viernes, 17 de junio de 2022

Circular Castejón de Sos - Solano de Benasque/Benás, por el PR-HU 88

 


IXOS MONS
Circular Castejón de Sos - Solano de Benasque/Benás
Por el PR-HU 88
Sábado, 11 de junio de 2022

            Cayetano Enríquez de Salamanca (1936-2006), físico de formación, dedicó gran parte de su vida, cuando no había muchos que lo hicieran, a divulgar las bellezas de nuestras montañas y de las gentes que las pueblan. En una de sus numerosas publicaciones, Por el Pirineo aragonés (rutas del Sobrarbe y la Ribagorza) (1974), mencionaba con cariño esta peculiar zona: “Esta pequeña comarca, salpicada de árboles y prados, se conoce con el nombre de El Solano, debido a su orientación”. 



            Pues para allí que nos vamos, para seguir conociendo esos pueblos, unidos por esos caminos de viejo, por los que transitaban sus gentes, sus animales, en pos de sus faenas, y que hoy en día están en trance de reconversión al creciente mundo del senderismo, del senderismo tranquilo, pausado, alejado del bullicio de otras zonas, que aprecia lo sencillo, lo tradicional, sin prisa. En esta ocasión, apoyados en el PR-HU 88, y con salida y llegada en Castejón de Sos, pasamos por Arasán, Liri y Sos, disfrutando por esos senderos, con algún tramo empedrado y que, tras décadas de mucho trasiego, como decimos, ahora se muestran calmos, serenos, apacibles, para disfrute del caminante, aunque no solo del caminante, sino que hoy también de gentes en bicicleta, con los que hemos coincidido en algún tramo en el que ellos subían, poco miedo, pero también en alguno de bajada, en los que hay que extremar la precaución, sobre todo los que vamos caminando, que somos los más frágiles. Ellos son los del enduro, nosotros seríamos más blanditos.


            Partimos, como decimos, de Castejón de Sos, por una calle que se dirige hacia el norte, un poco más arriba del ayuntamiento, justo donde una tablilla nos indica el comienzo del Camino del Solano, señalizado como PR-HU 88. Salimos a un camino, en el que está emplazada la peculiar estación meteorológica de Castejón de Sos, la de la vieja usanza, si se moja la cadena es que llueve, si se mueve es que hace aire… y así todo. Bueno el camino que sigue recto es por el que vamos a volver, tomando la dirección a mano derecha, por pista, hasta que en veinte minutos se convierte en senda, con ese sabor de camino de viejo, entre tapiales que añoran tiempos mejores. Al poco salimos a la carretera de Liri, que la cruzamos, volviéndonos a meter en sendero, con algunos tramos empedrados. En veinte minutos tomamos un desvío a la izquierda, y en diez más cruzamos el barranco de Linars, al que van a parar las desmadradas aguas que recorren nuestro camino de subida, bien se vale que está empedrado y podemos ir haciendo equilibrios, entre tanto llega la actuación necesaria.



            Otros diez minutos para salir por debajo de Arasán, a la carretera que va a Urmella, como a una hora de la salida. Cuenta Antonio Durán que la propiedad de estas tierras pertenecía al monasterio de San Victorián en 1566. Siguiendo esa carretera unos 900 metros, damos con la de Liri, que seguimos, cruzando el barranco homónimo, intermitentemente entre atajos, hasta entrar en la población, a la que llegamos en media hora. También encontramos mención de este lugar en los Focs y morabatins de Ribagorza p. 37 y 80-81, de Camarena, cuya propiedad pertenecía al condado de Ribagorza (1381-1385), siendo de realengo posteriormente (1785). De este lugar se sale por un estrecho camino, también por desbrozar, que en cinco minutos nos deja en una pista que, en otros cinco más abandonamos para seguir nuestra ruta por un desvío a la izquierda, por un sendero que nos baja al barranco de Ramastué. 


            Una corta, pero pronunciada, subida nos mete de nuevo en el bosque, alcanzando el desvío para la ermita de San Marcos, cuya visita no estaba inicialmente prevista, pero al ver que se llega en cinco minutos, optamos por acercarnos. En realidad, se trata de una pequeña capilla restaurada recientemente, con un mirador que da vista a la grandiosidad de este valle, vigilado a media distancia por el Turbón. Parada y fonda. Mientras echamos un bocado, reflexionamos sobre la posibilidad de que hace diez mil años pudieran llegar hasta aquí aquellos hielos que cubrían los valles en la última era glacial, en contra de los más de cuarenta grados que soportan estos días las tierras bajas, y de los que por aquí nos libramos.




            Continuamos con el descenso, regresado a nuestro camino, en cuyo cruce nos encontramos con los ciclistas, que como suben, se lo toman con calma. Vamos bajando hasta dar ya vista a Sos, pero antes de entrar en él, visitamos de pasada otra pequeña capilla, la ermita de Santa Lucía, y ya en la entrada del pueblo, la románica de San Andrés. Ahora sí, ahora sí que entramos en el pueblo, cuya primera mención la encuentra Antonio Ubieto en la Colección diplomática de Obarra, nº 18, de Martín Duque, entre 1006 y 1010 citando “una villa en la valle de Sositana, en el lugar de Villanúa”. Recorremos sus calles hasta el lavadero, para regresar de nuevo hasta San Andrés y continuar con el descenso, cuya segunda mitad compartimos con los endurienses, que bajan como ellos saben. Salimos a la pista, y en veinte minutos llegamos a Castejón de Sos, habiendo dejado atrás, como a mitad de camino, su cementerio, por cuyos cielos navegan gentes en parapente.






            Una bonita circular por el Solano de Benasque, visitando parte de sus pueblos, desde Castejón de Sos, con una duración de 3 horas 55 minutos, en los que hemos recorrido 11,2 km, salvando un desnivel acumulado total de unos 460 m D+/-.



Bibliografía:

Por el Pirineo aragonés (rutas del Sobrarbe y la Ribagorza). Cayetano Enríquez de Salamanca. El autor (1974)

Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados I. Antonio Ubieto. Anubar 1984

Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados II. Antonio Ubieto. Anubar 1985

 

Web:

Románico Aragonés





Las fotos y el track






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