San Caprasio (834 m)
Miércoles, 20 de enero de 2016
En el silencio del día que
amanece
vengo a pedirte paz,
sabiduría y pureza,
amor y verdad.
En el silencio del día que amanece.
Quiero mirar al mundo
con ojos limpios;
ser paciente,
ser comprensivo,
manso y prudente.
Charles de Foucauld |
Mantras como
estos, y otros muchos más, llegaron a estas sierras calladas, a mitad del siglo
pasado, de labios de los seguidores espirituales de Carlos de Foucauld, que de
cuna aristocrática, fue militar, explorador, geógrafo, colonizador, que se
convirtió al misticismo debido a sus largas estancias en el desierto argelino. A
caballo entre los siglos XIX y XX, con discreto, pero firme seguimiento de su
doctrina por los llamados Hermanos de Jesús, supo buscar el Todo en la nada.
Mantras como estos, por los que cabalgamos en nuestra juventud, a lomos de una
pequeña comunidad que permanece en la localidad zaragozana de los Monegros,
Farlete. Una comunidad de hermanos que aun hoy en día se involucran en la vida
laboral y social del pueblo, y que tienen en las cuevas, bajo una de las
cornisas que sostienen la cima de San Caprasio, verdaderas guaridas de silencio
y contemplación sobre estas enormes extensiones monegrinas, en las que se puede
hallar todo desde la nada, llenarte si antes te vacías.
Cielos monegrinos |
Siguiendo esos pasos, y los
propios nuestros, hoy toca deambular por estas tierras, que también tienen
derecho. Monegros, término derivado de montes negros, por su antigua presencia
de sabinas que conferían ese color al paisaje, y cuya mutación a la nada, raya
hoy en día entre los vapores de las leyendas. Queremos subir al punto más alto
de esta comarca, coronado, cómo no, por símbolos religiosos, vértices
geodésicos y antenas, muchas antenas, incluso un punto de observación forestal.
San Caprasio, muga municipal, y provincial, pero no comarcal, con un pie en la zaragozana Farlete
y otro en la oscense Alcubierre, ve pasar el tiempo en su soledad. San Caprasio, con su
solana llena de cicatrices, vacuas barranqueras sólo ocupadas muy ocasionalmente por las precipitadas aguas en las violentas tormentas estivales, entre tierras blandas de paisajes duros,
desoladores, bellos. San Caprasio, pastor se dice que de cabras en Guara, y que
llamado al camino monacal tiró su cayado, yendo a parar a la Sierra de
Alcubierre, justo a estos parajes, donde se instaló. San Caprasio, nuestro
destino de hoy. Allá vamos.
Terreno austero |
Con el amigo José Luis, nos
llegamos hasta Farlete, uno de los puntos de partida para llegar a este monte.
Por la calle de la Iglesia llegamos hasta la gran ermita de Nª Sª de la Sabina,
para coger por su costado el camino de Lanaja durante unos cientos de metros
hasta que se bifurca, donde dejamos el vehículo para encaminarnos para seguir
por él, que va por la derecha. El sol, joven aun, ocupado anda en subir la
temperatura, y crudo lo tiene, porque con un solo grado, hace que el suelo
brille. Pronto cruzamos el barranco de San Caprasio, dando alcance visual a la
torre de la Torraza. A poco más de media hora de salir, nos desviamos a la
derecha para coger una pretendida senda que acompañando la curva de nivel nos
lleva a cruzar el barranco de la Torraza, para tomar una loma que a degüello
nos sube a la torre.
Llegando a la Torraza |
Según Patrimonio Cultural de Aragón,
se trata de una torre construida probablemente por los Cornel, señores de la
vecina Alfajarín, ya que Farlete se integró en los dominios de la familia a
finales del siglo XIII. En abril de 2006 el GA crea la relación de castillos
considerados Bienes de Interés Cultural, entre los que se encuentra La Torraza
de Farlete. Construida en un alto, se trata de una edificación en clara
decadencia, que entendemos tuvo su papel de vigilancia en el corredor de Ebro, y
que visitamos por dentro y por fuera. Tomamos una pista que hacia el norte baja vertiginosamente
de este cabezo, para volver a subir en busca del camino de Lanaja, que
abandonamos para llegarnos hasta aquí.
Característico gendarme |
En esta pista nos encontramos un
cartel que nos dirige hacia la derecha, pero optamos por la dirección contraria
para pasar por el tramo más espectacular de todo el itinerario. En cinco
minutos la abandonamos y nos metemos por un sendero a la derecha, que en otros
diez nos deja junto a un llamativo gendarme. A partir de aquí hay que extremar
la precaución, porque con la mirada puesta ya en el monte de San Caprasio, lo
alcanzamos a través de una faja por una estrecha cornisa que nos acerca a las
cuevas de los frailes, encontrándonos con unas inscripciones antes de llegar a
ellas.
Llegando a las cuevas |
Muy próximo ya a la cumbre de
este monte, se encuentran unas cuevas. La principal fue arreglada por los
Hermanos de Jesús, en colaboración con el ayuntamiento, y está preparada como
capilla, como nido de recogimiento y contemplación. Nos llegamos hasta San Caprasio,
primero hasta el vértice geodésico y luego a lo más alto, que lo es también de
la comarca de los Monegros. Las vistas que nos ofrece hoy el día son espectaculares,
tanto sobre el valle del Ebro, aunque un poco brumoso, como por el norte,
abrazando visualmente los blancos Pirineos. Un ajado mural nos da cuenta de los
alrededores, impregnados de desierto y trabajos duros, ermitas y ermitaños, santos
y bandidos.
Puente natural |
Regresamos a las cuevas, y por el
delicado sendero hasta el gendarme, para seguir bajando por nuestra derecha por
intermitente sendero por la loma de la margen izquierda del barranco de San
Caprasio. Pasamos por unos terrenos robados al monte y aterrazados para campos
de cultivo, pero que el monte los está recuperando. Las Lavaneras, figura en
los mapas. Llegamos junto a un puente natural, muy en precario, observado por
erosionadas badinas arriba y abajo del curso del barranco. Curioso, sí.
Una vez cruzado el barranco,
llegamos ya a campos cultivados, desde los que nos incorporamos ya a pista agrícola
hasta el vehículo. Han sido 12,8 km, recorridos en casi 4 horas de tiempo
total, del que algo más de 3 han sido en movimiento, con un desnivel en torno a
los 600 metros. Un itinerario algo atípico si se quiere, pero sorprendente y
espectacular en este denigrado injustamente paisaje monegrino.
Las fotos, en: https://picasaweb.google.com/chematapia/SanCaprasio
El track, en: http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=12017944
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