Este mes de octubre comenzaba con una noticia de impacto, con una
noticia que nos dejó a todos paralizados, completamente helados, como si una
intempestiva ola de frío polar hubiera arrasado repentinamente todo nuestro
ser. Así fue, como un sórdido aldabonazo. Mientras la siempre fría mente se
resistía a procesarlo, el corazón, que a todas partes llega, se iba desgarrando
en mil jirones. El mortal accidente de montaña de Juan Marcén inundó la
atmósfera de una apacible tarde de otoño.
La conmoción se adueñó de todos los que le conocíamos, de todos los
que le queríamos, de todos los que directa o indirectamente hemos ido siguiendo
su vida, paralela a la de nuestros hijos, que como él han ido buscando en el
deporte ligado a la naturaleza, su razón de ser. Una conmoción, decimos, que
fue extendiéndose como un reguero de pólvora sobre su club de siempre, sobre el
mundo del colectivo de ese deporte que tanto amaba, sobre la población de Jaca
en general.
Una gran pérdida, una gran tristeza, nos inunda, pero que hemos de
saber migrar dejándonos absorber por esa fortaleza que le ha guiado en su vida
para alcanzar sus metas. Pensar que si antes podía estar con unos o con otros en
cada momento, ahora lo está con todos al mismo tiempo, y eso nos debe guiar para
poder superar este brutal impacto. Este sábado pasado, cuando se cumplía una
semana del fatal desenlace, el club, con la complicidad de la familia, le ha
dedicado un hondo homenaje, en el que se han dado cita cientos de personas para
manifestar su cercanía en estos duros momentos. Valentía, pues, valentía y
entereza en esa familia que ha querido enfrentarse a cada una de las personas
que con lágrimas en sus ojos han correspondido con sentidos abrazos, con
sentidas condolencias. No podemos olvidarnos, en estos amargos momentos, del
compañero de viaje en esa su última salida de montaña, quien vivió ese instante
fatídico, y que también demostró su valentía al no faltar a la convocatoria del
club.
El acto lo abrió Luis, el presidente, dando la bienvenida y
agradeciendo la presencia a los asistentes. Le siguió Mariano, el padre, y
Noel, el hermano mayor, ambos destacando su figura desde la óptica familiar. A
continuación, intervinieron Jennay y Chipi, quienes pusieron de relieve sus valores
deportivos. Y culminó el acto Jesús, más cercano en edad y complicidad, con
quien compartió duros y en ocasiones largos inviernos sobre el blanco elemento
que tanto han amado, y lo siguen haciendo. Mientras, la emoción se iba adueñando de la
sala, que se iba ilustrando con la proyección de una batería de fotografías, la
mayoría cedidas por la familia, de su infancia y juventud, donde se podía ver la
inclinación por el deporte que siempre se ha caracterizado en esa casa,
teniendo en Mariano uno de los mayores impulsores en la ciudad, de esta modalidad de esquí,
como es el nórdico, que tantas alegrías ha traído a su familia, al club y a
Jaca en general.
Gracias a la familia por su presencia, gracias a los amigos por saber
estar ahí, gracias al club por la iniciativa. Y gracias en general a todos los
asistentes por haber demostrado que en momentos como éste lo que importa es la
amistad y el cariño.
También Juan estuvo en nuestro recuerdo en Punta Lardana, segunda cumbre pirenaica |
- “… Juan es el primer socio que fallece en acto deportivo en estos sesenta años…”.
- “… y que sea el último…”. Añadí.
Noticia destacada en la web del club: http://www.cpmayencos.org/acto-en-recuerdo-de-juan-marcen/#more-4541
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