Grosín (1.422 m) x2
Domingo, 3 de mayo de 2015
Un dos por uno, sí. Eso hemos
hecho hoy. Y los dos han confluido en el mismo monte, el Grosín, el que más se
empina del cordal con el que comparte nombre. Los otros son el Beldorero (1.271
m), el Estuche (1.361 m) y el Cantera Caxico (1.375 m), pero sin duda es el
Grosín (1.422 m), sobre el que ponemos el punto de mira saliendo desde Jaca.
En el paco Serés |
Comenzamos la jornada desde el abrevadero
Tiña de Barrio, junto al puente Las Grallas, para ir por el Camino de Santiago
al encuentro de Ástrid y Belén, que lo vienen trotando ya desde Castiello. Y
coincidimos en Charlé, por cuya trasera nos metemos para incorporarnos al
bosque e ir subiéndolo por las zetas de Santa Eugenia. La mañana ha amanecido
tímidamente lluviosa, pero pensamos que se le va a ir la timidez. Las lazadas
se van sucediendo una tras otra, y sin dejar de trotar, vamos disfrutando de un
frescor y de una pureza inigualable, debido al ambiente húmedo que han dejado
ya las lluvias de anoche. Sí, se van sucediendo, hasta completar las más de 60.
Últimos esfuerzos |
En algún escaso claro del bosque
nos apercibimos de que llueve, y de que éste nos protege. La llegada al paco de
Serés se hace por una travesía apenas sin desnivel, y a través de la que vamos
acompañando visualmente a la parte alta de este barranco que rinde al Aragón. El
ritmo suave pero mantenido nos ha llevado en 50’ a este cruce de caminos,
inusualmente ocupado por ganado vacuno, y que poco le importa el agua que está
cayendo ni lo sumamente embarrado que está el piso.
Vista al norte |
Un amago de duda, que sofocamos
enseguida, y pa’rriba, por una pista a cada paso más impracticable, con unas
zapas que empiezan ya a pesar un quintal. Siguiente cruce y avanzamos hacia el
W para subir por la ladera sur, que se agarra como si no quisiera echarnos una
mano. En poco más de media hora más nos presentamos en la cima, ocupada por una
vegetación que poco a poco se la va comiendo. Un viejo aljibe semienterrado,
parece ser de antiguos vestigios militares, construidos como apoyo al puesto de
Rapitán, nos da la bienvenida. Claro, tan solitario él... Nos llegamos hasta el
vértice geodésico y por los cuatro costados, contemplamos lo mismo que él. La
mañana sigue gris, gris oscura, pero nos deja ver nuestro Pirineo al norte, y
las Sierras Exteriores al sur.
De nuevo arriba |
Ástrid y Belén bajan por el
sendero de bosque camino ya de Castiello, y nosotros por el de subida en busca
del grupo de Andarines que han elegido el día de hoy para probar las mieles y
las hieles de este bucle añadido al recorrido de 30 km de La Solana, para hacer
el circuito de 40. Los Andarines, Isabel, Toñín, Julián, Jesús, Santi y Maxi se
han metido por el barranco de Castelillo, han dejado atrás la corona del
Villar, la pardina de Las Planas, y el cortafuegos, que a punto ya de dejarlo
se han metido en el tramo más molón del recorrido, el que discurre por sendero
de bosque, al término del cual nos encontramos. Y, ¿a dónde vamos? Al Grosín.
Qué bueno. Pues eso, a subir de nuevo por el mismo sitio que hace un momento
hemos subido y hemos bajado. La misma cuesta, las mismas ganas. Al cabo de
haber estado aquí hace una hora, llegamos de nuevo, ahora con más peña, a esta
misma cumbre. La mañana no espabila, nosotros tendremos que hacerlo, porque aún
queda la tira.
Bajando por el bosque |
Por ser fieles al trazado de 40
km que vamos a ofrecer a los que vengan a La Solana el último día de este mes,
bajamos por el bosque, por verdaderas pistas, no sé si de despegue o de
aterrizaje, pero los culetazos van que vuelan. Una vez en la pista, tomamos
dirección al paco Serés, con más barro que donde lo hacen. Bien lo saben las
vacas que tranquilas están en ese corro de yerba, con las que nos hacemos unas
fotos y seguimos camino hacia Guasillo, a donde llegamos al cabo de otra media
hora.
Saliendo de Guasillo |
Y poco más. La Solana se nos
ofrece hoy con unos campos saturados de verde, que no se aguantan de la pura
vida que llevan. Sobre este extraordinario lienzo en 3D con la Peña Oroel como
telón de fondo, no nos queda otra que aportar nuestras pinceladas hasta Asieso.
Un poco saturados ya de barro, por no decir bastante, la bajada la hacemos por
la carretera, despidiendo el duelo antes de llegar a Puente Nuevo, por donde
marchan los andarines, yendo nosotros por la central hasta nuestro punto de
partida.
Hoy no hemos llevado
cuentavueltas por no fundirlo, porque han sido muchas las que hemos dado, pero
contentos porque nos hemos metido más de cuatro horas y media de auténtico placer por
estos montes, disfrutando del bosque, de la lluvia, de los caminos… y por qué
no, también del barro, en buena
compañía, por no decir compañías.
nene, tu vales mucho!!!, Grosín se rinde ante tus visitas. Mil gracias por estos montes poblados, sabiendo que estás tu y los andarines siempre por los caminos, no te sientes sola
ResponderEliminarUn placer siempre, Cacatú.
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