Tres Mojones (1.421 m)
Ermita (1.418 m)
Miércoles, 15 de junio de 2016
Villarroya de la Sierra, cuyo
nombre no es preciso explicar, tiene un pasado medieval convulso, que a partir
de 1120, con la reconquista de la zona, comenzó a ser tierra cristiana. Muy próxima
a la muga con Soria, sólo la reunificación de Aragón con Castilla por los Reyes
Católicos le trajo algo de estabilidad y desarrollo, estando hoy en día en
franco declive demográfico, con lo que sus moradores no están muy conformes,
aferrándose a su pasado y a su destino en la tierra que les ha visto nacer.
Esta villa ha sabido vivir a orillas del Ribota, entre las sierras de Armantes
y de la Virgen, que vierte a aquél y al Aranda. Una sierra que forma parte del Sistema
Ibérico Zaragozano, y que la cobija de los cierzos más airados. Una sierra que
ha visto pasar el tráfico de la época a través de la histórica Vía Romana
Saguntum – Bilbilis, que unía el Mediterráneo con tierras aragonesas, y
posterior enlace al Cantábrico y a Francia, y por la que se trazó la N-234 que
nos ha traído hasta aquí. Una sierra a la que hoy, con José Antonio, visitamos
para auparnos a las máximas alturas de ella en esta comarca de la Comunidad de
Calatayud.
Cuidados viñedos |
La idea es hacer la segunda y
tercera cumbres de la sierra, que son el Tres Mojones y el Ermita, con apenas
tres metros de diferencia. Partimos, pues, de Villarroya, de donde sale el PR-Z
96, que con 14 kilómetros lleva al caminante hasta la misma cumbre de este
segundo monte, que alberga, además del complejo del santuario varias
instalaciones de antenas de comunicaciones. Un PR que circula por la pista, que
hasta la mitad está asfaltada. Esa primera parte discurre entre cultivos de
almendros, cerezos y vides, y nos lleva al comienzo del monte Salcedo, donde el
terreno comienza ya a empinarse y a cubrirse de pinos. En uno de esos claros
del bosque, y a punto de dejar el asfalto, dejamos el rodante, para seguir
por la pista de tierra, con nuestro llamativo objetivo a la vista.
Tomando el GR 90.2 |
Tras una amplia lazada a la
izquierda, y como a kilómetro y medio recorrido, encontramos a mano izquierda
un viejo letrero que nos indica la toma de un atajo, una tentación difícil de
resistir. Lo tomamos, y por un incipiente sendero vamos ganando altura, hasta
que se pierde, pero al tener las antenas a la vista, no hay ningún problema de
pérdida. A lo que llegamos a los primeros riscos, que para salvarlos ya estábamos
buscando visualmente la canal más adecuada, volvemos a encontrar esa traza de
sendero, que no dudamos en seguir, pero que nos lleva faldeando en dirección este,
hasta dar con la pista una vez superado el collado de la Cruz de Piedra, donde
nos incorporamos al GR 90.2 en el tránsito entre Aranda de Moncayo y Viver de la Sierra, justo antes de la última curva para llegar ya arriba.
Llegando al santuario |
La llegada a la planicie cimera
es sorprendente, porque te abre unas espectaculares vistas sobre el Aranda en
primer plano, con su vega y su embalse Maidevera, y el Moncayo y sus dominios después.
No menos espectacular es el recinto que tenemos en la cumbre. Ese complejo que
alberga al santuario de la Virgen de la Sierra, en cuyos legendarios orígenes no ha faltado ni el pastor ni la aparición, cuenta con la iglesia y un buen número
de edificios anejos, que desvelan un pasado lleno de actividad. Se dice que hasta sanatorio para
enfermedades de pulmón llegó a ser, al margen, claro está, de hospital de
peregrinos. La romería desde Villarroya es el sábado de Pentecostés, y desde
Calatayud el último domingo de agosto. Pero en lo alto del monte tenemos además
varias antenas de telecomunicaciones, nada integradas en el entorno.
Tres Mojones y la Grajera |
Nos encaramamos al vértice geodésico,
aupado a una zapata de varios metros de altura, desde donde damos un vistazo rápido
a todo ello, y tras un bocado rápido, bajamos al collado por la pista, con la
intención de ir al monte de al lado, al Tres Mojones, no sin antes subir a otro
que tenemos antes, la loma de la Grajera, al que nos aupamos en cuatro patadas.
Y desde él, al segundo objetivo real, que con un gran mojón, su nombre hace
mención a tres, y es porque confluyen los términos municipales de Villarroya de la Sierra, Aniñón, y el de Jarque, en la comarca ya del
Aranda.
De vuelta |
Las fotos, en: https://picasaweb.google.com/chematapia/6296677523236471889
El track, en: http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=13706970
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