martes, 16 de junio de 2020

Pico del Águila y Borreguil de la Cuca, a caballo entre Estiviellas y Tortiellas

IXOS MONS
Pico del Águila (1972 m)
Borreguil de la Cuca (2096 m)
Lunes, 15 de junio de 2020



            Hoy traemos a estas páginas a Lito-Tejada Flores, cineasta, autor y uno de los fundadores originales de Mountainfilm, que ha dedicado su vida a crear conciencia sobre los problemas ambientales y sociales, según reza en la web del festival más antiguo de los Estados Unidos. Y lo hacemos para dar vida a una de sus frases, que decía: “Nunca escalas la misma montaña dos veces, ni siquiera en tu recuerdo”. Y es algo con lo que estamos de acuerdo, porque lo verificamos constantemente cada día que subimos una montaña, y es que nunca nos parece que la hayamos subido antes, aunque reconozcamos el camino. De hecho, estas dos ya las habíamos subido varias veces.


Estación Internacional de Canfranc, en plena restauración


Arranque del sendero
            Con ese ánimo, nos echamos de nuevo a las montañas, para impregnarnos de todo el prana depositado en su exuberante naturaleza gracias al descanso que le hemos dado nuestra especie durante algunos meses, y que no ha parado de llover, que también es importante. Unos bosques que exhalan pureza por los cuatro costados, que invitan a compartirla, y que se quedan en la zona media de la montaña, como banda protectora, como ofreciendo ese afecto a los humanos, en la esperanza de ver que algún día sea completamente correspondido. Unos bosques que dejan al descubierto roquedos impresionantes sobre unos cuellos que dan paso de unos valles a otros, y que son la base de alguno de sus picos.

La Moleta y Collarada, montañas de Canfranc, con la estación a sus pies

            Estamos hablando de Canfranc. Estamos hablando del barranco de Estiviellas y de la cuenca de Tortiellas. Estamos hablando del Pico del Águila y del Borreguil de la Cuca. Estamos hablando de una ruta que enlaza todo ello. Estamos hablando, en definitiva, de una nueva jornada de montaña… y de la buena, como la compañía, de la buena también. Con ella, es ahí hacia donde se han dirigido nuestros pasos en esta ocasión, en un día aprovechable entre tantos lluviosos.

Circo de Rioseta

ASCENSO POR EL BOSQUE
Primero de los tres miradores sobre el barranco
            Dejando el vehículo en el entorno de la plaza del ayuntamiento, subimos hasta el paseo de los Ayerbe, dedicado a los que con tal apellido, dos primos ingenieros de montes, fueron los artífices del sistema de defensas anti aludes. Hacia el norte se llega a las instalaciones de las piscinas municipales, de donde parte el sendero que zigzaguea subiendo, camuflados de bosque, por el ancho barranco de Estiviellas, en cuyos primeros compases tenemos un buen ejemplo de “cabaña de falsa cúpula”, una de esas construcciones de piedra seca, abundantes en este terreno, y que han sido declaradas “Patrimonio de la Humanidad” por la Unesco. Al cuarto de hora, encontramos el primero de los tres asomes sobre el barranco. Este, al igual que el tercero, el segundo no, lo cruzan, pudiendo empalmar con el camino de Secrás, en la margen derecha.

Uno de los tramos de bosque

Fuente del Burro
            Fuente del Burro, de buenas aguas, y más zigzags. Otros alicientes se van sucediendo, como el segundo y tercer miradores, antes mencionados, los restos de piedra de los alojamientos de las personas que llevaron a cabo unas ingentes obras de ingeniería hidrológica-forestal con el fin de proteger la explanada de la Estación Internacional de los riesgos naturales derivados, principalmente, de los aludes de nieve. Se plantaron 10 millones de árboles de distintas especies y edades para repoblar las laderas, y se emplearon 400.000 Tm de piedras para la construcción de diques y parapetos, como podemos ver en un claro ejemplo en el dique hueco bajo la Cola de Caballo.

Una casi virtual Cola de Caballo

EL PICO DEL ÁGUILA
Olla de Estiviellas, dominada por su macizo
            En poco más de hora y media desde el arranque, y superado ya el paredón por donde se diseña esa cola de caballo acuática, entrando ya en la llamada Olla de Estiviellas, se nos abre un cruce, con la opción a la izquierda de visitar la fuente del Centenario. Pero hemos de seguir por la nuestra, porque a la derecha nos indican unas tablillas nuestro destino de hoy, el Pico del Águila y el collado de Estiviellas, que nos dará acceso al Borreguil de la Cuca.

Desvío para el Pico del Águila

Collado y Pico del Águila
            Las zetas se van sucediendo, y los claros del bosque nos van permitiendo observar el desnivel que vamos pillando. En casi media hora desde el desvío, tomamos otro a la derecha, que será de ida y vuelta, para acercarnos hasta nuestra primera cota. Se pasa por encima de una serie de esas defensas de mampostería, tras de lo cual se pone a tiro visual el ancho collado del Pico del Águila, que también vemos a su derecha. El tránsito hasta él se torna un poco delicado, por un sendero, no siempre bien definido, entre margas con piedra suelta, y bastante patio, con pronunciada pendiente. Una vez llegados al collado, se nos abre la vista sobre el circo de Tortiellas, que rinde al también circo de Rioseta. El ascenso al pico se hace a través de un corto tramo, en el que hay que echar las manos, pero sin mayor dificultad, dándonos paso a una cima, que aun sin llegar a los dos mil metros, goza de unas extraordinarias vistas debido a su aislamiento. El retorno al camino que traíamos se hace por el mismo sitio, con cuidado también, en la zona más delicada de la travesía.

En la cima del Pico del Águila

EL BORREGUIL DE LA CUCA
En el collado de Estiviellas
            Nos incorporamos al camino del bosque para seguir por él como otra media hora larga, aprovechando en un recodo para echar un bocado. Alcanzamos el collado de Estiviellas, por encima ya de los dos mil metros, y con mejores vistas, si cabe, sobre esa enorme cuenca de Tortiellas, bajo la gran Muralla de Borau, y con un hermoso fondo herboso fruto de la colmatación del ibón. Este ancho collado, deja a la izquierda el roquedo de Estiviellas, y a la derecha nuestra segunda cota de hoy, el Borreguil de la Cuca, de más corto, más fácil y mejor acceso que el anterior. Lo acometemos y de vuelta al collado lo recorremos casi entero, para comenzar el descenso, que lo hacemos siguiendo las trazas de un sendero señalizado como PR, y que nos acompaña hasta el mismo lecho herboso, en casi una hora que nos dura la bajada.

Canalroya, y el Midi d'Ossau al fondo

Por el collado, a punto de dejarlo
            En el suave transcurrir por el praderío se nos pierde la referencia, pero son dos lomas que hay que atravesar en dirección norte, entre las que asoman, arriba a la izquierda, las instalaciones del sector de Tortiellas de la Estación Invernal de Candanchú. Nos incorporamos a un sendero más definido, y con marcas rojiblancas, que va bajando a ese otro circo de Rioseta, por terreno pedregoso, que da paso a más cómodo de hierba, y que en una hora más nos deja en la entrada del antiguo campamento militar, al pie de la carretera, donde es un buen momento para recomponernos y echar otro bocado.

Por el mismo lecho del ibón colmatado

LA ÚLTIMA ETAPA
Bajando hacia Rioseta
            Cruzamos la carretera y continuamos por un campo de fútbol en desuso, para salir de nuevo a la carretera enfrente a una pista. La tomamos, porque se trata del trazado de una variante del Camino de Santiago. La pista se convierte en sendero de buen transitar entre el bosque, y que nos vuelve a dejar en la carretera, que volvemos a cruzar, para continuar por sendero, y que en poco nos lleva a un recodo de la carretera antigua de Candanchú. La seguimos dirección Canfranc, pasamos por el hotel Santa Cristina, y al terminar las instalaciones contiguas al edificio, antes cuartel de la Guardia Civil, una baliza del camino jacobeo nos vuelve a meter en un sendero, que nos lleva a cruzar el río Aragón por un puente e incorporarnos al trazado de siempre del GR 65.3, coincidente con el reciente del GR 11.1.

Bajando por el Camino de Santiago

Incorporándonos al trazado original del Camino de Santiago 
            Enseguida se cruza el barranco de Izas, y seguimos, llegando al cabo de menos de media hora al comienzo del Paseo de los Melancólicos, que no tomamos, para seguir por las señales del Camino de Santiago, pasando por la fuente de Pequeña, y tras cruzar la zona industrial, alcanzar el casco urbano de Canfranc por la calle principal, que nos da acceso al vehículo, culminando una gran ruta por estos montes, disfrutando de todo lo que nos ofrecen, y que es mucho.

Fuente de Pequeña

            Una gran ruta, sí, a la que le hemos dedicado 8h 10’ de tiempo total, del que cerca de 6 han sido en movimiento, para recorrer 17,5 km, salvando un desnivel acumulado de 1235 metros D+/-, en una jornada en la que las amenazas de lluvia se han quedado en eso, en amenazas.


Las fotos y el track

2 comentarios:

  1. Como siempre impresionado por la salida o excursión, y por lo bien que manejas el teclado para describir paseo y vivencias. Gracias, yo te leo
    siempre. Un abrazo

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