Catieras (2604 m)
Sábado, 20 de junio de 2020
Hoy comenzamos con unas palabras
de Joaquín Costa, ensayista y político
aragonés, entre otras cosas, toda una referencia en la corriente
regeneracionista española, y que como buen grausino, aunque no lo era de
nacimiento, tenía su mirada puesta en el Alto
Aragón. Él decía: “En este laberinto
de montañas del Alto Aragón, que hace pensar en un gigantesco florecimiento de
la tierra, y en las cuales parece que se respira aún el aliento virginal de la
creación, la Naturaleza, más que convidar, obliga al recogimiento”. Una sabia frase en la que está contenida la polarización. De un lado se nos habla de
expansión, y por el otro de su antagónico recogimiento. Y es algo que tenemos
presente y a lo que aspiramos cada vez que salimos a la montaña, y que
realizamos en cada respiración, inspiramos para recoger, para retener, y con la
espiración expandimos nuestro aliento.
Valle de Yenefrito, para expandirse y para recogerse |
Inspirar, espirar. Recoger,
expandir. Dar, recibir. Dos corrientes invertidas del mismo flujo, y que hoy,
como en otras ocasiones ha estado presente, porque la ruta de hoy se lo merecía,
y porque nosotros también. Hoy nos hemos dejado conquistar por un recóndito y
bello valle en las montañas panticutas,
el de Yenefrito, o barranco de Laulot, para desviarnos hacia
el NE en busca del ibón y su pico, en el mundo
Catieras.
Listos para iniciar la larga ruta |
LA REANUDACIÓN
Saliendo a los prados |
El calendario de actividades de
montaña del CP Mayencos, sale de vía
muerta y se encarrila hacia un nuevo destino. Tras haberse quedado en esos estériles
andenes varias de las salidas, sin encontrar el suyo, ha llegado el momento de
echar a andar de nuevo. Y la estación que le ha tocado acoger esta nueva
singladura es la del Pico Catieras, de 2604 metros de altitud. Un numeroso grupo
mayenco de dieciséis componentes, casi paritario en género, partíamos de la
terminal del telecabina para acceder por el sendero hasta la pista, que alcanzábamos
al cabo de casi hora y media, pasando por bosque y por campos aterrazados que suspiran por lo que
fueron. Dejábamos atrás un par de desvíos a la izquierda para dar la vuelta a
la Peña del Saso, y el cruce del río Bolática por el puente de la Zoche.
Tendeñera, desde los primeros compases de Yenefrito |
El Dedo de Dios |
Un poco más abajo, pero casi
enfrente, se toma el desvío para este precioso valle, que en los primeros compases
todavía le sigue siendo fiel al principal en cuanto a perspectiva visual, ya
que ofrece buenas vistas sobre las montañas que cierran el Rincón del Verde, coronadas por la Tendeñera, la reina de su sierra. Los pastizales están exuberantes,
el ganado no ha subido aún, pero nos da la impresión de que no se lo comerá
todo. El Dedo de Dios va ganando
protagonismo, alzándose impetuosamente sobre el horizonte. En poco más de media
hora llegamos al collado desde el que un pequeño desvío nos da la opción de
acercarnos a un roquedo cercano para contemplarlo bien de cerca, incluso hasta él
mismo se puede llegar, pero no lo hacemos, porque no aporta mejores vistas.
El Dedo de Dios en otra perspectiva |
PROSEGUIMOS EL ASCENSO
Adentrándonos en el barranco de Catieras |
De vuelta a ese pequeño collado
para seguir camino por el fondo del valle. Dejamos a la izquierda el refugio de
Yenefrito, con apariencia de renovado, junto a la mallata, que no se ve renovada. Cruzamos el barranco principal,
para ir encaminándonos ya a abandonarlo y comenzar por la izquierda el ascenso a ese mundo Catieras,
que nos aguarda. Una fuerte subida nos acerca a un más pausado tránsito por el
barranco por el que desagua el ibón, al que llegamos con ganas de echar un
bocado… y lo echamos. Un ibón situado en una de las muchas cubetas glaciales de
los granitos de Panticosa y sus valles. Un lugar apacible, al que se asoman los
montes que lo circundan, los Ferreras, el Espelunz, el Baldairán, y nuestro
objetivo, el Catieras, que le da nombre al dominio.
Ibón de Catieras desde la cima SE del pico homónimo |
La subida al collado |
El camino toma dirección N para
meterse en un estrecho valle que mantiene nieve todavía, pero blanda, por la
que se circula sin mayores problemas. Los 260 metros de desnivel hasta el
collado se hacen en cincuenta minutos, un collado que nos da vistas a otro
circo, el de Piniecho, y desde el que resta ya solo la última faena, que es la
de coronar el pico, que se hace en otros diez minutos. Ciertamente no es un
pico muy elevado, pero su situación y un cierto aislamiento le confieren la
virtud de tener muy buenas vistas por todos los lados. Y si le falta la de la
cuenca que hemos dejado atrás, solo tenemos que acercarnos hacia esa otra cota
secundaria que le surge hacia el SE, completando la panorámica.
Circo de Piniecho |
EL REGRESO
El grupo en la cima |
Este recorrido
da para mucho, pudiendo enlazar con la ascensión a otras montañas próximas,
incluso volviendo dando una amplia circular por valles cercanos, pero esas “malas”
ideas las dejaremos para mejor momento, que ya tenemos bastante con lo que
tenemos, y que intentar optimizar el tiempo invertido en un largo recorrido,
con un numeroso grupo, no es muy compatible. Hay que convivir con los más
marchosos y con los que necesitan más tiempo para disfrutar.
Mallata y refugio de Yenefrito |
Y como se
trata de eso, de disfrutar, el descenso lo hacemos por el mismo itinerario, de
modo que nos vamos a ir encontrando con los mismos hitos, con los mismos
lugares, con los mismos barrancos, con los mismos pasos… pero a la inversa. Cinco
horas para subir y cuatro y media para bajar, con sus paradas, con sus
agrupaciones, con sus momentos para echar algo al cuerpo, que la jornada ha
sido larga. Casi diez horas la han hecho, para recorrer 22 km, y salvar un
desnivel acumulado de 1560 m D+/- que, bueno, no está mal.
Hola Chema.
ResponderEliminarVeo que todos os vais para los pastos de Panticosa y no me extraña, porque con está primavera tan lluviosa, están espectaculares.
Para la vuelta a la "normalidad", os ha salido un recorrido contundente!. Por cierto ese pico que se ve al lado, ¿es el pico de los Batanes?.
Un saludo
La "vuelta a la normalidad" está siendo espectacular, sí.
EliminarEl que queda a la derecha del collado es el Baldairán, o Batanes.