Por los pacos de Oroel
Lunes, 9 de marzo de 2015
Seguimos con nuestra mirada
puesta en esos 45 km de la Sierra de Algairén, enmarcados en el Día del
Senderista FAM y FEDME, uno de los actos incluidos en ese Congreso
Internacional de Montañismo CIMA2015. Hoy queríamos hacer fuerza más que
distancia, y casi, casi hacemos todo. Nos hemos adentrado por los siempre
gratos senderos de la cara norte de Oroel, senderos que nos han mostrado su
peor cara, están cruzados por innumerables troncos de árboles, tronzados por
las cargas de nieve y los vientos, y que nos han obligado a hacer
contorsionismo del bueno.
Peña Oroel |
Partimos desde el mismo Jaca,
dirigiéndonos hacia el Gas, para tomar ya la carretera asfaltada que por el
Club de Tenis se va enfilando hacia la peña. Una peña que ya nos tiene en su
radar, pero que por nuestra parte no hemos decidido aún por dónde acometerla.
Iremos viendo. El asfalto se dirige hacia el campin, nosotros hacia el barranco
de San Salvador, que encontramos mucho más seco de lo que pensábamos, pero aun
así, hay tramos muy embarrados. Fuente,
que da sin importar a quién, y a la que hacemos aprecio. Seguimos hasta el
cruce con la pista, próximo ya a la carretera, y los pies, sin consultar con la
cabeza, giran hacia la izquierda, tomando dirección a la Punta Mocholín, que de
bajada ya tomamos hasta la entrada al barranco que baja a las Fuentes de Barós.
Un trayecto que la última vez que hicimos fue con agua a la rodilla en algún
tramo. Hoy, prácticamente seco.
Senderos invadidos |
Llegados al cruce, seguimos por
nuestra derecha dirección a la carretera del Parador. Nos vamos encontrando ya
los estragos de febrerillo el loco. Pero esto no ha hecho más que empezar.
Llegados a la carretera asfaltada continuamos de frente, con idea de alcanzar
el sendero que baja de los Prados de Ara hasta la Curva 13. La inquebrantable
voluntad de seguir adelante gana, y no por goleada, a la pura lógica. Conforme
vamos avanzando, más y más árboles cruzados, algunos se dejan pasar, otros hay
que emplearse a fondo.
Balancha |
Llegamos al punto previsto y
seguimos a nuestra izquierda, dirección a ese canto del praderío. Siguen los
árboles cruzados, dificultad a la que se añade la nieve, que ya vamos
encontrando en claros del bosque, y en la que nos hundimos bien cuando no la
pillamos dura. Larga, se nos hace larga esta travesía, tanto es así que casi
nos salimos de la peña. En uno de los claros, el último, el sendero comienza a
flanquearse de erizones, y en poco llegamos hasta el final, que es una especie
de espolón que da vista a los pueblos de la solana y a todo el campo de
Sabiñánigo.
Paredones de la cara este de Oroel |
Echamos la vista atrás y nos
encontramos un enorme cortado y unos paredones de conglomerados que sostienen a
esa Punta Bacials, que pensábamos lugar más oriental de todo el macizo, pero
vemos que no. Nuestro GPS pasa de senderos y de nosotros, al menos se ha
quedado con las digitales miguicas de pan que ha ido poniendo en nuestro
camino. Comprobamos el mapa cargado y no es el más apropiado. Cuando corregimos
el error ya sí que parece reconocer senderos. Nos hemos pasado de largo el
que sube a los Prados de Ara, la nieve y los troncos y ramullas cruzados nos
han despistado.
Senderos del bosque |
Opciones. Desde aquí, sólo una,
volver por donde hemos venido, hasta encontrar ese cruce y decidir si subimos o
continuamos la travesía hasta la Curva 13 de la subida normal. Conforme vamos
bajando, las zonas nevadas nos dan a entender que el sendero de la arista hasta
el collado va a estar nevado y desdibujado, de modo que decidimos continuar hacia
esa bajada para evitarnos ya más contratiempos. Sí, eso pensábamos, pero lo
cierto es que no, porque el camino llamado normal está también lleno de árboles
cruzados que nos rompen continuamente el ritmo de bajada apresurado ya por las
horas que son.
Cuando no hay un buen clareo de
los bosques, la abundancia de árboles hace que tengan que subir y subir en
busca de la luz, y ese crecimiento en vertical va en detrimento de una
expansión horizontal, va en detrimento de un robustecimiento, de un mayor grosor
del tronco, estando más expuestos a la climatología adversa, que administra sus purgas a placer, y es lo que
estamos viendo claramente en estos montes.
Con esas reflexiones llegamos al
Parador, después de casi 15 km, con más de 1.000 de D+ y 700 de D-. En total,
3h 15’, de los que 2h 50’ han sido en movimiento. Esa casi media hora de diferencia, desde
luego no ha sido en reposo, que ha sido peleándonos con decenas de árboles que
han sucumbido a estos últimos fuertes temporales, y que quedan a la espera de
una buena limpia. Y ¿por qué decimos que hemos terminado en el Parador?, porque otro oportuno corremontes
ha acabado su faena en el coche, que compartimos hasta Jaca. No sé si hemos
hecho lo que queríamos, lo que sí sabemos es que el monte nos ha ido llevando
por donde ha querido, que tampoco está mal.
Chema, siendo cierto lo que dices de las masas forestales en relación a los clareos, generalizar es malo y puede llevarnos a cometer errores involuntariamente. Al final los errores o el desconocimiento presentado como afirmaciones veraces no favorece a nadie o más correctamente favorece a quien necesita de esos argumentos para lograr sus objetivos.
ResponderEliminarLa igenería forestal nos ha brindado bosques productivos, nos ha protegido de los incendios, los ingenieros creen que de las plagas, ha facilitado accesos e incluso paisajes entre los que hemos crecido, paisajes familiares que nos resultan agradables.
Pero el bosque es capaz de estar ahí sin que lo domemos, tiene su dinámica propia, depende del suelo, del agua disponible, de la topografía, del clima, el bosque es algo más que un conjunto de árboles que gestionar. Alberga vida, retiene y suministra agua, depura el ambiente, evita la erosión, regula la temperatura. El bosque si se le permite envejecer y morir deja ahí para los demás lo que ha usado. Para comenzar otra vez. Si lo tocas raptas la materia y la energía que ha acumulado, haciéndolo poco a poco más pobre.Un árbol caído es algo más que un foco de plagas o basura que molesta a nuestros ojos urbanitas. Los ciclos biológicos y químicos entran en acción, liberan el agua retenida, el carbono acumulado, el nitrógeno...y como un gran almacén facilitan los alimentos para que la vida continúe. La madera muerta es vida para un sinfín de especies de varios reinos, desde las bacterias, los musgos y los insectos hasta vertebrados como los pájaros carpinteros. Un árbol muerto es en sí un ecosistema, su gradiente de humedad, luz y temperatura favorece que en un único árbol tengas un mundo de vida. Los árboles caen, y los pinos más fácilmente que otras especies. La lluvia, la nieve y el viento que ha habido estos días es más que suficiente para lograrlo, hubiera habido o no aclareo, huroneo o cualquier técnica forestal que quieras aplicar. Hubiera sido robusto o no el árbol en cuestión. Reflexiona sobre esto también. El manejo, buscando árboles coetaneos, en masas uniformes, sin madera muerta (muy bonitos por ser todo muy ordenado) puede dar dinero (poco ahora) pero desde luego puede ir en contra de mantener un rico patrimonio biológico y en el caso concreto de Oroel, sería una pena y, en mi opinión, no sería un objetivo adecuado para un paisaje protegido.
Generalizar es malo, pero comentar insensateces por comentarlas es peor
A pesar de eso felicidades por tu blog. Alguna vez había que criticar algo a quién se ha erigido como paladín de nuestros caminos y montes e hijo de la tierra.
Ciao.
Claro que generalizar conduce a errores e injusticias. En este caso estamos ante la simplona opinión de un simple observador del medio y la de un erudito anónimo. De cualquier modo, es el eterno debate entre la intervención humana o no. El ser humano, vetado desde algunas instancias como interviniente en el medio, debe saber buscar su espacio como parte también de la naturaleza. Débil línea que intereses de unos y de otros mueven a su antojo, y está claro, que con una visión global, esos grandes intereses se nos están llevando al huerto. Gracias por tu comentario.
Eliminarqué oportuna aportación.De todos vosotros aprendo.
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