A TUCAS ALBARS
Tozal de Suaso (2222 m)
Miércoles, 29 de enero de 2020
A poco nos ha sabido. Más hay que volver.
Dicho queda.
Estas fueron
las palabras de despedida de la anterior reseña sobre el valle de Sorrosal, al que acudíamos justo hace dos semanas, y que
con unas desmedidas dosis de voluntarismo a punto estuvimos de coronar esta
bonita montaña. No consideramos victoria cuando las subimos, porque no es una
pugna. No consideramos conquista cuando las alcanzamos, porque son ellas las
que nos conquistan. No las consideramos rendidas a nuestros pies, porque son
las que nos aúpan un poco más de su cota. No consideramos fracaso, por tanto, a
una no consecución del objetivo. Sí que podemos hablar de éxito, pero sabiendo
que se consigue cuando has regresado a casa.
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Bella estampa del puente A Pasata |
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Los campos duermen bajo el manto nivoso |
La clave está
en esos íntimos momentos de reflexión antes de dejarte mecer en los brazos de Morfeo,
en los que te preguntas lo que has hecho en el día, si lo has dado todo, o podías
haber hecho algo mejor, con el fin de tenerlo en cuenta en lo sucesivo, porque
es ahí donde se brinda la ocasión de enmendar. Y eso es lo que hemos hecho. Esa
buena dosis de voluntarismo, revestida de buenos pertrechos, ha hecho maridar
esa relación del ser humano con la montaña, inexplicable pasión, por otra parte…bueno, no más
que otras.
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A punto de ponernos en marcha (foto de Marisa) |
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El Rincón del Año cargado de nieve |
Y no solo
mejorando nuestra equipación porque se viera insuficiente hace dos semanas,
sino porque además, la montaña ha soportado en este tiempo una considerable
carga de nieve, suficiente para haber podido salir desde el mismo puente de Sorrosal,
en la carretera ya con raquetas, no haciéndolo por guardar fuerzas. Pues ahí
andamos, en una jornada para la que dan buenas previsiones, al menos hasta las
primeras horas de la tarde, dispuestos a enmendar errores y desear que nos
acoja esta montaña, carente de mucho interés dado el escenario en el que se
encuentra, pero digna de culto, como lo son todas, y que anda ajena a la
confusión que hay con su nombre, que incluso el mapa del IGN, dependiendo del
zoom que pongas, sitúa en el cordal de los Fañanizas,
justo enfrente.
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Saliendo hacia nuestro objetivo |
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Por la cabañera junto al río |
Salimos por la
cabañera, ese camino empedrado a tramos, y entre tapiales en los que el musgo
se va haciendo hueco. Algo más de una hora para alcanzar el puente A Pasata,
sobre un barranco de Sorrosal recién formado por los de las Fuebas y las Planas d’Abozo. Sin asomarnos a la cascada, en diez minutos más
alcanzamos la pista, y pronto ya las raquetas, para llegar ya al refugio, en
el que no paramos mucho.
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Tendeñera entre nubes, y la cresta del Año |
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En plena faena |
El ambiente es
puramente invernal, el rincón del Año luce sus mejores galas, unas laderas muy
cargadas de nieve, sin saber muy bien sus intenciones con la próxima subida de
temperaturas, y todo ello coronado por unos enormes paredones que su
verticalidad ha descarnado, y que se
muestran desafiantes, Pico de la Ripera,
Tendeñera, Peña de Otal, Fenés…
intratables, diríamos. Salimos del refugio con la decisión de emprender los
casi 600 metros de ascenso por la loma sur que, aunque larga, es más tendida, y
por ello da más seguridad.
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Un alto en el camino antes del asalto final (foto de Marisa) |
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De contemplación (foto de Jesús) |
La incomodidad
de ir ladeando obliga a tomarse la subida a pecho en lugar de ir haciendo
zetas. La nieve está dura, lo que aconseja dar con fuerza cada paso, para que
las raquetas muerdan bien. La ventisca que veníamos viendo en el cordal del Toronzué, que güega con Yésero, está a una altura que
alcanzamos, y nos brinda buenas rachas de viento, un viento que anuncia la
llegada de un frente que más vale dejarlo atrás en el descenso, porque trae
cara de pocos amigos. Hay una cota intermedia en la que hacemos un alto para
reponer fuerzas y acometer la subida final, llegando finalmente a los 2222
metros de nuestro objetivo de hoy, el Tozal
de Suaso, que mira de reojo a los 2705 del roquedo próximo que forma la Peña de Otal o Arañonera.
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Fenés y el cordal que se descuelga hacia el Tozal de Comas |
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Peña Otal o pico Arañonera |
Justo el
tiempo para reagruparnos, y tomamos la decisión de cambiar de herramienta, porque
vemos que la pendiente es algo excesiva para raquetas. Contemplación, poca. Fotos,
pocas. Viento, mucho. Crampones, piolet y para abajo. En una hora llegamos al
refugio, tras un descenso bastante penoso, debido a que la nieve ha
transformado y nos clavamos hasta la rodilla en ocasiones. Echamos un bocado en
el refugio, que no lo habíamos hecho antes, y de nuevo con raquetas continuamos
por la pista hasta ese desvío que nos lleva al puente de Sorrosal, habiéndonos despojado de ellas donde el terreno lo aconsejaba.
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Los cielos de Cotefablo |
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Reponiendo |
La actividad
de hoy arroja unos datos de 7h 10’ de tiempo total, del que 4h 25’ han sido en
movimiento, para recorrer 12,6 km, y salvar un desnivel acumulado total algo
superior a los 1000 metros D+/-, que no hacen justicia con el esfuerzo
realizado hasta llegar al vehículo, que lo hacemos cuando el frente
decide despedirnos con agua. Justo a tiempo, tras una bonita jornada de montaña
en buen ambiente y con buena compañía.
Muy buen equipo. Seguros y disciplinados. Ladera exigente, al límite para raquetas.
ResponderEliminarSí, al límite, pero se superó con seguridad, disciplina, como dices, y con dignidad. La subida fue muy noble... no tanto la bajada.
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