Sierra de Angelé (1.340 m)
Sábado, 6 de diciembre de 2014
Sigue el tiempo invernal por la
muga pirenaica. Hoy elegimos tierras más bajas para nuestras andanzas. Sí, casi
mejor ver de lejos ese ambiente que impregna la divisoria, envolviendo a las
cumbres y los valles en ese aspecto de pocos amigos. Hoy nos damos una vuelta
por la Sierra de Angelé, que como todas las sierras tiene dos caras, dos
faldas, situando los pies de una en el Valle del Aragón, y la otra en el del
Lubierre, habitado por un único núcleo de población, Borau, a donde llegan
todavía las esencias históricas que emanan de San Adrián de Sásabe, que tantos
y tantos secretos guarda todavía entre sus muros, donde sus antiguos moradores…
San Adrián de Sásabe (románicoaragonés.com) |
Hacemos punto y aparte porque el
corto relato de hoy nos va a permitir cebarnos un poco con nuestra historia.
Situado en la confluencia de los barrancos Calcil y Lupán, que dan nacimiento
al Lubierre, la hoy ermita es de lo poco que queda de un antiguo monasterio del
siglo X, sede de obispos anteriores a la conquista de Jaca. Sede catedralicia
que lo fue, y que fundó el obispo Ferriolo, en los inicios de las campañas de
las reconquistas impulsadas desde el reino de Navarra. También se sabe que
albergó el Santo Grial antes de su traslado a Jaca y San Juan de la Peña. Junto
con los monasterios de San Pedro de Siresa y de Ciella (desaparecido, a la
entrada del Valle de Ansó), formaba un eje como de punta de lanza con la finalidad
de ir organizando los territorios conquistados en sus respectivos valles,
estando a cargo de canónigos agustinos tal labor. Éstas y otras muchas cosas,
podéis encontrar en la Web del maestro Antonio García Omedes, gran divulgador
del románico aragonés: http://www.romanicoaragones.com/0-Jacetania/50-Sasave.htm
Marrón por las alturas |
Pero vamos a lo nuestro, que una
mañana así bien vale una vuelta por esta sierra. Salimos desde el campo de
fútbol de Castiello, con la pechugada que supone cruzar todo el casco urbano
hasta la parte alta, donde está la parroquial. Seguimos por la cabañera, y lo
hacemos hasta encontrarnos con el desvío para dejarla y tomar el GR 15, que en
diagonal nos sube hasta el mismo cuello de Borau. Los primeros compases son
algo incómodos por el profundo surco que origina la erosión del agua, pero
pronto dan paso a terreno más cómodo, culminando con un tramo casi llano de
verdadero disfrute, con muy buen piso y escoltados de pinos y bojes.
Toboganes de Angelé |
Estamos ya a 1.140 metros, en una
privilegiada atalaya sobre el Valle del Aragón, una depresión del terreno que
los glaciares fueron modelando a los pies del macizo de la Collarada, máxima
expresión de la comarca de La Jacetania. También tenemos vistas sobre el valle
aledaño del Lubierre, donde se asienta Borau, con su Sásabe a pocos metros por encima.
Por ancha pista, que ya alberga nieve,
vamos transitando por auténticos toboganes, hasta dar con el desvío que nos
bajará de nuevo hasta Castiello.
En las ruinas de San Bartolomé |
Tras echar un bocado vamos
haciendo por el bosque los mismos dibujos que hace la pista. En media hora,
dejando ya el bosque atrás, pasamos por la entrada a la ermita de San
Bartolomé, a la que nos llegamos para dar vuelta. Apenas las cuatro paredes en
pie a media altura, pero eso sí, con el ábside bien patente, como todas de su
género. El siglo XII fue arquitectónicamente fértil por estos valles. Y poco
más, ya de cara al valle, soportando los airados vientos de puerto seguimos
bajando hasta dar con un atajo en forma de sendero, que nos ahorra unas vueltas
de pista y nos mete en uno de los barrios de la población.
Hemos hecho 11,9 km, en 2h 45’ de
tiempo total, de los que 2h 25’ han sido de actividad. De los 500 metros de
desnivel, han salido unos 550 acumulados. Bueno, pues otra mañana de monte.
El track, en: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8416814
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