viernes, 8 de octubre de 2021

Selva de Oza - Puente de Santa Ana y vuelta, por la Senda de los Ganchos y la Calzada Romana

 


IXOS MONS
Selva de Oza - Puente de Santa Ana y vuelta
GR 11.1, S 6, PR-HU 21, GR 65.3.3
Camino Viejo a Puente Sil, Senda de los Ganchos y Calzada Romana
Jueves, 8 de octubre de 2021

            El adentrarnos en un bosque siempre es garantía de que nos acercamos a la energía primigenia, esa que permanece en el germen de nuestro ser, por cuyo mantenimiento y acrecentamiento tenemos la obligación de velar constantemente. Y la mejor forma de hacerlo es tener siempre presente que, de igual modo que un ser humano está compuesto de diferentes partes, sistemas órganos, células… también forma parte de un todo superior, al igual que cualquier otro ser vivo, sea animal, vegetal o mineral. Y no solo eso, sino que dependemos todos de todos, por eso es tan importante la empatía con los seres vivos, por eso es tan importante vernos reflejados en todos ellos, por eso es tan importante sentirnos parte de un todo. Es un ejercicio que complace, que relaja, que aporta serenidad y sensación de fraternidad, tan falta en estos tiempos. El escritor norteamericano Louis L’Amour lo tenía muy claro cuando decía: Un bosque es algo vivo, como un cuerpo humano… cada parte depende de todas las demás partes




            Sí, hoy va de bosques, porque nos hemos ido a la Selva de Oza para hacer una bonita circular internándonos en uno de ellos y aprovechando la presencia material e inmaterial de los seres que lo habitan, unos seres que tienen en los árboles su máximo exponente, y que están en ese momento de transición, añorando el esplendor del verano y replegando sus fuerzas hacia las raíces preparándose para esa gran transformación que le llevará al invierno, en esa sucesión de estaciones a la que nos someten los ciclos de la vida. Estamos en Libra, el primer mes de otoño, el que el calendario de la Revolución Francesa llamaba “vendimiario”; astrológicamente hablando, es signo de aire, especialmente de aire de montaña, por lo que el ser humano encuentra estímulo en la respiración de aire fresco, que activa la función suprarrenal, mejorando la circulación, y con ello un mayor gasto de oxígeno, lo que hace aumentar las combustiones orgánicas. Así pues… ¡¡¡todos al monte!!!




            Todos al monte, decimos, y si es en zona boscosa, mejor que mejor, y si es en un Espacio Natural Protegido, como es el Parque Natural de los Valles Occidentales… pues todavía mejor. Partimos, pues, del puente de Oza para adentrarnos ya en el bosque por el llamado Camino Viejo, señalizado ya en los tiempos actuales como S 6 del parque, y como GR 11.1 de los Senderos Turísticos de Aragón. En clara dirección sur, pronto dejamos a la izquierda el desvío del sendero que sube hacia el Castillo de Acher. Continuamos por la pista hasta que se hace sendero. En veinte minutos se cruza el barranco de Espata, y en otros veinte se llega al puente Sil, que no cruzamos, porque nos mantenemos en la margen izquierda del río Aragón Subordán, en un permanente subibaja.




            Continuamos, hasta llegar al barranco del Jardín, este sin puente. A poco más de una hora desde el arranque llegamos de nuevo a tratar al río de tú a la altura de lo Sacadero, esa explanada utilizada antaño para ir acumulando la madera que sacaban del bosque. Es aquí donde abrimos la circular. Dejamos que el GR 11.1 se cruce al otro lado del río, que ya nos lo volveremos a encontrar luego, y nosotros seguimos por el S 6, y el PR-HU 21, de nuevo por el bosque. Otra hora larga para llegar al barranco de Agüerri, bien ancho y con buen puente. En poco ya, el sendero se convierte en pista, hasta llegar al puente de Santa Ana, en la carretera que sube a Gabardito, como el GR 11.1 que volvemos a pillar. Ya de su mano, no nos volvemos a abandonar mutuamente hasta terminar la ruta, pero ya llegaremos a eso, porque no hemos hecho más que el camino de ida. 





            Dos horas y media hasta aquí bien se merecen un respiro para echar bocado y trago. Con cuidado seguiremos por la carretera hasta llegar a la de Oza, que cruzaremos con más cuidado todavía, para seguir las indicaciones de ese GR, que pasa por la Calzada Romana (Caesaraugusta – Beneharnum), por una senda que nos va subiendo también por el bosque, dejando a la izquierda el desvío para subir a los cuellos de Lenito y, posteriormente, otra a la derecha que baja a la Casa de Forestales. El paso junto al torreón defensivo que llaman Castiello Biello causa una sensación de tristeza, por ver el estado en el que se encuentra un elemento de nuestro patrimonio histórico; ¿cuánto habrá visto?, ¿cuánto habrá vivido?, ¿cuánta gente habrá visto pasar?, guerreros, transeúntes, pastores, comerciantes, contrabandistas, peregrinos, no en vano, este trazado también forma parte del GR 65.3.3, Camino de Santiago por el puerto del Palo, hace tiempo que sus ojos se cerraron y su cuerpo sigue agonizando.




            En franco descenso, diez minutos nos separan de situarnos a nivel del río y de la carretera. Ambos los cruzamos, para situarnos de nuevo en lo Sacadero, cerrando así la circular. Solo resta volver por el mismo sitio hasta el punto de partida, algo que hacemos en poco más de una hora, dando así por finalizada esta extraordinaria ruta por uno de los muchos bosques que tenemos en el Alto Aragón, que tenemos a disposición para nuestro disfrute, pidiendo únicamente a cambio nuestro máximo respeto y admiración. Al sobrarnos tiempo y ganas, visitamos la Corona de los Muertos, restos datados al final del Neolítico (unos 3500 años ha), lugar considerado como la mayor concentración de megalitos de los Pirineos, e integrados en el conjunto del megalitismo de la Bal d’Echo. 



            Bueno, pues hasta aquí hemos llegado, invirtiendo 4h 40’ de auténtico placer, para recorrer 14,6 km, salvando un desnivel acumulado total en torno a los 875 m D+/-… más el paseíco a nuestra remota historia.






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