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AQUERAS MONTAÑAS
Norte de la Zapatilla (2.225 m)
Sima de Tortiellas
Lunes, 17 de agosto de 2015
Subidas a las
alturas y bajadas a las profundidades. Como la vida misma. Y como la vida misma
es también el resistir en las dificultades, cuando cae sobre nosotros esa
cortina que nos ciega y nos impide ver más allá de nuestras narices. Hay que
resistir. Sí. Hay que resistir y perseverar, porque ayudas siempre tendremos,
porque las condiciones no son las mismas para siempre, y pueden cambiar, pero eso
hay que desearlo, eso hay que quererlo, eso hay que currárselo. Hay que ir a
por ello. La montaña siempre dándonos lecciones de vida, paralelismos no
casuales. Es prodigioso.
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Superando la zona de nieblas |
Con Ástrid,
Angie, Josemari y Julio salimos al monte hoy con intenciones inéditas para lo que
estamos habituados a hacer. La idea es subir por la norte de la Zapatilla y
bajarla por la SE, para descender a la base de Candanchú por la Sima de
Tortiellas, y la llegada a la estación no puede ser más desalentadora, una
cerrada niebla nos recibe sin el menor rubor por su parte. Con una temperatura
cercana a un solo dígito y una humedad que casi se sustancia en lluvia, no
cejamos en nuestro empeño de llegarnos hasta la base de la Zapatilla basándonos
en no sé qué clase de confianza con el tiempo. La verdad es que estábamos ahí,
y teníamos que intentarlo.
Subiendo por el tubo |
Ayudados por un
track y por la intuición, por el circuito de fondo nos vamos acercando hacia el
cono de deyección del Tubo de la Zapatilla, comprobando que conforme vamos
ganando altura las nieblas se van disipando, aunque en realidad no es eso, sino
que las vamos superando, quedándose ellas bien apretadicas en el fondo del
valle, algo que nos llena de satisfacción, porque pasar de la oscuridad a la
luz, no tiene precio. Como tampoco lo tiene el campo visual que se nos abre al
haberse caído ese velo que lo ocultaba. Es una alegría que aligera la subida
por la pedrera.
Dispuestos para la faena |
Tres cuartos de
hora largos nos cuesta alcanzar la entrada a la vía de esta cara norte, y otra
sorpresa, más grata aún si cabe, nos alcanza, y no es otra que ver que las viejas
cuerdas y tinglados, ajados por el tiempo y la intemperie, que esperábamos
encontrar según las distintas reseñas consultadas, han sido sustituidos por una
flamante sirga como línea de vida. Así es que, sin más preámbulos, nos ponemos
los dispositivos de seguridad y nos metemos en faena. Al principio es una
travesía casi horizontal, que nos lleva a una amplia canal con una considerable
inclinación, que nos aúpa a una enorme plataforma herbosa, donde se termina
momentáneamente la sirga al no ofrecer ningún peligro su tránsito.
En la plataforma |
La hermosa
vista que teníamos al comienzo de la vía sobre los montes que sobresalían de
las espesuras, se amplían ahora considerablemente sobre los espacios a poniente.
Un verdadero espectáculo que tenemos que ir dejando atrás, porque nuestros pasos
han de dirigirse, ya por pedrera, aunque cómoda, hacia el macizo calcáreo de la
Zapatilla, en concreto hacia una chimenea que nos va a dar acceso a la suela. Y
efectivamente, llegando a la roca comprobamos que los equipadores no han
escatimado y de nuevo nos encontramos con la sirga y sus anclajes, a los que
nos asimos uno por uno para ir subiendo hasta un pequeño espacio, al que se
accede con la ayuda de dos pequeñas grapas coloreadas, y que da para
reagruparnos, teniendo ya muy cercana la salida a esa suela de la Zapatilla.
Progresando en la chimenea |
El salir de
nuevo al espacio exterior, con ese ambiente soleado que compartimos con los
picos que sobresalen a las nieblas de valle, es algo que impacta a la vista y
al alma. Poco más de un cuarto de hora nos cuesta subir los tramos que restan
hasta la cima norte, que los hacemos aprovechando esos pliegues que la erosión
confiere a la caliza, y que una vez llegados a ella, comprobamos que no es la
verdadera cima de la Zapatilla, a la que nos dirigimos. Primero por loma de piedra gris, calcárea, que
se torna herbosa, a dos aguas, profundas, vertiginosas aguas. La cima, a 2.252,
hay que ganársela siguiendo por la cresta de una roca que ha cambiado su piel
gris por la marrón, y en la que nos encontramos un pequeño resalte que hay que
superar, para lo que hay montado un anclaje para montar un rápel, que dadas las
horas, lo poco que resta para llegar a la cima, y lo que nos queda si queremos
bajar por la Sima de Tortiellas, optamos por no seguir.
Por la suela |
Los escritos
dicen que fueron Ursi Abajo y Jesús Ibarzo los primeros en recorrer esta vía en
marzo del lejano 1965. Desde entonces, cincuenta años ya, seguro que han sido
muchos los que la han hecho a pelo, y luego con las viejas cuerdas, pero más
seguro aún que pocos la han pasado con esta nueva equipación metálica, que la
ha convertido de vía cordata a asemejarla a una vía ferrata, que
originariamente no pasando de un IIIº, le da mucha más seguridad. El descenso
lo hacemos por la vía SE, cara ya a la amplia cuenca de Tortiellas, en la que
también las viejas cuerdas han sido sustituidas por sirga hasta el mismo
collado. Continuamos hasta el paso del mismo nombre, y lo dejamos a la
izquierda, para continuar en busca de esa boca de la sima, ya en la cuenca de
Candanchú.
Montando el rápel del descenso por la sima |
Al ir perdiendo
altura y cambiar de vertiente la niebla nos asalta de nuevo. A media ladera,
que se torna peligrosa por el desnivel y la humedad de la hierba, llegamos
hasta la entrada de la cueva, una cueva vertical, provista de anclajes para
montar el tinglado de bajada. Es lo que hacemos, en uno, dos y tres tramos. El
primero es completamente vertical, disponiendo de una pequeña plataforma a unos
10 metros, completando este primer tramo en unos 25 metros. La caída de piedras
es constante, no es fácil evitarlo. Tras un breve descenso, encontramos a mano
izquierda el siguiente anclaje, para asegurar el descenso del segundo tramo, de
unos 30 metros, al cabo del cual, y con un giro de 90º vemos ya la luz al final
del túnel. La espera se hace larga, húmeda y fría, porque en la salida nos
espera la niebla. Un tercer y último anclaje nos permite ya salir de esta
sorprendente gruta vertical, como decimos, envueltos ya en la espesa niebla,
que impide hacernos una idea de la precisa localización, algo que comprobamos a
posteriori en fotografías de otras reseñas.
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Ya todos fuera,
antes de llegar a piso más cómodo, nos encontramos con unos tramos un tanto
verticales y rotos, lo que hace extremar la atención. Una vez superado,
alcanzamos la pista de la Rinconada, que tomamos en dirección a la base de la
estación, a donde llegamos sobre las dos, tras más de cinco horas desde la
salida, con más tiempo parados que en movimiento, para recorrer tan sólo 6,2
km, y salvando más de 850 m de D+ y D-. Una mañana distinta.
Al no haber tenido condiciones para obtener imágenes con la suficiente visibilidad, ha habido que tomarlas de otras fuentes, que se indican al pie de las mismas.
Como siempre, un dia alucinante y unos cromas maravillosos.
ResponderEliminarJavier Lamiquiz
Así es, la jornada que comenzó muy gris y muy poco prometedora, nos ocultaba un resultado extraordinario. Gracias por el comentario.
EliminarQué bien lo hemos pasado y que buena reseña actualizada para otros montañeros, de esta ruta increíble
ResponderEliminarSí, sí, lo pasamos tremendo. Y lo de la reseña actualizada, a ver si cunde, porque todo lo que lees por ahí está ya desactualizado. Gracias.
EliminarBOnita actividad para casi todos los niveles. Tengo entendido que la via esta recien reequipada por el personal de la compañia de esquiadores escaladores del regimiento de jaca.
ResponderEliminarCorrecto, Anónimo. Me he informado y ese ha sido el resultado. Gracias por el comentario.
EliminarHola Chema me alegra ver que esta vía ha sido equipada en condiciones, en Aragón hacia falta una ferrata montañera aunque algunos se escandalicen, la montaña es muy grande y está bien que haya algún equipamiento como este.
ResponderEliminarUn saludo,
Así es, Bruno. La única pega que le veo, por ponerle alguna, es que en los tramos verticales los anclajes son pelín escasos, o sea, que las tiradas son largas, y si coincide mucha gente en la vía, va a haber grandes retenciones si se sigue la norma de persona por tramo.
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