Meses, pico Carniceras y Aguaré, cuando las piedras hablan

 

IXOS MONS
Meses, pico Carniceras (1460 m) y Aguaré 

Domingo, 1 de noviembre de 2020

            Mañanica mañanera que no se va a quedar sin su paseo. Ahora sí que va a ser verdad, que va a ser solo un paseo. Con el amigo Miguel subimos a Gabardito por el barranco de los Meses y bajamos por el de Aguaré, aupándonos al pico Carniceras y haciendo una incursión a las paredes, con sorpresa incluida.

            Es una ruta muy conocida y transitada. Tomando como base el aparcamiento junto a la parada de bus de Canfranc pueblo, seguimos las indicaciones del GR 11.1, que nos va metiendo en el barranco de los Meses como él ya sabe hacerlo. Dejamos atrás los antiguos viveros y cruzamos el barranco. Le seguimos el juego a la senda, que pronto nos hace pasar por esa fuente de la Pajeta, saliendo seguidamente a la pista que viene de Villanúa. La tomamos a la derecha, cruzando enseguida el barranco de nuevo. Parada obligada en la fuente de los Abetazos, y seguimos por la pista, que ya va picando para arriba. Frente a un enorme pino royo se encuentra la entrada para el pico Carniceras, al que hacemos los honores. Para llegar a él, un suave tramo de sendero por el bosque y luego otro más delicado por lapiaz, hasta la misma cumbre, que desde sus 1460 metros es una muy buena atalaya para contemplar el discurrir del valle, así como el barranco de Ip y las montañas que lo componen.

            De vuelta a la pista, en muy poco ya se llega a la entrada de Gabardito, habiendo dejado a la derecha el desvío para el barranco de Aguaré, que tomaremos a la vuelta. La imagen que ofrece este puerto es algo desoladora si la comparas con la de hace décadas, el pasto se lo está comiendo la maleza en lugar del ganado, y aun siendo capaces de conocer la causa, no lo somos para poner remedio. Muy complicado, los tiempos van en otra dirección. Entre lo que estorban los matorrales en el camino y el suelo tan perdido de barro, ni ganas de llegar al refugio, de modo que… media vuelta. 

            Media vuelta, sí. Media vuelta hasta la entrada al barranco de Aguaré, que tomamos para ir bajando poco a poco, porque hay tramos empinados, de hecho, hay uno con ayuda de algún elemento como cadenas y estribos. Se alcanza el cauce del barranco y se cruza, dando comienzo a un descenso muy amable por entre el bosque. Llegados a un punto, y marcado con hito, se encuentra un desvío que da acceso a las paredes con vías de escalada equipadas, donde nos encontramos a unos chavales:

• - Hola, chicos.
• - ¿Qué hay? Por aquí, que hemos venido a escalar.
• - Ah, muy bien. Oñó, “El guardián de la cumbre”, esta piedra la conozco.
• - Sí, a ver si escalamos ahora la vía.
• - Ottiá, “Gracias Dr. Gómez”.
• - También querríamos hacerla.
• - ¿Y no sabréis dónde estará “Padres coraje?
• - Sí, claro, aquí mismo.
• - Juer, “Padres coraje”.
• - ¿Qué pasa? ¿Por qué?
• - Porque tienes delante a uno de ellos.
• - ¿Y cómo es eso?
• - Bueno, la del “Guardián…”, no sé, pero las otras dos tienen su historia. Es la historia de un vuelo, es la historia de un mal aterrizaje, de la reparación de una avería gorda y de un montón de meses de lucha por salir adelante. Es la historia del caer mil veces y levantarse mil y una.

            Cuando las piedras hablan. Profunda emoción al recordar esos malos tiempos que, afortunadamente, con tesón, con coraje y con valentía, quedaron atrás.

            De vuelta al sendero, solo resta seguirlo. Se van quedando a la derecha dos entradas al barranco, para hacer los sectores del Aguaré Medio y el Inferior. Salida al costado de la gasolinera, cruce de la carretera, y por fuera de ella, bajar hasta Canfranc, donde hemos dejado el vehículo, completando los 6,7 km en 3h 40’, con mucha calma, y con un desnivel acumulado total de 550 m D+/-.

Las fotos y el track