Ordesa al trote. Soaso (1.750 m)
Sábado, 17 de noviembre de 2012
No hace falta una motivación
especial para visitar el Valle de Ordesa. No, no hace falta. Aunque la mañana
esté gris, ante la duda hay que echarse al monte. Luego ya se irá viendo, pero
de momento hay que vencer esa pereza que te da ver el monte a través de los cristales de tu casa, cuando ves muchas nubes y pocos claros, muy pocos claros. Y ninguno por donde piensas ir.
Pues
para allá que nos vamos, con el amigo Julio, al que hemos hecho cómplice para
pasar esta mañana trotando por esos montes, para pasar esta mañana distinta.
Entrada en Ordesa |
Ordesa
nos recibe, Ordesa nos acoge, con unos colores ya un tanto vahídos, con un otoño
que va diciendo adiós, que muy a gusto se quedaría más tiempo entre nosotros,
pero el invierno le empuja, por estas alturas viene de repente, casi sin
avisar, y todo lo enlentece, todo lo acalla, todo lo repliega hacia el interior
de los seres, y el ser humano no debe ser ajeno a todo ello, es tiempo de mirar
más para adentro que para afuera, de reponer todas las energías gastadas en la
expansión producida en el buen tiempo.
Pero
bueno, vamos a lo nuestro. Nueve y media de la mañana, nublado y con brumas, seis
grados de temperatura, y con un alto nivel de humedad en el ambiente, son las
coordenadas para comenzar esta mañana. Y lo hacemos trotando, como queriendo
abrir nuestros pulmones a tanta y tanta energía que hay en el ambiente y con la
que queremos renovar la nuestra, de los pies a la cabeza. Arrancamos cruzando
el puente para asirnos a la margen izquierda del Arazas, por entre charcos
todavía helados.
Ambiente otoñal |
El
Tozal del Mallo nos ve salir y adentrarnos en el bosque, que poco a poco se va
despojando de su vestimenta de la temporada verano otoño. Vamos por el camino
habilitado para minusválidos, hasta que se termina, en un mirador justo
enfrente del barranco de Cotatuero, que entre Gallinero y Fraucata nos ofrece
sus profundidades. Seguimos por la pista, hasta que alcanzamos el puente
Arripas, que nos cambia de margen, y visitamos las cascadas de la Cueva y
Estrecho, para salir de nuevo a la pista, que nos sigue meciendo hasta que nos
saca del bosque y nos deja al pie de las Gradas de Soaso, que tenemos que
superar para situarnos ya en la misma entrada del circo, con una apariencia más desértica, pero que recoge el caudal de la Cola de Caballo, que baja del
circo de Góriz.
Torre de Góriz, terminando de subir las Gradas de Soaso |
Nada
más terminar de subir las gradas, se tendrían que abrir ya a nuestra vista las
Tres Sorores, pero están en las nubes, han colgado el cartel de “… lo siento, en estos momentos no podemos
atenderle, vuelva Vd. mañana…”. Pero el que sí nos recibe, visualmente, es
su embajador, el portero de la finca, esa Torre de Góriz o Morrón de Arrablo,
que de los dos dominios participa. Recuerdos para sus próceres le dejamos.
En la Cola de Caballo |
Finalmente
llegamos al fondo del circo, a los mismísimos pies de la Cola de Caballo. De la
foto se encargan una pareja de madrileños, que van camino de Góriz, con idea de
hacer mañana el Perdido. Me parece que va a ser que no, les decimos desde el
cariño. Bueno, no hay mucho tiempo que perder, empieza a llover, y queremos
entrar en el bosque antes de que esto vaya a mayores… que finalmente va y no
hemos llegado al bosque…
Pues
nada, poco más, desandar lo andado hasta el cruce con Arripas, porque bajamos
por la pista sin abandonar el margen derecho, hasta llegar de nuevo a la
pradera. Tres horas y media de trote suave, al menos para subir, parando a
hacer fotos, para salvar los novecientos metros de desnivel acumulado y los en
torno a quince kilómetros de recorrido. Bueno, pues bien, no? Para repetir.
El reportaje completo de fotos, en:
https://picasaweb.google.com/chematapia/OrdesaAlTroteCircoDeSoaso
Ya pasó de largo el Otoño por Ordesa...a esperar a otro año...
ResponderEliminarBueno, de largo, de largo... se quedó unas semanas. Pero sí, habrá que esperar al próximo. La vida es cíclica. Gracias por el comentario.
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