta que finalmente nos gana la partida. Nos engulle, tenemos que bajar a
su fondo y discurrir por él admirando los distintos estratos que dejan al
descubierto los cortados. Subimos al otro margen, y volvemos a discurrir por un
ancho camino, que va dejando agonizantes balsas de agua a uno y otro lado. Por
entre bordes de los campos y algún tramo de bosque alcanzamos la ruta de ida en
ese pequeño collado a los pies del
Castellazo, que dejamos a nuestra izquierda, a su aire, llegándonos hasta otra
balsa más nutrida para ilustrarnos con la información de un panel, que nos da
cuenta del Conjunto Arqueológico del Castellazo, considerado como uno de los más
importantes poblados prehistóricos monegrinos, datado en la 1ª Edad del Hierro,
allá por el siglo V a.C.
El Castellazo, y su panel informativo |
Un cuarto de hora más se nos va
en deleitarnos con esos primeros compases de la Sierra de Guara, Gratal, el
Salto de Roldán, Fragineto, Guara… mientras llegamos al coche, tras haber
recorrido 10,6 km, en 2h 45’ de tiempo total, del que 2h 15’ han sido en
movimiento, con 440 metros de desnivel acumulado D+. Desde Robres salen 17,2
km, y 515 de desnivel acumulado D+. De cualquier modo, una salida un tanto
sorprendente, por lugares deseosos de ser descubiertos.
El track, en: https://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16078098
Vértice geodésico: ftp://ftp.geodesia.ign.es/Red_Geodesica/Hoja0356/035610.pdf
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