Puerto Viejo y Besata
en Blanco y Negro
Jueves, 1 y Sábado, 3
de enero de 2015
Sí, de blanco y negro nos hemos vestido hoy para visitar este magnífico
lugar. Montes bilingües, montes con unas vistas privilegiadas sobre Candanchú,
sobre Astún, montes con paco y solana, aunque por la noche no hay pacos ni
solanas, por la noche todos los gatos son pardos. La noche. La noche sobrecoge,
y nos hemos colado en ella de puntillas, con raquetas, pero de puntillas, un
nutrido grupo de amigos mayencos para disfrutar de sus luces y sombras. Nos
hemos paseado de su mano por estos puertos fronterizos saboreando sus pliegues,
saboreando su negra figura, cual negativo de las antiguas películas, porque
hemos querido ver lo que ella ve, sentir lo que ella siente… y lo hemos
conseguido. Selene nunca defrauda.
Vista desde la estación |
Un par de días antes, a pleno sol, nos damos una vuelta por este
circuito que la estación de Somport marca por estos montes. Y lo delimita muy
bien para dejar reservada una zona de Refugio Invernal de Fauna Salvaje, que
trata de proteger al urogallo en esta zona del Parque Nacional de los Pirineos
de Francia. No olvidemos que esta ruta de estos dos días va dando la vuelta a
unos montes cuyas laderas se asoman a ambas vertientes. Y hemos querido venir
previamente para ver de alargar algún bucle para hacerla más atractiva.
Es el sol, es la luz, la que pone en contacto nuestras miradas con el
paisaje, un paisaje sensible, mutante, que cambia a lo largo del día, y no
digamos nada de la noche. Pasear por la noche, vestido de nácar, por los
montes, es algo difícil de describir. Hay que vivirlo, hay que experimentarlo,
y desde aquí animamos a hacerlo… en verano, en invierno, en cualquier época.
Por montañas, por valles, junto a lagos… es extraordinario.
Progresando en la oscuridad |
En esta nocturna, nos hemos juntado 17 personas dispuestas a
disfrutar de esta primera salida del año, que tradicionalmente hacemos con
raquetas vestidos de noche, vestidos de luna. Nueve de la noche. Ella la
encontramos ya un tanto subidita, pero vamos a su encuentro, o al menos eso nos
parece en esa primera rampa, en la que casi la alcanzamos. Cuando ya
parece que se tranquiliza, la cuesta, decimos, llegamos a una zona de iglús,
muy próxima al punto donde se abre y cierra esta circular. Seguimos hacia el SE
para remontar otro pequeño collado. Estamos en Puerto Viejo, y damos vista ya a
Astún y sus montes, que ya están pisteados por esos profesionales de la retrac
que disponen la nieve para que el relente de la noche haga su trabajo.
Descorchando el nuevo año |
Ya en tierra hispana, y cuando
una reata de pinos nos lo permite, se nos abre la vista hacia Candanchú, donde
vemos la misma estampa, pero más cercana. Luces que suben y bajan por las laderas,
que anticipan un ruidoso trabajar que altera la paz de la noche. Nos acercamos
al campo militar de tiro, que rodeamos para sacar algunos cientos de metros
más, incorporándonos de nuevo al camino, hasta posicionarnos debajo del monte
cuya vertiente francesa alberga el circuito de esquí nórdico de Somport, concretamente el azul. Lo
acometemos a cuchillo, llegando hasta las mesas de madera, donde hacemos un
alto para contemplar lo que la noche muestra, que es poco y mucho a la vez.
Diagonal hasta el collado de Besata para volver ya hacia la estación,
concluyendo estas dos horas y media de auténtico disfrute entre amigos, en un
espacio tan distinto al diurno que parece otro. Y ya, al filo de la media
noche, los turrones, polvorones, riojanitos, cavas y moscateles ponen el broche
final a esta, no sé si decir, jornada, o noche entre jornadas, en esta muy buena
forma de comenzar otro montañero año, que a todos recomendamos.
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