domingo, 7 de octubre de 2018

Monte Pano, interpretando el bosque con el IPE

ANDADAS
Monte Pano
Sábado, 6 de octubre de 2018



            Hoy nos vamos de salida divulgativa con el IPE. El Instituto Pirenaico de Ecología, celebra su 75 aniversario sacando su conocimiento a la calle, concretamente a nuestros montes, a nuestros bosques, para compartirlo con el común de los mortales, que solo vemos un árbol cuando vemos un árbol. Pero hete aquí que hay gente que dedica su vida a tratar de ver más allá, a hacerse continuamente preguntas para conocer su comportamiento, su modus vivendi, la aclimatación de las distintas especies, al medio, a cómo se llevan entre sí, a cómo se organizan, a cómo responden a los cambios climáticos y provocados por el hombre… en fin. Y todo ello para tratar de entender esa naturaleza viva de la que formamos parte. Una pasión que compartir.


La Peña Oroel desde el collado Betito
            El Monte Pano era el destino de esta salida, en la que el bosque era el protagonista. Una treintena de personas, encabezada por el investigador y amigo Daniel Gómez, salíamos de la pradera de San Indalecio, donde se ubica el llamado Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña, para dirigirnos a la pista que sube a la ermita de San Salvador. Recorridos unos cientos de metros nos asomábamos a la cornisa sur de la sierra, desde la que se alcanza una bonita panorámica de los Pirineos más cercanos al norte, así como del somontano en la solana. Aquí nos hacía una breve introducción de la geomorfología y disposición de nuestra cordillera, a la que le gusta más llamarla en plural, porque… el Pirineo es mucho Pirineo.

Saliendo de San Indalecio

Parada de presentación
            Lo primero en destacar es la gran diferencia entre la cara norte y la sur. En la primera el descenso es muy brusco desde la divisoria hasta la tierra llana, lo que se puede observar bajando, por ejemplo, desde el Somport hasta Oloron o Pau, cuya distancia es de muy corto recorrido. En cambio, en la parte española es mucho mayor la que hay hasta la Hoya de Huesca. Básicamente, los Pirineos están formados por tres elementos fundamentales, el llamado Pirineo Axial, de composición granítica, y en nuestra vertiente las Sierras Interiores, calizas y las Sierras Exteriores, formadas por conglomerados. En cuatro palabras hemos sintetizado cientos de millones de años de trabajo de un fondo marino que emergió, formando una de las cordilleras más bellas del mundo.

Junto al corral de entrada al Camino de las Fuentes

Mostrando el tusílago o uña de caballo
            También nos contaba que el centro con mayor biodiversidad de Europa son los Alpes, a los que se les estima una extensión como cinco veces la de los Pirineos, que es el que le sigue, albergando muy pocas especies menos que en la cordillera alpina. Esta zona en la que estamos forma parte del Monte Pano, más conocido por Sierra de San Juan de la Peña al contar en sus dominios con los monasterios pinatenses. Está incluida en el Espacio Natural Protegido del Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel, pero hay más historia.

En el roquedo, cambio de escenario

Imagen antigua del claustro del Monasterio Viejo
Foto: Real Hermandad San Juan de la Peña
            Extraemos un fragmento de un documento de Medio Ambiente del GA: “En 1869, tras la desaparición de las comunidades religiosas, el Estado tenía previsto subastar el monte de San Juan de la Peña. Tras las mediaciones del ingeniero de la zona quien enunció la célebre frase de “quitad el monte al Santuario y habréis mutilado el monumento”, evitó que esta subasta se llevase a cabo. De esta manera, en 1920 se declaró el Sitio Nacional de San Juan de la Peña, convirtiéndose en el tercer Espacio Natural Protegido de España. Este Sitio Nacional incluía el Monasterio Románico y el Barroco, así como el monte de San Juan de la Peña”.


En el roquedo podemos encontrar la Corona de Rey, o esta Valeriana Longiflora

El ciclo vital del haya ronda los 200 años
            La figura de Parque Nacional es la de mayor protección, y se aplica para resaltar un biotipo diferenciado en el estado español, siendo el de la “Montaña de Covadonga”, denominado hoy "Parque Nacional de Picos de Europa", el primero en declararse en España en 1918, seguido en un par de meses por el "Parque Nacional de Ordesa", hoy "Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido", algo bien sabido al manejarse la manida información este año de su centenario. Pues bien, significamos que en dos años será el centenario de este tercer Espacio Natural Protegido de España, que comenzó su singladura el 30 de octubre de 1920 como Sitio Nacional, reclasificándose el 19 de mayo de 1998 como Monumento Natural, con 264 has. Posteriormente, el 28 de noviembre de 2014, se incluiría la contigua peña Oroel, dotándolo de la figura de protección de "Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel", abarcando con la ampliación las actuales 9514 has de extensión, incluidas en los términos de Jaca, Santa Cruz de la Serós, Bailo, Caldearenas, Santa Cilia y Las Peñas de Riglos, por orden de magnitud.

Sendero por el bosque

Hayuco, el fruto del haya
            Nos hemos ido un poco del relato, pero creemos importante centrar el tiro para saber dónde estamos y la historia, al menos la reciente, que le precede, porque es un entorno de gran valor medioambiental y paisajístico, en el que podemos observar, si así nos lo muestran, las influencias atlántica y mediterránea. Estamos hablando de clima, un factor fundamental en la configuración del paisaje… también del paisanaje, que si bien ha influido y mucho en ello, no debemos perder la perspectiva de que ha sido en los últimos cientos de años, o miles si queremos, en contra de la duración de cientos de millones de años de la formación del paisaje.

            A este respecto, destacaba Daniel, la diferencia entre “preservar” y “conservar”. El primer concepto hace referencia al mantenimiento del medio natural antes de la llegada del hombre, mientras que el segundo lo hace desde el momento en el que se toma la decisión de esa conservación. Sobre lo primero es poco lo que se puede actuar.

Bajando hacia el collado Betito
            Seguidamente nos metíamos en el llamado Camino de las Fuentes, de reciente recuperación por el Ayuntamiento de Santa Cruz de la Serós. El comienzo de pista forestal daba paso a un delicioso sendero que se adentra en el bosque. Un bosque colonizado hoy por especies como el Abeto y el Haya fundamentalmente, y en cuyo itinerario sorprendentemente nos encontramos con varios abrevaderos ya en desuso, testimonio de una pasada vida pastoril en un terreno de prados, que al extinguirse ha sido colonizada por el bosque, que está en permanente evolución, no encontrando generalmente en esta zona ejemplares con más de 80 o 100 años de vida.

Última charla antes de la comida

Al solaz en el collado Betito
            Tenemos pues dos elementos de influencia vital en la vida y desarrollo de las especies vegetales en general y de los bosques en particular, el clima y la acción del hombre. Si bien las plantas no se pueden desplazar como individuos, sí lo hacen como colectivo, pudiendo hacerlo, bien mediatizadas por el clima o por la presión humana, constituyendo una importantísima fuente de información sobre la historia natural reciente y remota. Tenemos especies como el abeto y el haya, a las que les gusta más el frío y la humedad, aunque también muestran sus diferencias. Se dice que al haya le gusta tener “los pies secos y la cabeza húmeda”, y al abeto lo contrario. Es por eso que a éste último ya no se le ve más allá del Roncal, y sí el haya. Y por el otro extremo, donde termina el haya sigue el abeto, más mediterráneo.

De erizones y leguminosas
            El fluido vital de los animales superiores, entre los que a veces hasta se encuentra el ser humano, es la sangre, y en el caso de los vegetales es la clorofila. Entre ambos no hay tanta diferencia, porque tienen la misma composición a excepción del átomo central del núcleo, que mientras en la sangre es de hierro en la clorofila es de magnesio. Estas y otras curiosidades para los neófitos van acompañando nuestro paseo por el bosque. Por ejemplo, que la dureza o no de las hojas es una consecuencia del terreno donde se desarrollan las especies arbóreas, es decir, si son coriáceas, más fuertes, es para impedir mayor cantidad de evaporación en especies adaptadas a lugares más soleados y secos, siendo los estomas unos pequeños agujeros por donde se pierde esa humedad.

De líquenes
            Otro concepto importante es el referido a la edad de las distintas especies. Se sabe que las coníferas fueron las que “inventaron” la lignina hace unos 250 MM de años, material que se encarga de la formación de la madera, dicho muy brevemente, siendo las precursoras de los árboles. La aparición de las hayas, por ejemplo, se data en 100 MM años. Se sabe también que hay especies llamadas nodrizas, o precursoras, que atraen a otras superiores en ese peregrinar de las especies; por ejemplo, arándanos, avellanos, frambuesas… en hayas, tomillos o madroños en encinas. Observando y analizando este aspecto tan importante se puede establecer una correcta planificación para la repoblación de los montes tras un incendio, por ejemplo, no plantando las especies definitivas sino estas precursoras, que atraerán a las que sean objeto definitivo.

Bajando por el barranco Carbonera
            Con estas y otras muchas cosas que resultan curiosas al común de los mortales, se llegaba al collado Betito, ese cuello de dos cabezas, San Salvador y Cuculo, donde echábamos un bocado y nos disponíamos a bajar por el barranco de Carbonera, no sin antes mostrarnos que los erizones, tan frecuentes en zonas donde ya no ramonea el ganado, pertenecen a una de las especies de leguminosas, que aportan una buena dosis de nitrógeno a los suelos. Recuerda Daniel que en la antigüedad, cuando no existían los nitratos comerciales y los campos se cultivaban manualmente, se hacía rotativamente, intercalando los de cereal con los de leguminosas comestibles, o alfalfa, que aportaban ese nitrógeno necesario para una mejor cosecha.

            En el descenso no faltaban las paradas ocasionales ante cualquier otra cuestión o demanda de los asistentes, como la observación de distintas especies de líquenes, una perfecta simbiosis entre un alga y un hongo. Ella, con capacidad de efectuar la fotosíntesis, aporta clorofila al matrimonio, y él la humedad. Especies como ésta o la llamada Oreja de Oso, verdadera reliquia del terciario, son capaces de desecarse durante mucho tiempo, incluso años, y volverse a rehidratar.

¿Hojas de pino, de abeto o de tejo?

Llegamos a la carretera
            Y así llegamos a la carretera, donde tras las lecciones viene el examen. Y lo hace mostrándonos unas pequeñas ramas de pino, abeto y tejo, saliendo airosos de ver las diferencias. Bueno, muy básico. Tras circular por asfalto durante unos cientos de metros nos metíamos por un sendero, que pasa por la captación de aguas para Santa Cruz de la Serós, llegando a la localidad, dando así por terminado un delicioso paseo por un monte y su bosque por los que salíamos conociéndolos más, gracias a estas salidas divulgativas del IPE en el entorno de las celebraciones de su 75 aniversario. Un paseo decimos que con tanta instrucción se nos ha hecho corto, pero que han salido unos nada despreciables 10,4 km, que hemos recorrido en 6h 40’ de tiempo total, del que 2h 35’ han sido en movimiento, con un desnivel acumulado de 350 D+ y 765 D-.

Llegando a la bella localidad de Santa Cruz de la Serós

Reportaje de fotos: https://www.facebook.com/chema.tapiagr/media_set?set=a.2014720031884043

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