martes, 3 de marzo de 2015

De caco por los barros de La Solana

ENTRENOS
Por los barros de La Solana
Lunes, 2 de marzo de 2015


          No lo podemos disimular. Le tenemos algo de morriña a esto de trotar por los montes. No lo podemos disimular, y por qué hay que hacerlo. Con motivo de las diversas modalidades anunciadas para celebrar el Día del Senderista FAM, que este año, con motivo de CIMA2015 coincide con el Nacional de la FEDME, y que Os Andarines d’Aragón organizan por la Sierra de Algairén, vamos a darle juego y reencontrarnos con esas sensaciones de la competición, aunque a estas alturas de la vida seguro que nos conformaremos con cualquier cosa. Veintidós de marzo, La Almunia de Doña Godina, Maratón 45 km. Allá vamos.



            Esta salida de hoy ha nacido con una doble finalidad también, la de darle una vuelta al circuito de La Solana 30, porque estamos ya a menos de tres meses, y la extrema meteorología de este pasado mes de febrero lo habrá dejado bastante perjudicado.

Pasarela de La Botiguera
          En esa pendular forma de tratarnos, ahora mismo, gozamos, por decirlo de algún modo, de unos días bajo la influencia de un frente cálido, que de la noche a la mañana ha subido las temperaturas mínimas el orden de ocho grados. Unos valores que despistan a los seres vivos, y especialmente a aquellos que no ven los partes del tiempo, la dualidad se ha instalado en ellos. Por una parte tienen ganas de comenzar el ciclo vital, pero por otra hay algo que les dice que esto no ha terminado, de hecho esta semana entra de nuevo otra vuelta de frío. Pues con todos estos ingredientes, pasados, presentes y futuros, con una mañana nublada de arrojar, nos echamos a los caminos.

La Solana, desde el Rompeolas
            Por ser ortodoxos salimos de la plaza de la catedral, y no hablamos de la ortodoxia episcopal, sino de la del circuito, que partiendo de aquí pasa por los glacis de la Ciudadela para enfilar el Camino de Santiago desde el Rompeolas, que nos muestra una solana huérfana, una solana sin sol. A ver qué podemos hacer para levantarle el ánimo. Cementerio, mal empezamos, bajada a Botiguera, esto se anima. Puente colgante, que se remanga las faldas para dejar pasar un Aragón que arrastra el sentimiento de la montaña en esos mayencos que la escurren y que tienen prisa… quizá por volver.

Desembocadura del Castelillo
            Como la pleamar, que hace subir el flujo de los ríos en su desembocadura, así se comporta con el barranco de Castelillo, cuyas aguas se ven negras para llegar a él. La física manda. Los doscientos metros de barranco los pasamos haciendo acrobacias de funámbulo, también para esto manda. Salimos al camino y giramos a la derecha, como dirección a Jaca. La Peña, nuestra peña, sigue en sus sueños, inmersa en sábanas de algodón…oscuro. Casi ochocientos metros y tomamos el desvío hacia el norte, que nos va a ir subiendo a esa corona donde se asienta la primera población de este recorrido, Banaguás, cuya plaza nos suele negar una foto de época. También nos niega el agua, la fuente está averiada.

Veredas celosas
            Hora y diez hasta aquí. Seguimos. Y lo hacemos bajando al camino de viejo, que nos lleva a cruzar de nuevo el barranco de Castelillo. Hasta llegar a él, lo que era una deliciosa vereda se ha convertido en un curso de agua, jalonado por tumbadas zarzas que han ido sucumbiendo por el peso de la nieve. El paso del barranco obliga a descalzarse, para mojarse sólo los pies. El terreno que media hasta Abay drena muy mal, de modo que se va acumulando barro en las zapas hasta límites insospechados.

Crucero de Abay
            Tomamos el camino a Ascara hasta el Lubierre, que ya se nos hace más difícil pasar. Baja bravo, crecido, valiente, sin hacer caso a nada. Nos mira de reojo, amenazante. Si no hubiera que cruzarlo dos o tres veces más y no sabemos cómo estará, probaríamos a hacerlo aquí, pero no nos fiamos, y nos contentamos con ver Novés y Araguás del Solano desde aquí. Volvemos por donde hemos venido. Abay, y regreso por el camino del río. El crucero se deja saludar. Ahí anda, dando juego a los cuatro vientos. Con uno de ellos nos vamos, para cruzar de nuevo el Castelillo y llegarnos hasta el Columbario, no sin antes admirar ese enorme codo del Aragón, cuyas tripas rujen a su propio compás.

Puente de San Miguel
            Puente de San Miguel, que tantos y tantos peregrinos habrá visto pasar. También hoy, con estos que lo son de sus tiempos, de nuestros tiempos. La entrada a Jaca la hacemos por la Diagonal, pero no por la primera, sino por la que llega hasta la Cooperativa, para regresar al punto de partida. Cerca de 24 km en 3h 20’, de las que 3h han sido en movimiento, para hacer más de 600 metros de D+ y D-. No hemos dado la vuelta prevista, pero tampoco ha estado mal. Mucho tiempo por delante todavía para que se calmen los meteoros, y las aguas vuelvan a sus cauces habituales.


  


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