Mallo Acherito (2.375 m)
Sábado, 28 de junio de 2014
A todos nos pasa, que al abrir
una caja de bombones no sabemos cuál coger. Esta vez es gris, con jaspeados
blancos. Esta vez es verde, con grandes seres y frescos pastos. Esta vez no es
la famosa caja roja, no. Esta vez es marca Lin…za. Sabroso chocolate fundente,
chocolate de mil matices, con pepitas que lo hacen más auténtico, si cabe. Y ha
habido que elegir en esa caja, en esa gran caja llena de bombones, todos con
sus nombres y apellidos. Y el elegido ha sido… el Mallo de Acherito.
Alegres mañanas de Linza |
El Valle del Aspe, que forma un tête à tête con el del Aragón, como si
de una hernia se tratara, ha creado un espectacular circo, de Lescun le llaman,
y lo ha hecho para formar ese ménage à
trois con los puertos de Linza y Acherito, en el municipio de Ansó. Allí
donde confluye su agitada historia geológica. Allí donde los cielos se calman
para contemplar tanta belleza. Allí donde el visitante asiste impávido ante tan
magno espectáculo. Allí.
En una fresca mañana, que para
dar la razón a las previsiones, anuncia cambio de tiempo, salimos del Plano de
la Casa, nombre poco conocido, donde se asienta el refugio de Linza, con
Josemari y Ángel, para dar buena cuenta de este extraordinario recorrido, que
participa de hayedos con sabor atlántico, de finos pastos, y del siempre tirano
mundo mineral. Un recorrido que iniciamos subiendo al Salto del Caballo, ese
tajo que el terreno hace para facilitar el paso al bosque de Gamueta, para volver por el viejo camino del Puerto de Ansó.
En busca del Salto del Caballo |
Dejamos el desvío a la derecha y
continuamos en dirección este, mimetizados en el bosque, donde las estilizadas
hayas compiten por la luz. Atrás quedan, cuando avanzamos ya por entre la tasca
de los puertos en busca del paso del Oso, que eludimos ligeramente por la
derecha a través de una pendiente herbosa, que nos lleva hacia la Plana Diego,
para comenzar ya a ver los últimos jirones de invierno que se resisten a
marchar, y que intermitentemente nos llevan hasta un pequeño circo, cuyo
barranco será depositario de nuestros pasos de regreso.
Objetivo a la vista |
Con el objetivo a la vista, nos
situamos ya en su base. En menos de una hora llegamos a la cima de esta
espectacular atalaya, donde cien ojos que tuviéramos serían pocos para hacer
frente a todo lo que tenemos a nuestro alrededor. Este monte, se asoma a pico
al barranco de Acherito, y en él confluyen además, el que hemos traído de
subida, y el que llevaremos de bajada. Y no son las fuertes ráfagas de frío
viento las que nos apabilan, no, es la grandeza de lo que tenemos a nuestros
pies. Mundo Lescun, con sus afiladas Agujas de Ansabère, Petrechema, Mesa, con
su Tabla. Mundo Acherito, con Oza y Guarrinza. Mundo Gamueta, con sus Gabachos,
Gorretas y Anzotiellos. Mundo Bisaurín, Agüerri y Acher. Mundo Txipeta, Petreficha y Quimboa. Mundo Alanos. Mundo
Forca y Lenito. Todo un mundo pétreo que se alza inhiesto hacia las alturas de
las que participa.
Infinitos cordales |
A pesar de todo lo que nos
ofrece, hoy no está muy hospitalaria. Un repentino cambio de tiempo se acelera,
y lo que eran pasajeras nubes que incluso se agradecían dejan paso al frente
que se precipita sobre estas tierras. Un frente de norte que nos trae
inestabilidad y frío para mañana, pero que ya va entrando hoy por aquí. Así es
que, sin mucho más entretenimiento, hay que comenzar a bajar. Y lo hacemos
acercándonos al collado del Huerto para admirar, tendidos en el suelo obligado
por el fuerte viento, el abismo a tajo que se abre a nuestros pies.
Pino negro |
Bajamos la prominencia cimera y,
tras pasar varios neveros, nos metemos por el cono de deyección de un circo que
se abre al norte, en busca del barranco de Petrechema, en busca del sendero que
baja del Puerto de Ansó por las Foyas del Ingeniero, en busca, en definitiva de
la Senda de Camille, que por aquí transita, uniendo Lescún con Linza. Vamos
dejando atrás la atormentada caliza de cuyo seno brota el milagro de la vida en
forma de salteados ejemplares de pino negro, y nos vamos incorporando ya a ese
fondo de valle de cómodo discurrir, donde la piedra da paso a la hierba, y el
aire al bosque.
Y poco más, en cuatro patadas
llegamos ya al punto de origen. Algo más de 13 km, con 1.240 metros de desnivel
positivo acumulado, y lo mismo de descenso, en poco más de cinco horas y media
de actividad, de las que menos de cuatro han sido en movimiento. Buena mañana.
Buena compañía. Buenos montes.
Las fotos, en:
https://picasaweb.google.com/chematapia/MalloAcherito2375M
Foto de cabecera: Pirineos3000
El trac, en:
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