martes, 25 de diciembre de 2012

Belén Popular Mayencos... y más

IXOS MONS
Belén Popular Mayencos... y más
Peña Oroel
Domingo, 23 de diciembre de 2012


            Si no fuera porque tenemos el calendario delante no sabríamos muy bien qué estación acaba de entrar, si el invierno o la primavera, porque la mañana que ha salido parece como si se hubiera equivocado de mes. Todo esto para decir que hace una bonanza climatológica, que está muy bien para aprovecharla en compartir unas horas con amigos y conocidos, pero que esperamos se recoloque, porque es frío, y cuanto más, mejor, lo que tiene que empezar a hacer.

Peña Oroel
Parece que cuanta más desafección religiosa hay, con más fuerza surge la tradición belenista. Parece. Creemos que está bien, que las tradiciones están para seguirlas, sobre todo si se está a gusto con ellas. El Belén Popular de Mayencos se lleva subiendo a la Peña Oroel desde hace años, muchos años. Desde luego, no tantos como se lleva paseando el Montañero, que comenzó su andadura allá por el 68. 


Sobre este particular, no se nos escapa el comentario de Germán en el Parador mientras nos preparamos para subir:

- ¡Anda, si estamos los cuatro que subimos el belén el primer año!
- ¿Cómo dices, Germán? – pregunto.
- Sí, pues eso, que estamos aquí Fernando Val, Miguel Ángel Pardo, Ángel Mesado y yo, los cuatro que empezamos la tradición.
- A ver, a ver, explícame eso. – insisto.
- Hay fotos y reseña de prensa. Era el 29 de diciembre de 1968, en segundo intento, cuando comenzamos siete la ascensión, pero tres se quedaron en el refugio, porque el día era absolutamente invernal, con más de 20º bajo cero en cumbre, y un viento infernal. Los cuatro, con tres pares de crampones subimos el belén. ¡Qué aventuras!

Ángel Mesado, Miguel Ángel Pardo y Fernando Val, junto a
Germán Lanaspa, que hace la foto, en la cumbre de la Collarada
Y es cierto, porque una vez en nuestras manos esa reseña de prensa, podemos ver que le da tratamiento casi, casi, de expedición. Se trata del Heraldo de Aragón del viernes 24 de enero de 1969. Hasta en eso se parece a las viejas crónicas, al cabo de casi un mes de lo ocurrido:

“La sección de Montaña “Los Mayencos” de Jaca, tras la Misa de Gallo que oyeron en la iglesia de los PP Capuchinos, en marcha nocturna realizaron un primer intento de ascensión por Villanúa al pico de Collarada, que resultó infructuosa por el mal estado de la nieve… / … el día 29, el mismo grupo, con una cordada de apoyo, inicia un segundo ataque, saliendo con una fuerte nevada. A las 6:45 alcanzaron la Trapa. Al amanecer, pese a la ventisca que impedía la visibilidad a más de ocho metros, la patrulla, que conocía el terreno y que pisaba firme, pudo alcanzar el refugio de pastores. A las once, preparados con crampones y encordados en corto, inicia el ascenso por una nieve totalmente helada, y que progresivamente se convertía en hielo absoluto. Los cuatro jóvenes atravesaban al mediodía los Campanales. Nueva esperanza: el cielo se abrió, despejándose rápidamente, pero la velocidad del viento arreciaba y la consiguiente ventisca se hacía cada vez más fuerte, viéndose en varias ocasiones obligados a clavar los piolets para evitar ser arrastrados.

Los cuatro precursores, cuarenta y cuatro años después
en la Cruz de Peña Oroel
La nieve era ya hielo cuando se alcanzaba la última etapa. “La Moñeta” requería otra técnica y toda la decisión que exige esta pendiente de más de 60º; se apeló a que avanzara uno de los cuatro de la patrulla y tres sujetaran la ascensión; y a las 14:30, con más de 20 grados bajo cero, y tras haber salvado un nivel superior a los dos mil metros, con entusiasmo se inicia la rápida colocación del belén  y la contemplación indescriptible por tanta belleza a la vista y a los cuatro puntos cardinales entre dos naciones”.

A que contado así parece épico. A que parece más de lo que fue realmente. Indudablemente, el paso del tiempo y la mejora en las técnicas, materiales y equipamientos nos hacen perder la perspectiva. Pero es evidente que para la época fue una gesta. La crónica del Heraldo la firma anónimamente un Interino, y aunque terminada ya de relatar la ascensión, si nos parece chocante el estilo de hace cuatro décadas y media, no nos resistimos a reproducir lo siguiente:

Collarada en mayo de 2012
            “Se inicia el descenso quince minutos después de una prueba montañera que cuenta a la hora de los valores de estos jóvenes, que precisamente no desean sino que figure el nombre de la sección, y un servidor, que ha recabado los datos directamente al enterarse de la proeza, para resaltar su ejecutoria en aras del montañismo bien controlado en misión responsabilizada que les lleva a objetivos estudiados por caminos viables por difíciles que sean, y por tanto, no podemos olvidar a tantos que en pasadas invernadas les precedieron sin terminar, pero quizás con mayor esfuerzo, como los recientes del Teide y Caralps. Huelga describir un Collarada majestuoso de nieves perpetuas y de altitud 2.885 metros…”

            ¿Será verdad que ya no nieva como antes?, porque o es verdad, o esto de las nieves perpetuas exagera un poco, pero lo que es innegable es que fue auténticamente meritoria esta primera puesta de belén.

En el collado
            Pues aquí estamos, siguiendo con nuestra crónica de hoy, en la que hay que destacar que es un verdadero placer poder compartir mañana, poder compartir actividad con estos cuatro libros de montaña vivientes, que dan esa perspectiva romántica de aquellos años, a la que llegamos un pelín tarde… o no tanto, y que apreciamos con emoción, lejos de marcas y records, lejos de dorsales.

Mañana compartida, decimos, porque en una misma actividad se pueden unir muy diversas intenciones, tantas como personas suben todos los años para estas fechas con la ilusión de subir las figuras, en las que cada uno deposita sus ilusiones, sus anhelos, sus esperanzas, y sus deseos, para encumbrarlos en lo más alto.

            Y ahí vamos, a lo más alto de la Peña Oroel, hasta la mismísima Cruz, a donde nos encaminamos esta cuarentena de personas, de todas edades que cada una nuestro paso vamos recorriendo el retorcido camino hasta las neveras, a donde vamos llegando y contemplando el espectáculo que nos ofrece la vertiente sur con ese mar de nubes cubriendo el fondo de los valles. Al fondo, el Moncayo, como un dios que ya no ampara, que decía el ilustre Labordeta. Más al oeste, los picos de Urbión, también nevados.

En torno al nacimiento
            En la parte norte, la ya archiconocida vista de la cordillera pirenaica, sí la nuestra, la más querida. Siempre está ahí, para nuestro deleite, para nuestras confidencias. Siempre.

            Son aproximadamente las once de la mañana cuando llegan los más rezagados, los más sufridos, los que tienen que meterle más esfuerzo, los que más mérito tienen… Reunimos las figuras y los tres diáconos que nos acompañan dirigen unas palabras, y unas plegarias. Terminamos con unos villancicos, que algo de ensayo ya merecían, pero bueno, lo que cuenta es la intención.

            Cada uno ya a su ritmo, a eso del mediodía comenzamos el descenso. Un pretexto nuevo para una ascensión ya trillada, pero no por eso menos interesante.

            A los Mayencos y a los no Mayencos, Feliz Navidad, y Feliz Año Nuevo a tod@s.



El reportaje completo de fotos, en: 
https://picasaweb.google.com/chematapia/BelenPopularMayencosPenaOroel02



2 comentarios:

  1. Muy interesante e histórico post! Felices Fiestas!!

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    1. Felices fiestas y buen año que entra, también para vosotros.

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