Larrosa (1140 m)
Miércoles, 14 de agosto de 2019
Lo que iba a ser una ruta corta,
sobre la marcha se ha convertido en una más larga. Lo que iba a ser una incursión
a Larrosa por el GR 15, subida a la divisoria y vuelta
por la pista, le hemos metido un “poyaque”
que la hemos estirado… y bastante. Todo porque no nos hemos conformado con apenas
media hora de buenas vistas, no. Hemos sido más ambiciosos, como hay que ser en
montaña, aunque siempre con la prudencia por delante, y como hoy era puro
senderismo, hemos preferido prolongarla libando las mieles de esas buenas
vistas dando un bucle mucho más amplio.
Barranco de Acín |
Seguimos por ese valle de la Garcipollera que triste dejaban sus
habitantes cuando lo tuvieron que abandonar hace ya seis décadas. En esta ocasión,
desde el aparcamiento de Iguácel,
vamos a visitar Larrrosa, uno de esos despoblados, quizá el más distante, quizá
el más profundo, para volver a esa joya del románico aragonés, tras cuatro
horas de buen pateo.
Indicadores del GR 15, señalizado como Sendero Turístico de Aragón |
LARROSA
Ruinas de Larrosa |
Una vez llegados al aparcamiento
dejamos el vehículo y nos ponemos a caminar pista abajo hasta el desvío de Larrosa, menos de un kilómetro. Mucha es la compañía que llevamos, pero toda silenciosa. Muy silenciosa. Todo es vida a nuestro alrededor. Vida natural, sin humanos. Esto promete. Desde el comienzo vamos de la mano del GR 15, esa “Senda Prepirenaica”,
hermana menor del GR 11, que lo recorre también, pero a más baja cota. En menos
de media hora de haber tomado esta pista, las señales nos meten a un sendero, que
en diez minutos, y con el mismo silencio, nos deja en Larrosa, otro de los
despoblados de la Garcipollera, que contaba en el censo de 1950 con cerca de 60
habitantes, distribuidos en 12 casas. Pascual Calvo fue el último secretario, y
como ya decíamos en nuestra entrada anterior, conjuntamente con Villanovilla y Acín
por un lado, y Bescós con Yosa y Bergosa por otro, fueron anexionados sus términos
municipales al de Jaca.
Panel informativo del GR 15 en Larrosa |
Casas en ruinas |
Como entonces, el viento anida en
las copas de los árboles cercanos, pero su ulular ya no es escuchado por nadie.
Tampoco el barranco baja para nadie, ni el sol alumbra para nadie. Cuando vino por
aquí “el San Juan pobre, que mete a todos
en las ciudades”, que decía el ínclito Labordeta, el viento, el barranco,
el sol, las tierras, se quedaron huérfanas. Unas tierras en las que no ha
quedado nadie… ni para cerrarles los ojos. Piedra a piedra se va desmoronando
el pueblo, nada resiste el paso del tiempo, con su soledad y abandono.
A la entrada del pueblo campa la torre de la iglesia |
Detalle de los arcos ciegos y del friso |
La iglesia sí, la iglesia está
mejor conservada, aguanta más los envites del paso calmado de los años. Es de
factura románica, emparentada con las lombardas del Gállego, y bajo la advocación
de San Juan Bautista. Desprovista ya de la cubierta, el resto está en relativas
buenas condiciones, especialmente el ábside, rematado por arcos ciegos y friso
con baquetones. De finales del siglo XI, su torre, más propia de una
fortificación, es lo primero que vemos al entrar al pueblo. Lo recorremos sobrecogidos
por su aspecto fantasmagórico y silente, un ambiente de bullicio, de ajetreo,
de idas y venidas, de hace décadas, ahogado por la tristeza, la pena y el
abandono. Un escalofrío recorre el cuerpo de arriba abajo, de abajo a arriba.
Seguimos por el bosque |
LA DIVISORIA
Caminos de viejo |
Un panel informa del punto de
situación dentro de esta gran ruta del GR 15, que debemos continuar. Y lo
hacemos saliendo del pueblo por el sendero balizado y entre el pinar que,
primeramente nos baja a cruzar el barranco de Acín, y luego nos va subiendo ya
hasta que va bajando el horizonte, momento en el que el sendero se hace ancho
camino, y ya a pleno sol nos lleva hasta la pista de la divisoria, no solo de
municipios, Jaca y Sabiñánigo, sino de comarcas, La Jacetania y Alto Gállego. Momento
de abandonar el GR 15, que nos llevaría a Acumuer, el pueblo de cabecera del
valle del Aurín, porque seguimos por la pista hacia el norte, con unas
espectaculares vistas ya sobre la Collarada, Collaradeta y Somolas, y la solana
de la sierra de la Partacua.
Valle del Aurín, con Acumuer a la cabeza |
Vistas hacia La Jacetania, con la omnipresente Oroel |
Continuamos durante cincuenta
minutos por la pista que se va empinando. La vertiente derecha nos deja ver ese valle del Aurín por el que bajan las aguas del ibón de Bucuesa, que no vemos
pero intuimos. Alguna casa arreglada y campos de cultivo de buen ver, en un
barranco por el que discurre ese GR 15 hasta alcanzar el collado de Estachoplano
y meterse ya en el mundo del Sobremonte de Biescas. Al cabo de esos cincuenta
minutos, la pista sigue por la derecha, pero tomamos de frente un ancho camino
que sigue por la loma a su encuentro como media hora más tarde.
Mundos Collarada y Partacua, separados por el tajo del Aurín |
EL DESCENSO
Partacua y las sierras de Sarrapana y de Lucas |
Estamos en el punto más alto,
como a unos 1910 metros, muy cerca ya del pico de la Leta, y que dejamos para
mejor ocasión. Convergemos con la pista que hemos dejado un poco más abajo y
que da más vuelta, tomándola ahora para realizar el descenso que, de cara ya a
la cuenca de Iguácel, comenzamos dejando a la derecha unos ejemplares de pinos
que delatan haber sido pasto del fuego. Estamos entre pastos de montaña, y en
media hora alcanzamos ya la línea de
bosque. Sin dejar la pista pasamos por los restos de cabañas y tapiales,
que no disimulan un trabajoso pasado. En cuarenta minutos más completamos el
descenso de esos 730 metros de desnivel, llegando justo al aparcamiento donde
hemos dejado el vehículo.
Un bello ejemplar de Carlina |
Una bonita circular por la Garcipollera
olvidada, a la que le hemos metido 3h 55’ de tiempo total, del que 3h 20’ han
sido en movimiento, para recorrer 14,2 km y salvar un desnivel acumulado total
de 940 m D+/-, y que ha culminado con una visita al interior de la ermita de Nª
Sª de Iguácel, aprovechando que estaba abierta.
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