sábado, 17 de octubre de 2020

Rapún - Pardina de Layés - Sasal, por la sierra de Buyán


IXOS MONS
Rapún - Pardina de Ayés - Sasal 
Viernes, 16 de octubre de 2020


            El intelectual y economista alemán Schumacher, nos dejó una colección de ensayos llamada “Lo pequeño es hermoso”, y aunque está encuadrada en el ámbito industrial, el título en sí mismo nos parece muy apropiado para ciertos aspectos de la vida, para ciertas actividades de la vida. Y nos lo parece porque, si bien las grandes montañas, los grandes paisajes nos asombran, es en los pequeños montes, en las pequeñas sierras donde podemos encontrar también ese hálito de vida que todo lo envuelve.


Lo pequeño es hermoso


            Hoy hemos elegido una de esas sierras calladas, humildes, discretas, como es la de Buyán, que media entre la llamada Val Estrecha y otra zona, también discreta y callada al sur. Tanto la como la Val, como esta última tierra, están salpicadas por pequeños pueblos que luchan por sobrevivir, y que se reparten entre los términos de Sabiñánigo y Jaca, así como la sierra que media entre ellos. Un circular por media montaña, quizá no muy atractiva parta grandes alpinistas, pero sí para los que, como Schumacher, aunque en otro ámbito, pensamos que lo pequeño es hermoso.           



En marcha


            Con las campanas del reloj de la iglesia de Sabiñánigo Alto deteniéndose tras nueve toques, y el termómetro tiritando en -2º, nos ponemos en marcha los seis que componemos esta pequeña pero hermosa “expedición”. Y lo hacemos siguiendo la traza del PR-HU 160, que pronto nos lía para meternos en el bosque, un sendero por entre el pinar que en 40 minutos nos sube a lo alto de la sierra, dejándonos ver ya su carasol. Ya solo queda dejarse mecer por ese mismo sendero y bajar hasta Rapún, no sin antes dejar atrás las ruinas de una borda y de haber atravesado una de las grandes ralleras que caracterizan a este pueblo, al que llegamos, después de admirar un gran cajico al cabo de hora y media del arranque. 

Pequeño y hermoso rincón en Rapún


            Mientras nos asomamos para ver la iglesia de San Félix, comprobamos que no es el Rapún que quedó despoblado hace más de medio siglo. Vemos con agrado que la orientación al turismo rural lo ha hecho resurgir de sus cenizas. Volvemos sobre nuestros pasos para seguir en dirección a la pardina de Ayés, en la que merece la atención detenerse para contar algo de su interesante pasado y presente.

Camino a la pardina de Ayés

            Hoy en día, aunque conserva su esencia de antaño, está convertida en un centro de divulgación del pastoreo y alojamiento rural, según se desprende de la web del Grupo Pastores, artífices de la transformación del viejo caserío que la familia de Nati, nonagenaria, casi centenaria, puede contar todavía que desde que pasó la hacienda de manos de unos frailes, que la tenían desde el siglo XIX, la trabajó ella y su familia, hasta que en 1965 cerró la puerta la última casa de Rapún, y con ello quedó desierta también la pardina.            



            En 2013, el Grupo Pastores se encarga de la transformación en la “La Borda de Pastores” para dar a conocer, de la mano de Teresa y Vicente, sus actuales encargados, las labores tradicionales del campo y del ganado, combinándolo con una agradable estancia en el alojamiento rural. Una interesante iniciativa que armoniza el tiempo de antaño con el presente.





            Echamos un bocado y de nuevo a la faena, por un sendero entre bosque de la mano del  perímetro de la finca, hasta dejarlo atrás y aproximarnos a Abena por un bonito sendero entre campos. Sin llegar a este pueblo, del TM ya de Jaca, salimos a una pista, que tomamos a la derecha en dirección ya a la sierra, con la intención de volverla a atravesar, encontrando en su lomo, bien emboscada, la ermita de San Antón. Continuamos sendero y nos topamos con el desvío a Jarlata, donde tomamos el ramal de la derecha, para salir a Sasal, de nuevo en el TM de Sabiñánigo, pero ambas localidades en la descrita Val Estrecha, al sur de los llamados Capitiellos.


Los Capitiellos y el Oturia al fondo

            Ya solo resta recorrer con prudencia los 2,5 kilómetros de carretera local hasta alcanzar los vehículos, dando así por terminada esta circular de 17,9 km, en un tiempo total de 6h 20’, y con un desnivel acumulado total en torno a los 745 m D+/-, certificando que, efectivamente, lo pequeño es hermoso.



Las fotos y el track

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