lunes, 25 de agosto de 2014

Por las nubes de Canfranc

AQUERAS MONTAÑAS
Paso del Sarrio
Jueves 14 de agosto de 2014


            A dos días de haber vuelto de tierras búlgaras, y para que no se nos enfríe el cuerpo, nos echamos de nuevo al monte. Y una buena forma de hacerlo es con esta travesía que tanto nos gusta, y que une los dos núcleos de población de Canfranc, el alto y el bajo, los arañones y el quemau, el de la estación y el pueblo… como queráis llamarlos.

El bosque nos va desvelando sus misterios
            Creemos que la mejor opción es cruzar el Paso del Sarrio de bajada por Estiviellas, así es que de nuevo por aquí. Dejamos el coche en Canfranc pueblo, y a dedo subimos hasta la estación, para meternos por el paseo de los Ayerbe y entrar de lleno en el bosque. La mañana se ha levantado ya, pero el sol aún no ha entrado en el valle. Lo va haciendo poco a poco, y nos pilla ya en la subida. Una subida siempre deliciosa, por entre los claroscuros que nos van haciendo guiños.

Paso de Estiviellas
            Salimos del bosque, y algo más arriba… Hora y media tranquila para llegar hasta la llamada Olla de Estiviellas, desde donde se van sucediendo las zetas hasta llegar a la cabaña, que llamaremos refugio de Estiviellas, de sólida construcción, y que ya podía estar mejor acondicionada. Se encuentra en un pseudo collado debajo mismo de la roca de este macizo. Para llegar hasta aquí, hemos dejado a nuestra derecha los desvíos para el pico del Águila y del Borreguil de la Cuca. Dos horas y media largas. Bocado, contemplación y fotos. Canalroya, de Izas, la Raca, Anayet, Midi… y más al oeste todo el mundo Collarada-Ip, con Moleta, Tronqueras, Pala de Ip, Punta Ezcarra, Collarada, que coronan este bello circo.

Nuestro objetivo a tiro
            Nos metemos ya en el punto más delicado de la travesía, que si bien no tiene ninguna dificultad técnica, hay que hacerlo con sumo cuidado, ya que el patio es importante, y las tentaciones de contemplar las vistas también. Recomendación?, la de siempre, para mirar, parar. Importante. En la segunda parte hay una amplia chimenea que tampoco ofrece dificultad, es cuestión de fijarse bien y tantear dónde se ponen las manos y los pies. Finalmente se llega al paso, que nos da vista al mundo Lecherines por arriba y Gabardito por abajo. Más fotos, más contemplación.

Camino del cielo
            De bajada cambia radicalmente el terreno, que si hasta ahora era herboso, se convierte en incómoda pedrera, pero es lo que hay. En quince o veinte minutos pasamos por el desvío de la Gruta Helada de Lecherines, y claro, cómo no entrar. Pues eso, que nos acercamos a ella, y tras superar un todavía enorme nevero en la entrada, accedemos a ella  y constatamos la languidez en que se han convertido los hielos invernales… pero aún queda algo por los suelos.

Mundo Lecherines
            Seguimos bajando, con lo que ello supone de ir perdiendo perspectiva sobre los montes que cierran estos espacios. Pronto la piedra se torna hierba para alcanzar la majada, donde echamos otro bocado al amor de las aguas del abrevadero. Casi una hora más hasta Gabardito, para luego bajar por el barranco de Aguaré, siempre menos frecuentado que el de los Meses. Hoy, nada frecuentado. Sólo nosotros, el bosque, el río y algún trozo de cadena para salvar con más comodidad un par de tramos más comprometidos.

Barranco de Aguaré
            La salida se efectúa cuando el barranco se topa con la carretera, a la altura de la gasolinera, y en dos patadas más, al coche. Una extraordinaria jornada de monte, en la que hemos recorrido 16,7 km, en 7h 40’, de los que 5h 15’ han sido de actividad, para subir 1.235 metros de desnivel positivo acumulado, y descender 1.485. Buen regreso a los Pirineos hemos tenido.










Las fotos, en:


La ruta, en:

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