jueves, 17 de octubre de 2013

Mirada de nácar sobre Oroel

IXOS MONS
Mirada de nácar sobre Oroel
Miércoles, 16 de octubre de 2013



            Cuando el reflejo irisado empuja a la peña sureña a vestirse de nácar, es el momento adecuado para partir hacia ella, para partir hacia ellos. Radiante, casi plena, así está Selene en esta agonizante tarde que le da el turno a una serena noche que acabamos de estrenar, con la que nos hemos citado en lo más alto del Campo de Jaca, la Peña Oroel, que desde sus 1.769 metros se aúpa para que nada escape a su cobijo en esta población y su redolada. Pero aun con todo y con ello, estas tierras andan inquietas esperando un otoño que no termina de llegar. Ya ha anunciado su venida, sí, pero uno de esos tantos veranillos que con media docena de apodos se le conoce al buen tiempo a estas alturas de calendario, se lo está impidiendo.

Guiños desde el Parador
            Luna llena de octubre, que silenciosa asomas por levante, y que vienes a decirnos que en dos días comenzará tu declive. Luna llena de octubre, que alborotas los humores de todo bicho viviente. Luna llena de octubre, cuán alejada y cercana a la vez, que vienes para decirnos al mundo que otro ciclo ha concluido, que otro trajín de idas y venidas ha llegado a su fin, pero que otro traes para hacer de esta vida un ciclo que otros alberga, y que a su vez forma parte de otro inabarcable.

Dispuestos para la faena
           Luna llena de octubre, que llevas a maltraer a fluidos y amoríos, llénanos de tu plenitud. Luna llena de octubre, que como todos los meses llegas fiel a tu cita para que nuestros húmedos ojos se reflejen en los tuyos de cristal. Luna llena de octubre, que extiendes tu nacarino manto sobre los montes y valles. Hoy, ante tu presencia, una vez más, y no sé cuántas van ya, nos animas para verte más cerca, para tenerte más cerca, para sentirte más cerca, haciéndonos un cuerdo hueco en este loco mundo en el que vivimos.

Ellas y Jaca compiten para deslumbrar
            Ocho andarines del Club Atletismo Jaca, convocados por el amigo Toñín, y acompañados por las últimas bocanadas de esta serena tarde, nos dirigimos al Parador, para dar comienzo a esta ascensión nocturna, especial, en la que aliados con la noche hay quien va a explorar sus límites en estas andadas y a estas horas. Como ocho son también las horas que pasan del mediodía, cuando dispuestos emprendemos el ascenso ayudados por ese tercer ojo de cristal, ese tercer ojo de luz para abrirnos camino visual entre los guiños que nos hace nuestra amada por entre el ramaje de viejos y lánguidos abetos.

Todas deslumbran
            Presentimos viento por las alturas. Así es. En una hora nos presentamos en el collado, esa antecima que junto a los viejos neveros, nos permite ya un barrido ocular por el Campo de Jaca. Sí, Jaca la iluminada, y sus muchos y pequeños satélites al este y al oeste que vamos reconociendo uno tras otro. Al norte, agazapado, un frente nuboso dispuesto a saltar a escena en cualquier momento; le gustan los fines de semana. Al sur, otro espectáculo, la oscura depresión entre las sierras exteriores y dos resplandores, que intuimos de Huesca y Zaragoza.

Todos vamos pasando por el
estudio fotográfico
            Ligera bajada para recorrer el fondo de esta loma cimera a dos vertientes. Se deja acariciar. De nuevo al abrigo del viento, entre bojes y espinos llegamos al tramo final de la subida, concluyendo a los pies de la Cruz, donde podemos admirar la vista a poniente, con otro resplandor al fondo, el de Pamplona. Las fotos de rigor y para abajo, a buscar un mejor sitio para echar un bocado. Lo encontramos y apreciamos.


            De nuevo al collado, para iniciar el descenso por sus más de treinta curvas, llegando al Parador al filo de las once. Casi tres horas de actividad, de distinta actividad, de nocturna actividad, en buena compañía. Gracias a tod@s.


El reportaje fotográfico, con alguna fotico más, en:

2 comentarios:

  1. Muchas gracias a ti, por tu compañía, tus fotos y por dejar plasmado en este escrito lo que sera para todos un recuerdo imborrable. Un saludo, repetiremos...

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    1. Gracias a ti, Ana, y a tod@s los que vinisteis. Encantado si en algo hemos contribuido en ese recuerdo imborrable, que comentas.

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