domingo, 21 de junio de 2020

Pico Catieras, por Yenefrito

AQUERAS MONTAÑAS
Catieras (2604 m)
Sábado, 20 de junio de 2020



            Hoy comenzamos con unas palabras de Joaquín Costa, ensayista y político aragonés, entre otras cosas, toda una referencia en la corriente regeneracionista española, y que como buen grausino, aunque no lo era de nacimiento, tenía su mirada puesta en el Alto Aragón. Él decía: “En este laberinto de montañas del Alto Aragón, que hace pensar en un gigantesco florecimiento de la tierra, y en las cuales parece que se respira aún el aliento virginal de la creación, la Naturaleza, más que convidar, obliga al recogimiento”. Una sabia frase en la que está contenida la polarización. De un lado se nos habla de expansión, y por el otro de su antagónico recogimiento. Y es algo que tenemos presente y a lo que aspiramos cada vez que salimos a la montaña, y que realizamos en cada respiración, inspiramos para recoger, para retener, y con la espiración expandimos nuestro aliento.

Valle de Yenefrito, para expandirse y para recogerse

            Inspirar, espirar. Recoger, expandir. Dar, recibir. Dos corrientes invertidas del mismo flujo, y que hoy, como en otras ocasiones ha estado presente, porque la ruta de hoy se lo merecía, y porque nosotros también. Hoy nos hemos dejado conquistar por un recóndito y bello valle en las montañas panticutas, el de Yenefrito, o barranco de Laulot, para desviarnos hacia el NE en busca del ibón y su pico, en el mundo Catieras.

Listos para iniciar la larga ruta

LA REANUDACIÓN
Saliendo a los prados
            El calendario de actividades de montaña del CP Mayencos, sale de vía muerta y se encarrila hacia un nuevo destino. Tras haberse quedado en esos estériles andenes varias de las salidas, sin encontrar el suyo, ha llegado el momento de echar a andar de nuevo. Y la estación que le ha tocado acoger esta nueva singladura es la del Pico Catieras, de 2604 metros de altitud. Un numeroso grupo mayenco de dieciséis componentes, casi paritario en género, partíamos de la terminal del telecabina para acceder por el sendero hasta la pista, que alcanzábamos al cabo de casi hora y media, pasando por bosque y por campos aterrazados que suspiran por lo que fueron. Dejábamos atrás un par de desvíos a la izquierda para dar la vuelta a la Peña del Saso, y el cruce del río Bolática por el puente de la Zoche.

Tendeñera, desde los primeros compases de Yenefrito

El Dedo de Dios
            Un poco más abajo, pero casi enfrente, se toma el desvío para este precioso valle, que en los primeros compases todavía le sigue siendo fiel al principal en cuanto a perspectiva visual, ya que ofrece buenas vistas sobre las montañas que cierran el Rincón del Verde, coronadas por la Tendeñera, la reina de su sierra. Los pastizales están exuberantes, el ganado no ha subido aún, pero nos da la impresión de que no se lo comerá todo. El Dedo de Dios va ganando protagonismo, alzándose impetuosamente sobre el horizonte. En poco más de media hora llegamos al collado desde el que un pequeño desvío nos da la opción de acercarnos a un roquedo cercano para contemplarlo bien de cerca, incluso hasta él mismo se puede llegar, pero no lo hacemos, porque no aporta mejores vistas.

El Dedo de Dios en otra perspectiva

PROSEGUIMOS EL ASCENSO
Adentrándonos en el barranco de Catieras
            De vuelta a ese pequeño collado para seguir camino por el fondo del valle. Dejamos a la izquierda el refugio de Yenefrito, con apariencia de renovado, junto a la mallata, que no se ve renovada. Cruzamos el barranco principal, para ir encaminándonos ya a abandonarlo y comenzar por la izquierda el ascenso a ese mundo Catieras, que nos aguarda. Una fuerte subida nos acerca a un más pausado tránsito por el barranco por el que desagua el ibón, al que llegamos con ganas de echar un bocado… y lo echamos. Un ibón situado en una de las muchas cubetas glaciales de los granitos de Panticosa y sus valles. Un lugar apacible, al que se asoman los montes que lo circundan, los Ferreras, el Espelunz, el Baldairán, y nuestro objetivo, el Catieras, que le da nombre al dominio.

Ibón de Catieras desde la cima SE del pico homónimo

La subida al collado
            El camino toma dirección N para meterse en un estrecho valle que mantiene nieve todavía, pero blanda, por la que se circula sin mayores problemas. Los 260 metros de desnivel hasta el collado se hacen en cincuenta minutos, un collado que nos da vistas a otro circo, el de Piniecho, y desde el que resta ya solo la última faena, que es la de coronar el pico, que se hace en otros diez minutos. Ciertamente no es un pico muy elevado, pero su situación y un cierto aislamiento le confieren la virtud de tener muy buenas vistas por todos los lados. Y si le falta la de la cuenca que hemos dejado atrás, solo tenemos que acercarnos hacia esa otra cota secundaria que le surge hacia el SE, completando la panorámica.

Circo de Piniecho

EL REGRESO
El grupo en la cima
            Este recorrido da para mucho, pudiendo enlazar con la ascensión a otras montañas próximas, incluso volviendo dando una amplia circular por valles cercanos, pero esas “malas” ideas las dejaremos para mejor momento, que ya tenemos bastante con lo que tenemos, y que intentar optimizar el tiempo invertido en un largo recorrido, con un numeroso grupo, no es muy compatible. Hay que convivir con los más marchosos y con los que necesitan más tiempo para disfrutar.

Mallata y refugio de Yenefrito

            Y como se trata de eso, de disfrutar, el descenso lo hacemos por el mismo itinerario, de modo que nos vamos a ir encontrando con los mismos hitos, con los mismos lugares, con los mismos barrancos, con los mismos pasos… pero a la inversa. Cinco horas para subir y cuatro y media para bajar, con sus paradas, con sus agrupaciones, con sus momentos para echar algo al cuerpo, que la jornada ha sido larga. Casi diez horas la han hecho, para recorrer 22 km, y salvar un desnivel acumulado de 1560 m D+/- que, bueno, no está mal.


Más fotos y el track

2 comentarios:

  1. Hola Chema.

    Veo que todos os vais para los pastos de Panticosa y no me extraña, porque con está primavera tan lluviosa, están espectaculares.

    Para la vuelta a la "normalidad", os ha salido un recorrido contundente!. Por cierto ese pico que se ve al lado, ¿es el pico de los Batanes?.

    Un saludo

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    Respuestas
    1. La "vuelta a la normalidad" está siendo espectacular, sí.
      El que queda a la derecha del collado es el Baldairán, o Batanes.

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