sábado, 14 de noviembre de 2020

El Toronzué y su cordal, a los pies del pico Tendeñera y su sierra


IXOS MONS
Monte Torcedor (1913 m)
Tozal de las Planas (1966 m)
Toronzué (2263 m) 
Pastorón (2223 m) 
Monte Navariecho (2248 m) 
Jueves, 12 de noviembre de 2020

            La vida está llena de alternancias. Hay muchas, no sé… día, noche; verano, invierno; frío, calor; alegría, tristeza; blanco, negro; lleno, vacío… Claro, que son extremos, y entre ambos también hay vida. Thomas Merton, escritor y místico estadounidense nos dejó esta frase que, referida a la música encaja muy bien en lo que hablamos: “La música es agradable no solo por el sonido, sino por el silencio que hay en ella; sin la alternancia entre el sonido y el silencio no habría ritmo”. Y humildemente añadimos… claro, y sin ritmo no hay vida.



            La grandiosa sierra de Tendeñera, que altiva mira al norte, también al sur lo hace, pero precisa de esa alternancia de sonidos y silencios que nos hablaba Merton, precisa de esos contrafuertes que la sujetan y de los que se sirve para bajar más suave hacia los solanos. Y lo hace a través de profundos valles, que le aportan el sonido de los barrancos; y de altas lomas, que contrarrestan con su silencio, mientras las síncopas del viento se lo permiten. Como director de orquesta, tenemos esa gran sierra, en la que, de poniente a levante, destacan cotas como Peña Blanca, Peña Roya, Sabocos, Peña del Verde, Mallo de las Peñas, Peña Forato os Diaples, Punta de la Ripera, Pico Tendeñera, Pico del Año, Peña Otal y Fenés, todas ellas por encima de los 2500 metros, cotas que modulan sin cesar esos sonidos y esos silencios.


            Y ahora vamos con los músicos, porque si bajamos a pie de orquesta, tenemos, en el municipio de Biescas, el cordal de Cuchecho, Iguarra Puñero, barranco de San Bartolomé, cordal de Puyas Lanas Sarasé, barranco del Infierno, este último compartido ya por Yésero, que además, y siguiendo hacia levante, el cordal Sagueta y Bachesango, el barranco del Puerto, el cordal Torcedor, Tozal de Planas, Toronzué, Pastorón y Navariecho, compartidos con Torla, y ya en este último municipio, el resto, barranco del Cebollar, cordal de los Fañanizas Bajo y Alto, barrancos de Planas d’Abozo y Sorrosal, Tozal de Suaso y barranco Sarriesas, cordal de Litro, Mondeniero y Tozal de Comas, desde donde se desvanece el sonido, fundiéndose con el atronador río Ara.


EL ASCENSO AL SILENCIO

            Tras esta detallada descripción, hoy le toca el turno al Toronzué y todo su cordal… bueno, todo no, que para llegar hasta el final no da muchas facilidades, pero aun así, se ha pasado por dos cotas antes, el Monte Torcedor y el Tozal de las Planas, y por otras dos después, el Pastorón y el Monte Navariecho, y todo ello en una bonita circular, que como en principio no era cerrada, la hemos tenido que cerrar a base de hacer como medio kilómetro por carretera. Dejamos el vehículo junto a ella, a lo que la cruza el barranco de Sorrosal, por el que vamos a volver. Subimos a Linás de Broto por carretera, y desde allí, pasado el refugio del Último Bucardo, nos metemos a la derecha en un camino que no da tregua, y así va a ser hasta el mismísimo Toronzué.


            Los casi ya desnudos cajicos se van haciendo eco de nuestro resuello. Al cabo de una hora, y tras haber dejado el bosque atrás, damos con el punto final de la pista que viene por encima del túnel, y en un cuarto de hora más llegamos a una pequeña cabaña, muy útil en tiempos de pastoreo, tiempos que van quedando atrás, aunque algún rebaño sigue alegrando la vista por aquí, a pesar de estar mediado noviembre. Se diría que venimos del término municipal de Linás de Broto, aunque en realidad como tal pertenece al de Torla-Ordesa, y hasta el comienzo del descenso, donde volveremos a él, vamos coqueteando con el de Yésero. Y así va a ser a lo largo del cordal, en el que pasaremos por las cinco cotas identificadas, y ya mencionadas.


            La vista se cae hacia las profundidades del barranco del Puerto, teniéndola que mantener, incluso levantar para que nos traiga las delicias de los enormes paredones de la sierra madre, hacia la que nos dirigimos para postrarnos a sus pies. Pero antes, la franca montaña no oculta a nuestras miradas la lejanía todavía de la máxima cota de hoy, y de los lomeros por los que hay que pasar con gran esfuerzo para alcanzarla, porque la cuesta se las trae. En un cuarto de hora desde la caseta, el Monte Torcedor, y en veinte minutos más, el Tozal de las Planas, ambos un pelín por debajo de los dos mil metros, pero eso se soluciona rápido, porque en diez minutos cruzamos a pecho esa curva de nivel para dirigirnos al Toronzué, por suave loma. Decimos suave por no ser escarpada, pero no por carecer de pendiente.


           Finalmente llegamos al techo de nuestra ruta de hoy. Luego estaremos más cerca de la gran sierra, pero no más altos. Las vistas desde aquí son grandiosas, extraordinarias. Hacia el norte nos vemos abrumados por los grandes paredones de Tendeñera, y más concretamente del pico homónimo al que justamente se dirige nuestro cordal. Al sur, las dos vertientes del puerto de Cotefablo, y la extensa sierra del Pelopín, y como telón de fondo las sierras exteriores, Guara, Árguis, Caballera, Loarre... A poniente, el Sobremonte, y al fondo nuestras familiares Oroel y San Juan de la Peña… y hasta el Moncayo se perfila por encima de las nieblas del valle del Ebro. A levante, la vista no puede ser mejor, también, Ordesa, destacando las Tres Sorores entre las muchas montañas nevadas; también Peña Montañesa, el Turbón, Cotiella… Aprovechamos para echar un bocado y aproximarnos a una loma hacia el este, atalaya desde donde se ve la cruda realidad, nuestro itinerario de descenso, porque siempre hace duelo bajarse de las alturas, y no solo por el esfuerzo de haber subido, que también, sino porque parte de nuestra alma se reencuentra con la de las montañas… y la separación siempre es dolorosa.



EL DESCENSO A LOS SONIDOS

            Bueno, al turrón. Comienza la bajada con el primer paso de los muchos que hay que dar hasta llegar al fondo del barranco de Suaso, como unos cuatrocientos metros más abajo. Pero antes del vertiginoso descenso, tenemos que continuar por el cordal. Diez minutos para el Pastorón y veinte más para el Navariecho, desde el que ya no podemos continuar el cordal, teniendo que bajar por una canal cuyo comienzo es muy pendiente y descompuesto, habiendo dejado atrás dos o tres canales más, peores todavía. Tras esos primeros pasos delicados, se va atemperando el terreno, sin dejar de ser muy pendiente. En menos de media hora salvamos los trescientos metros de desnivel, y nuestros pies se ven favorecidos por las caricias de las heladas aguas del barranco. Un barranco que cruzamos, igual que la loma siguiente, para caer a otro, el del Cebollar, y que juntos hacen el de las Fuebas, un poco antes de llegar a los pies del refugio de la Faja, a donde llegamos, y que encontramos rodeado de una buena cabaña de ovejas que alegra los sentidos. Lo que hace unas décadas era normal… ahora es excepcional.



            No nos entretenemos mucho. Lo que tampoco hacemos es subir al otro refugio, al recién reformado de Planas d’O Bozo, porque nos tiramos ya por la senda hacia abajo. Cruzamos el barranco homónimo bajo una preciosa cascada, y pronto el puente A Pasata, para ver cómo el barranco de las Sarriesas aporta su caudal al principal, desde aquí llamado de Sorrosal, nombre que mantiene hasta su mismísima desembocadura en el Ara, en Broto, tras hacer sus cabriolas junto a la ferrata. Y en una hora desde la cascada, por un delicioso camino de viejo entre tapiales, con la vista puesta en el otro lado del río sobre preciosos campos con sus bordas, llegamos al final de la ruta, habiendo completado una bonita circular en la que hemos disfrutado de lo caduco de la media montaña y del ambiente de la alta, acompasando los silencios de esta con los sonidos del alborozo de los barrancos.




            Una bonita circular, decimos, por estas solitarias montañas, a la que le hemos dedicado 6h 35’, recorriendo 14,7 km, con un desnivel acumulado total de 1145 m D+/-.






Las fotos y el track

2 comentarios:

  1. Hola Chema.

    Buena circular, por una zona poco conocida, tengo pendiente para este invierno subir al Toronzue, como siempre una crónica muy amena.

    Un saludo

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