El abismo del Pelopín (2.008 m)
Domingo, 12 de enero de 2014
Si miras fijamente a la montaña,
es posible que consigas que ella te mire a ti. Eso no es muy difícil que
ocurra, más lo es el sostenerle la mirada, porque ella lo hace, y lo hace no
sólo contigo, sino con todos los que alberga. Madre, en ocasiones madrastra,
nos cuida, nos mima, pero algo de nuestra parte tenemos que poner.
Salvando desniveles |
Hoy inauguramos temporada con la
Sección de Montaña del CP Mayencos. Primera salida del año, que ha sido
cubierta por Javier, Josemari, Sara, Arturo, Jara, Patricia y servidor
picapedrero, que nos acercamos hasta la boca túnel E del Cotefablo para el
arranque de esta nueva jornada. Una jornada que vaticina otras peores en lo
meteorológico, y que esperando estamos con ansiedad, porque llevamos unos
cuantos días de temperaturas escandalosamente altas, que mejor no hablar.
Avanzando |
Nos calzamos las raquetas y en
marcha. Tomamos la pista, que en ocasiones, cuando es largo el bucle, burlamos
poniendo la tracción a las cuatro ruedas para salvar los en torno al 800% de
desnivel… bueno, igual no es tanto, lo dejamos en muchísmo, que es más exacto.
Marcas de PR nos van acompañando. Casi todo el camino pisando blanco, pero
decimos casi todo el camino, porque los vientos fagüeños, que se comen la nieve
con patatas, dejan al descubierto corros de color marrón tierra.
Sobrepuerto. Montes sin alma |
En poco más de dos horas
alcanzamos el collado, que nos da vista a la amargura escondida, a la huérfana vergüenza,
a los olvidados y tristes montes del Sobrepuerto. Casas espaldadas, chamineras
sin humo, fogariles fríos, establos vacíos, huertos yermos, duendes sin alma. Alcobas
sin amor, varas sin pastor, mudas campanas de lejano tañer, tumbas reventadas
de vidas olvidadas. Barrancos sin molinos, escuelas sin catón. Glarimas secas,
temblorosa voz. Todo. Se han llevado todo, y lo que no, se ha ido yendo poco a
poco en busca de un mundo mejor. Patria de Pedrón. ¿Dónde andas, Pedrón? ¿Es
verdad lo que dicen, que marchaste? ¿A dónde fuiste a hacer trastadas? ¿Eres tú
el que se oye? No. Es el viento, que desde entonces recorre con desgarro estos
montes. Es el viento el que nos trae aquellos sones. Es el viento que con sus
garras de cristal aja estas tierras malditas. Cuando un paisaje se queda sin
alma, difícil es que vuelva. Es por ello que hay que animarla a que lo haga.
Cabizbajos y sumidos en estas
reflexiones vamos alcanzando la cima, ya sin raquetas. Una cima castigada por
los vientos y soles, que nos recibe de mala gana, con titubeos. Con el
Sobrepuerto al sur ya tiene bastante, mucho es que aún siga aquí y no se haya
remangado las faldas y haya marchado detrás de todos y de todo. Pelopín, que te
asomas a los abismos del norte, ocupados por esas otras sierras más altas, más
altivas, que le dan carácter al paisaje y al paisanaje.
Subiendo con los que no están |
Bocado y trago. ¿Qué vas a hacer?
La bajada, al menos hasta el collado, es rápida, como para no dejarnos atrapar
por los fantasmas de estas tierras olvidadas… si es que aún queda alguno. Pero
no queremos irnos con esta sensación amarga, que lo hacemos contentos y
satisfechos de esta serena mañana, que nos ha permitido haber cumplido el
objetivo de hoy, uno más de los programados, y que culmina con el regreso de
nuevo a los vehículos, tras casi 10 km recorridos, en los 637 metros de
desnivel positivo acumulado, y cinco horas desde que abandonamos este
lugar.
El reportaje
completo de fotos, en:
El track de
Sara, en:
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