miércoles, 7 de enero de 2015

Puerto Viejo y Besata en Blanco y Negro

RAQUETAS
Puerto Viejo y Besata
en Blanco y Negro
Jueves, 1 y Sábado, 3
de enero de 2015



            Sí, de blanco y negro nos hemos vestido hoy para visitar este magnífico lugar. Montes bilingües, montes con unas vistas privilegiadas sobre Candanchú, sobre Astún, montes con paco y solana, aunque por la noche no hay pacos ni solanas, por la noche todos los gatos son pardos. La noche. La noche sobrecoge, y nos hemos colado en ella de puntillas, con raquetas, pero de puntillas, un nutrido grupo de amigos mayencos para disfrutar de sus luces y sombras. Nos hemos paseado de su mano por estos puertos fronterizos saboreando sus pliegues, saboreando su negra figura, cual negativo de las antiguas películas, porque hemos querido ver lo que ella ve, sentir lo que ella siente… y lo hemos conseguido. Selene nunca defrauda.

Vista desde la estación
            Un par de días antes, a pleno sol, nos damos una vuelta por este circuito que la estación de Somport marca por estos montes. Y lo delimita muy bien para dejar reservada una zona de Refugio Invernal de Fauna Salvaje, que trata de proteger al urogallo en esta zona del Parque Nacional de los Pirineos de Francia. No olvidemos que esta ruta de estos dos días va dando la vuelta a unos montes cuyas laderas se asoman a ambas vertientes. Y hemos querido venir previamente para ver de alargar algún bucle para hacerla más atractiva.


            Es el sol, es la luz, la que pone en contacto nuestras miradas con el paisaje, un paisaje sensible, mutante, que cambia a lo largo del día, y no digamos nada de la noche. Pasear por la noche, vestido de nácar, por los montes, es algo difícil de describir. Hay que vivirlo, hay que experimentarlo, y desde aquí animamos a hacerlo… en verano, en invierno, en cualquier época. Por montañas, por valles, junto a lagos… es extraordinario.

Progresando en la oscuridad
            En esta nocturna, nos hemos juntado 17 personas dispuestas a disfrutar de esta primera salida del año, que tradicionalmente hacemos con raquetas vestidos de noche, vestidos de luna. Nueve de la noche. Ella la encontramos ya un tanto subidita, pero vamos a su encuentro, o al menos eso nos parece en esa primera rampa, en la que casi la alcanzamos. Cuando ya parece que se tranquiliza, la cuesta, decimos, llegamos a una zona de iglús, muy próxima al punto donde se abre y cierra esta circular. Seguimos hacia el SE para remontar otro pequeño collado. Estamos en Puerto Viejo, y damos vista ya a Astún y sus montes, que ya están pisteados por esos profesionales de la retrac que disponen la nieve para que el relente de la noche haga su trabajo.

Descorchando el nuevo año
            Ya en tierra hispana, y cuando una reata de pinos nos lo permite, se nos abre la vista hacia Candanchú, donde vemos la misma estampa, pero más cercana. Luces que suben y bajan por las laderas, que anticipan un ruidoso trabajar que altera la paz de la noche. Nos acercamos al campo militar de tiro, que rodeamos para sacar algunos cientos de metros más, incorporándonos de nuevo al camino, hasta posicionarnos debajo del monte cuya vertiente francesa alberga el circuito de esquí nórdico de Somport, concretamente el azul. Lo acometemos a cuchillo, llegando hasta las mesas de madera, donde hacemos un alto para contemplar lo que la noche muestra, que es poco y mucho a la vez.

            Diagonal hasta el collado de Besata para volver ya hacia la estación, concluyendo estas dos horas y media de auténtico disfrute entre amigos, en un espacio tan distinto al diurno que parece otro. Y ya, al filo de la media noche, los turrones, polvorones, riojanitos, cavas y moscateles ponen el broche final a esta, no sé si decir, jornada, o noche entre jornadas, en esta muy buena forma de comenzar otro montañero año, que a todos recomendamos.





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