Año XII. Entrega nº 823
IXOS MONS
Punta Peiró (1579 m)
Sábado, 14 de mayo de 2023
Del escritor norteamericano y Premio Nobel de Literatura John Steinbeck, en su libro Viajes con Charley en busca de América, leemos: “Hay un silencio de catedral aquí. Tal vez la gruesa y blanda corteza absorba el ruido y cree un silencio. Los árboles se elevan rectos hacia el cénit”. Se refería al bosque, a esas sensaciones que tenemos cuando transitamos por él, y nos ayudará a entenderlo si lo consideramos no como un montón de árboles, sino como un ser en sí mismo.
Eso es, precisamente lo que sentimos a nuestro paso, el silencio camuflado entre las voces que emite cada ser en su frecuencia, y que forman parte de esos sonidos del silencio, como un verdadero poema sinfónico. Un silencio ensordecedor, que te envuelve, que hace que te olvides de ti mismo y que te fundas con él. Un abrasador instante de auténtico gozo el de transitar por un bosque, que en este caso ha sido de hayas, y considerando que es de los más meridionales de la provincia de Huesca, pues todo un privilegio. Estamos hablando del hayedo del Peiró, bajo la montaña homónima, una de las más altas de la fachada norte de la sierra de Gratal, y sobre el embalse de Arguis que, con más de trescientos años de servicio, es el más antiguo de Aragón. Alimentado por el río Isuela, está en la base oriental de un valle de doble vertiente. La occidental está regada por la Garona, que vierte directamente al río Gállego.
Bien. Tras un breve apunte de geografía, a lo nuestro, que es llevar a cabo una circular por esta sierra que cierra al sur la cuenca de Arguis. Para ello, partimos de la presa del embalse, para cruzarla y tomar el ancho camino que lo bordea por su margen derecha. A la media hora se llega a una curva de la pista, donde tomamos el ramal de la izquierda para, al cabo de un cuarto de hora, dejarla y meternos por un camino sobre el barranco de Focegabarda. Vamos dejando a la izquierda unas paredes donde se practica la escalada deportiva, y seguimos por las balizas del gaseoducto como diez minutos, para dejar la trocha y tomar un sendero emboscado a la derecha, que nos sube a una zona de erizones despejada de arbolado, y enseguida a una pista, que tomamos a la derecha, hasta dar con el Camino Natural de la Hoya de Huesca, que coincide con el GR 1 o Sendero Histórico.
Una subida bastante empinada nos lleva hasta el collado de Sarramiana, donde la pista se convierte en camino, donde la aridez se convierte en consuelo, donde el monte de vegetación rastrera se convierte en hayedo, que encontramos en su proceso de echar la hoja nueva, que le hace cambiar de la apariencia invernal a la primaveral. Por él vamos bajando con sumo respeto, con una sensación entre relajante, cautivadora y profanadora, “cuyos valores naturales le han otorgado la categoría de Zona Especial de Conservación bajo el nombre de ZEC Monte Peiró-Arguis, y con algunos ejemplares que fácilmente superaran los 200 años, presenta la peculiaridad de estar asociado al tejo, un árbol muy longevo y altamente tóxico, en lugar de los habituales abetos que aparecen en el resto de los hayedos del Pirineo. Otras especies como el boj, madreselva y la violeta silvestre aparecen en el sotobosque de este peculiar hayedo”. Quince minutos de auténtico placer hasta llegar a un punto, señalizado él, en el que se abandona momentáneamente dicha señalización para dirigirnos hacia el oeste, en pos de nuestro objetivo de hoy.
El bosque sigue unos pocos metros, para luego dar comienzo a un tramo cuyo tránsito se ve dificultado por la inclinación del terreno, pero que, con cuidado y paciencia no ofrece mayor problema. Se llega a un collado, que da vista al valle de la Garona, con Bentué de Rasal en primer término, y Rasal más lejano. Se le da continuidad al sendero, en franco ascenso, hasta alcanzar la rallera en la que está situada, a 1579 msnm, la cima de la Punta Peiró, desde donde se tienen buenas vistas también sobre la otra vertiente del valle, la que vierte al embalse de Arguis. Enfrente, al norte, tenemos la sierra de Bonés (may'14 y dic'17), que da continuidad visual al oeste a la de Javierre, visitadas ambas. Hacia el SE, una debilidad de la sierra permite asomarse erguido al pico Gratal (mar'15 y sep'17). También aquí, en esta Punta Peiró, habíamos estado ya en varias ocasiones, en septiembre y noviembre de 2013 y en marzo de 2015, es por eso por lo que, con su permiso, ya tocaba volver a auparnos a esta magnífica atalaya.
Dos horas y tres cuartos desde el arranque. Unos minutos de recogimiento, alimentándonos algo de lo que traemos, y mucho de lo que encontramos. Son cerca de las dos cuando salimos para desandar el camino hasta el corazón del hayedo, donde volvemos a retomar la circular, y con ello, el Camino Natural y el GR 1, que nos acompaña hasta la pista, donde dejamos que continúe al pueblo de Arguis por la izquierda. Nosotros seguimos por la derecha, que nos lleva a otra que, también tomamos a la derecha, para cerrar la circular en la curva donde la abríamos unas cuatro horas antes, y donde nos metemos en el ancho camino que nos conduce a la presa del embalse. Damos así por concluida esta magnífica excursión llevada a cabo por la sierra de Gratal, alcanzando una de las mayores alturas de su fachada norte, por lugares solitarios hoy debido al mal orache, pero que nos ha dejado hacer.
Finalmente, han salido 5 horas, en las que hemos recorrido 15 km, con un desnivel acumulado algo superior a los 800 m D+/-.
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