ANDADAS
Monte Pano
Sábado, 6 de octubre de 2018
Hoy
nos vamos de salida divulgativa con el IPE. El Instituto Pirenaico de Ecología,
celebra su 75 aniversario sacando su conocimiento a la calle, concretamente a
nuestros montes, a nuestros bosques, para compartirlo con el común de los
mortales, que solo vemos un árbol cuando vemos un árbol. Pero hete aquí que hay
gente que dedica su vida a tratar de ver más allá, a hacerse continuamente
preguntas para conocer su comportamiento, su modus vivendi, la aclimatación de
las distintas especies, al medio, a cómo se llevan entre sí, a cómo se
organizan, a cómo responden a los cambios climáticos y provocados por el hombre…
en fin. Y todo ello para tratar de entender esa naturaleza viva de la que
formamos parte. Una pasión que compartir.
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La Peña Oroel desde el collado Betito |
El
Monte Pano era el destino de esta salida, en la que el bosque era el
protagonista. Una treintena de personas, encabezada por el investigador y amigo
Daniel Gómez, salíamos de la pradera de San Indalecio, donde se ubica el
llamado Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña, para dirigirnos a la pista que
sube a la ermita de San Salvador. Recorridos unos cientos de metros nos asomábamos
a la cornisa sur de la sierra, desde la que se alcanza una bonita panorámica de
los Pirineos más cercanos al norte, así como del somontano en la solana. Aquí
nos hacía una breve introducción de la geomorfología y disposición de nuestra
cordillera, a la que le gusta más llamarla en plural, porque… el Pirineo es
mucho Pirineo.
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Saliendo de San Indalecio |
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Parada de presentación |
Lo
primero en destacar es la gran diferencia entre la cara norte y la sur. En la
primera el descenso es muy brusco desde la divisoria hasta la tierra llana, lo
que se puede observar bajando, por ejemplo, desde el Somport hasta Oloron o Pau,
cuya distancia es de muy corto recorrido. En cambio, en la parte española es
mucho mayor la que hay hasta la Hoya de Huesca. Básicamente, los Pirineos están formados por tres elementos fundamentales, el llamado
Pirineo Axial, de composición granítica, y en nuestra vertiente las Sierras Interiores, calizas y las
Sierras Exteriores, formadas por conglomerados. En cuatro palabras hemos
sintetizado cientos de millones de años de trabajo de un fondo marino que
emergió, formando una de las cordilleras más bellas del mundo.
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Junto al corral de entrada al Camino de las Fuentes |
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Mostrando el tusílago o uña de caballo |
También
nos contaba que el centro con mayor biodiversidad de Europa son los Alpes, a
los que se les estima una extensión como cinco veces la de los Pirineos, que es el que le sigue, albergando muy pocas especies menos que en la
cordillera alpina. Esta zona en la que estamos forma parte del Monte Pano, más
conocido por Sierra de San Juan de la Peña al contar en sus dominios con los
monasterios pinatenses. Está incluida en el Espacio Natural Protegido del Paisaje
Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel, pero hay más historia.
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En el roquedo, cambio de escenario |
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Imagen antigua del claustro del Monasterio Viejo
Foto: Real Hermandad San Juan de la Peña |
Extraemos
un fragmento de un
documento
de Medio Ambiente del GA:
“En 1869,
tras la desaparición de las comunidades religiosas, el Estado tenía previsto
subastar el monte de San Juan de la Peña. Tras las mediaciones del ingeniero de
la zona quien enunció la célebre frase de “quitad el monte al Santuario y
habréis mutilado el monumento”
, evitó que
esta subasta se llevase a cabo. De esta manera, en 1920 se declaró el Sitio
Nacional de San Juan de la Peña, convirtiéndose en el tercer Espacio Natural
Protegido de España. Este Sitio Nacional incluía el Monasterio Románico y el
Barroco, así como el monte de San Juan de la Peña”.
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En el roquedo podemos encontrar la Corona de Rey, o esta Valeriana Longiflora |
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El ciclo vital del haya ronda los 200 años |
La
figura de Parque Nacional es la de mayor protección, y se aplica para resaltar un biotipo diferenciado en el
estado español, siendo el de la “Montaña de Covadonga”, denominado hoy "Parque Nacional de Picos
de Europa", el primero en declararse en España en 1918, seguido en un par de
meses por el "Parque Nacional de Ordesa", hoy "Parque Nacional de Ordesa y Monte
Perdido", algo bien sabido al manejarse la manida información este año de su
centenario. Pues bien, significamos que en dos años será el centenario de este
tercer Espacio Natural Protegido de España, que comenzó su singladura el 30 de
octubre de 1920 como Sitio Nacional, reclasificándose el 19 de mayo de 1998
como Monumento Natural, con 264 has. Posteriormente, el 28 de noviembre de
2014, se incluiría la contigua peña Oroel, dotándolo de la figura de protección
de "Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel", abarcando con la
ampliación las actuales 9514 has de extensión, incluidas en los términos de
Jaca, Santa Cruz de la Serós, Bailo, Caldearenas, Santa Cilia y Las Peñas de
Riglos, por orden de magnitud.
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Sendero por el bosque |
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Hayuco, el fruto del haya |
Nos
hemos ido un poco del relato, pero creemos importante centrar el tiro para
saber dónde estamos y la historia, al menos la reciente, que le precede, porque
es un entorno de gran valor medioambiental y paisajístico, en el que podemos
observar, si así nos lo muestran, las influencias atlántica y mediterránea.
Estamos hablando de clima, un factor fundamental en la configuración del
paisaje… también del paisanaje, que si bien ha influido y mucho en ello, no
debemos perder la perspectiva de que ha sido en los últimos cientos de años, o
miles si queremos, en contra de la duración de cientos de millones de años de
la formación del paisaje.
A
este respecto, destacaba Daniel, la diferencia entre “preservar” y “conservar”.
El primer concepto hace referencia al mantenimiento del medio natural antes de
la llegada del hombre, mientras que el segundo lo hace desde el momento en el
que se toma la decisión de esa conservación. Sobre lo primero es poco lo que se
puede actuar.
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Bajando hacia el collado Betito |
Seguidamente
nos metíamos en el llamado Camino de las Fuentes, de reciente recuperación por
el Ayuntamiento de Santa Cruz de la Serós. El comienzo de pista forestal daba
paso a un delicioso sendero que se adentra en el bosque. Un bosque colonizado
hoy por especies como el Abeto y el Haya fundamentalmente, y en cuyo itinerario
sorprendentemente nos encontramos con varios abrevaderos ya en desuso,
testimonio de una pasada vida pastoril en un terreno de prados, que al
extinguirse ha sido colonizada por el bosque, que está en permanente evolución,
no encontrando generalmente en esta zona ejemplares con más de 80 o 100 años de vida.
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Última charla antes de la comida |
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Al solaz en el collado Betito |
Tenemos
pues dos elementos de influencia vital en la vida y desarrollo de las especies
vegetales en general y de los bosques en particular, el clima y la acción del
hombre. Si bien las plantas no se pueden desplazar como individuos, sí lo hacen
como colectivo, pudiendo hacerlo, bien mediatizadas por el clima o por la presión
humana, constituyendo una importantísima fuente de información sobre la historia
natural reciente y remota. Tenemos especies como el abeto y el haya, a las que
les gusta más el frío y la humedad, aunque también muestran sus diferencias. Se
dice que al haya le gusta tener “los pies secos y la cabeza húmeda”, y al abeto
lo contrario. Es por eso que a éste último ya no se le ve más allá del Roncal,
y sí el haya. Y por el otro extremo, donde termina el haya sigue el abeto, más
mediterráneo.
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De erizones y leguminosas |
El
fluido vital de los animales superiores, entre los que a veces hasta se
encuentra el ser humano, es la sangre, y en el caso de los vegetales es la
clorofila. Entre ambos no hay tanta diferencia, porque tienen la misma
composición a excepción del átomo central del núcleo, que mientras en la sangre
es de hierro en la clorofila es de magnesio. Estas y otras curiosidades para
los neófitos van acompañando nuestro paseo por el bosque. Por ejemplo, que la
dureza o no de las hojas es una consecuencia del terreno donde se desarrollan
las especies arbóreas, es decir, si son coriáceas, más fuertes, es para impedir
mayor cantidad de evaporación en especies adaptadas a lugares más soleados y
secos, siendo los estomas unos pequeños agujeros por donde se pierde esa
humedad.
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De líquenes |
Otro
concepto importante es el referido a la edad de las distintas especies. Se sabe
que las coníferas fueron las que “inventaron” la lignina hace unos 250 MM de
años, material que se encarga de la formación de la madera, dicho muy brevemente, siendo las precursoras de los árboles. La aparición de las hayas, por
ejemplo, se data en 100 MM años. Se sabe también que hay especies llamadas
nodrizas, o precursoras, que atraen a otras superiores en ese peregrinar de las
especies; por ejemplo, arándanos, avellanos, frambuesas… en hayas, tomillos o
madroños en encinas. Observando y analizando este aspecto tan importante se puede
establecer una correcta planificación para la repoblación de los montes tras un
incendio, por ejemplo, no plantando las especies definitivas sino estas
precursoras, que atraerán a las que sean objeto definitivo.
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Bajando por el barranco Carbonera |
Con
estas y otras muchas cosas que resultan curiosas al común de los mortales, se
llegaba al collado Betito, ese cuello de dos cabezas, San Salvador y Cuculo,
donde echábamos un bocado y nos disponíamos a bajar por el barranco de
Carbonera, no sin antes mostrarnos que los erizones, tan frecuentes en zonas
donde ya no ramonea el ganado, pertenecen a una de las especies de leguminosas,
que aportan una buena dosis de nitrógeno a los suelos. Recuerda Daniel que en
la antigüedad, cuando no existían los nitratos comerciales y los campos se
cultivaban manualmente, se hacía rotativamente, intercalando los de cereal con
los de leguminosas comestibles, o alfalfa, que aportaban ese nitrógeno
necesario para una mejor cosecha.
En
el descenso no faltaban las paradas ocasionales ante cualquier otra cuestión o
demanda de los asistentes, como la observación de distintas especies de líquenes,
una perfecta simbiosis entre un alga y un hongo. Ella, con capacidad de
efectuar la fotosíntesis, aporta clorofila al matrimonio, y él la humedad.
Especies como ésta o la llamada Oreja de Oso, verdadera reliquia del terciario,
son capaces de desecarse durante mucho tiempo, incluso años, y volverse a
rehidratar.
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¿Hojas de pino, de abeto o de tejo? |
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Llegamos a la carretera |
Y
así llegamos a la carretera, donde tras las lecciones viene el examen. Y lo
hace mostrándonos unas pequeñas ramas de pino, abeto y tejo, saliendo airosos
de ver las diferencias. Bueno, muy básico. Tras circular por asfalto durante
unos cientos de metros nos metíamos por un sendero, que pasa por la captación
de aguas para Santa Cruz de la Serós, llegando a la localidad, dando así por
terminado un delicioso paseo por un monte y su bosque por los que salíamos
conociéndolos más, gracias a estas salidas divulgativas del IPE en el entorno
de las celebraciones de su 75 aniversario. Un paseo decimos que con tanta
instrucción se nos ha hecho corto, pero que han salido unos nada despreciables 10,4
km, que hemos recorrido en 6h 40’ de tiempo total, del que 2h 35’ han sido en
movimiento, con un desnivel acumulado de 350 D+ y 765 D-.
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Llegando a la bella localidad de Santa Cruz de la Serós |
Reportaje de fotos:
https://www.facebook.com/chema.tapiagr/media_set?set=a.2014720031884043
Gracias a usted he sabido la procedencia del nombre de Monte Pano, muchas gracias!
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