ANDADAS
Pasarelas de Alquézar
Sábado, 29 de octubre de 2016
Río Vero, que atraviesas de norte
a sur la sierra de Guara, que aliado con el tiempo has ido horadando blandos
materiales hasta originar impresionantes barrancos, que todavía hoy en tu más
mínima expresión no dejas de ser quien eres, y que al contemplarte pareciera
que el tiempo se detuviera. Sí, por increíble que parezca, terminando el mes de
octubre, parece que el tiempo se haya detenido porque aún no ha llegado el
otoño a este rincón de la sierra de Guara.
|
Primer tramo de las pasarelas |
|
Indicador del Sendero Turístico y el propio del Parque Natural |
Este vibrante río pasa por Alquézar.
Siempre ha pasado, al menos desde el siglo IX en el que Jalaf ibn Rasid, para
proteger la entrada a la Barbitania, manda construir un castillo, o Al-Qasr,
que significa fortaleza, en este mismo emplazamiento, conquistado posteriormente
por Sancho Ramírez. Precisamente de ese nombre, Al-Qasr, proviene el actual
Alquézar. Moros y cristianos se han asomado a lo largo de muchos siglos sobre
los imponentes miradores que se empinan sobre el profundo lecho del río, que a
su paso por esta localidad lo hace bajo una estructura metálica que facilita el
paso al caminante que por aquí se acerca para admirar su belleza, a través de
la Ruta de las Pasarelas. Y todo eso antes de despojarse de las estrecheces de
sus cañones, de las estrecheces de su corsé, yendo ya a expandirse por tierras
más llanas a las que se dirige para dejar su impronta en cultivos antes de
rendirse al Cinca pasado Barbastro.
|
Frente a la cueva de Picamartillo |
|
Barranco de la Fuente, que baja al lecho del río |
El GR 1.1 es una variante del GR
1 o Sendero Histórico. El tramo que une Alquézar con la localidad vecina de Asque,
está señalizado con la nueva imagen de Sendero Turístico de Aragón, y coincide
gran parte del mismo con la Ruta de las Pasarelas. De varios puntos del casco
urbano se puede dar comienzo a esta singular ruta. De cualquiera de ellos, el sendero baja
precipitadamente, ayudado por escalones en tramos, para encajonarse entre la
peña Castibián y los propios muros de la colegiata, dejándonos engullir por el
barranco de la Fuente. Unos veinte minutos nos cuesta llegar hasta el mismo
lecho del río, donde da comienzo ese sendero metálico colgado de la pared. Pero
antes de tomarlo, merece la pena desviarnos a la izquierda para llegarnos hasta
la orilla y contemplar esa cueva de Picamartillo, donde el río se da un respiro
en el interior de la roca.
|
Pasarela colgada sobre el Vero |
|
Comienzo de la pasarela |
Volvemos al cruce y sin más
dilación nos incorporamos a ese sendero metálico colgado sobre la roca y por el
que somos capaces de caminar sobre las aguas. Unas aguas que se organizan en un
azud, porque parte de ellas se precipitan en una pequeña pero vistosa cascada,
y otras son capturadas para alimentar una vieja central hidroeléctrica, a la
que llegamos pasando por debajo de una gran roca. Hora es ya de detenernos algo
más que para admirar cada uno de los rincones que nuestro caminar nos va
descubriendo, y echar un trago de agua para encarar el tramo que nos queda, que
es el del tránsito por las nuevas pasarelas, que nos llevan ya hasta esa
plataforma metálica colocada a modo de mirador, y que empleamos como tal para
asomarnos sobre este extraordinario tajo que el Vero ha sabido crear a lo largo
de milenios de vida.
|
Contemplando la belleza |
|
El Vero corretea a expandirse aguas abajo |
A partir de aquí, podemos optar
por cerrar la circular volviendo a Alquézar o continuar por el camino de la
izquierda hacia Asque a través del puente de Fuentebaños. De cualquier modo nos
veremos integrados en el Camino Natural del Somontano de Barbastro. Dejamos
Asque para otro día, y tomamos el camino jalonado por viejos y retorcidos
olivos, que nos sube hasta los mismísimos pies de la Colegiata, concretamente a
otro mirador, en la llamada plaza Cruz de Buil, desde el que se puede contemplar
el plácido vuelo de los buitres que, sin apenas esfuerzo, se alzan en vuelo
aprovechando las térmicas.
|
Camino y tiempo, dos eternos aliados |
|
Crucero junto a la Colegiata |
Alquézar está incluido en la
prestigiosa lista de los pueblos más bonitos de España. Obligada visita, pues,
a su casco urbano, para impregnarnos de su magia. De esta forma terminamos una
ruta senderista de primer orden, por un salvaje lugar de rabiosa belleza, tras
hora y media de tránsito aéreo por el cauce del final del cañón de Vero y
regreso a la localidad, a la que le dedicamos otro tanto de tiempo, para admirar sus rincones, sus estrechas calles y callizos, sus plazas, sus casas con hidalgos escudos, en una
mañana espectacular en lo meteorológico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario