lunes, 20 de marzo de 2023

Nabaín, el anticlinal de Boltaña

                                                   Año XII. Entrega nº 804


Del blog Fósiles de Sobrarbe

IXOS MONS
Nabaín (1798 m)
Sábado, 18 de marzo de 2023

            "En los Pirineos encontramos muchos ejemplos de discordancias que nos ilustran acerca de los cambios de paisaje que se sucedieron en este rincón de la Tierra. En realidad, los Pirineos conservan los restos de dos grandes cordilleras: una cordillera antigua (Cadena Varisca), formada hace unos 250 millones de años durante el período Carbonífero, y la reciente cordillera Alpina, que es la que configura el relieve actual de los Pirineos".

            Leído en la Guía Geológica del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.



            En alguna ocasión ya hemos dicho que la geología y el clima son los dos factores que determinan el paisaje. De nuevo, los dos potentísimos parámetros que rigen la vida en este planeta, que son el espacio y el tiempo, se unen para entrar en acción y demostrar que lo que ha ocurrido durante el tiempo, y nos referimos a todo el tiempo, a todo, haya sido el desencadenante para obtener el espacio actual, el paisaje. O dicho de otra manera: imposible comprender el espacio, y como tal, el paisaje, sin hacerlo del tiempo, que escribe sus, en ocasiones torcidas líneas en él, aunque eso es solo la punta del iceberg, ya que los estudiosos no se conforman con lo que se ve, y van en pos de lo oculto bajo tierra. Es la geología, la ciencia que estudia la historia del globo terrestre, según la RAE, así como la naturaleza, formación, evolución y disposición actual de las materias que lo componen.


            Y si unimos todo ello, con una magnífica excursión a uno de los muchos santuarios geológicos existentes en el Sobrarbe, con un buen puñado de amigos, es más, si a eso le añadimos la concurrencia de un erudito como es Kike Fernández, son los ingredientes perfectos para pasar una extraordinaria mañana enfrascados en tan apasionante tema. A tal fin nos llegamos hasta la pequeña aldea de Ascaso, donde nos encontramos con él para auparnos en lo que, a priori, nos parece a los legos una montaña más que, aunque reconocemos que todas son distintas, en esta, como en otras materias de las ciencias naturales, solo sabemos mirar, faltándonos la instrucción necesaria para, además, ver.


            Vamos para allá. Entre el kilómetro 447 y 448 de la N-260, en el eje del río Ara que, junto con el del Cinca, vertebran la comarca del Sobrarbe, entre Jánovas y Boltaña encontramos el desvío para subir a Ascaso, por algo más de cuatro kilómetros de pista asfaltada. En ese recorrido nos encontramos los restos del caserío de Santa María de Ascaso. Un poco antes de llegar a la población se comienza la ruta, pero antes, unas breves explicaciones de Kike para contarnos eso, que el paisaje nos da las pautas de lo acontecido a lo largo de los millones de años que nos preceden, y en concreto los dos grandes movimientos que han dado lugar al paisaje actual, el Varisco y el Alpino, como se mencionaba al principio.


            Tras ello, manos a la obra. Se trata de una ruta corta, pero potente en desnivel, ya que en poco más de 3 km se suben unos 800 metros. Da comienzo superando unas cortas gradas y pasando por un estrecho tramo, asegurado por sirga. Enseguida ya nos incorporamos a una gran laja caliza, al lomo del anticlinal, llamado chamela en términos geológicos. A lo largo de este tramo vamos haciendo paradas que vienen bien para tomar resuello, y en las que, con pasión, nos va explicando que estamos sobre las calizas más jóvenes del Sobrabe, en las que podemos descubrir innumerables restos fósiles. Se trata de roca sedimentaria compuesta en gran medida por carbonato de calcio, y que conforman las Sierras Interiores de los Pirineos, como esta en la que estamos, tan próxima al macizo de Treserols.


            Alcanzamos la cornisa oeste, que nos da vista a la gran depresión que el río Ara ha ido formando en los últimos millones de años, y que ha partido en dos este Anticlinal de Boltaña, estando enfrente mismo el macizo de Ferrera con esas vistosas y elegantes ralleras que van buscando el lecho fluvial, quedando casi verticales, objeto de un salvaje plegamiento. Continuamos y pronto se le bajan los humos a la cuesta. La mirada atrás nos reconforta al ver la Peña Montañesa velada por unas juguetonas nubes, así como esta pequeña población de Ascaso. Dejamos atrás el desvío a Jánovas y continuamos entre erizones, hasta llegar a otro desvío, el de Yeba, un poco antes de llegar ya a lo más alto de este monte, culminado por los restos de la ermita erigida a santa Marina, destruida en alguno de los escarceos acorralando a la famosa 43 División.






            La nubosidad reinante nos niega las vistas sobre el gran macizo de Treserols, y toda su compañía, que es mucha y buena. Al norte, la vista se bandea por la Solana de Burgasé; y al sur por la unión matrimonial del Ara y el Cinca, hasta que la muerte los separe, que no lo va a conseguir porque, a poco que nos fijemos en el Gran Libro de la Naturaleza Viviente, todo en ella es circular, por lo tanto, eso de la muerte no va a suceder, tan solo se transforma, tan solo se cambia de materiales. No encontramos mucha información con relación a esta ermita, cuyos orígenes, ¿cómo no?, están vinculados a la aparición de la santa. Tan solo quedan las paredes en pie, y seguramente habría razones de peso para colocar encima de una de ellas el vértice geodésico, que no es el primero que vemos en esas condiciones, pues en el santuario de la Virgen de Herrera (Herrera de los Navarros) también lo vimos.







            Y no mucho más lo que podemos contar, porque el fresco se empieza a notar y las nubes cumplen su amenaza, así que, sin perder tiempo, emprendemos el descenso por el mismo itinerario, hasta llegar a los vehículos. Como queda tiempo, nos acercamos al extremo sur del anticlinal, donde se ubica la población, de calle única, compuesta por cuatro o cinco casas y lo que queda de la parroquial de San Julián. La primera mención que nos relata Antonio Ubieto fue la del 4 de septiembre de 1130 cuando se citaba “como señor a Pedro Blasco en Ascaso” (Ubieto Arteta, Jaca, nº 4 pág, 62). También nos cuenta que llegó a tener 65 habitantes en 1857, y 22 en 1970. Finalmente, el tiempo nos ha dado un respiro para poder pasearnos por esta aldea, que presume de tener la muestra de cine más pequeña del mundo. Sea por muchos años.




            Y así damos por finalizada esta salida didáctica, de la mano de Kike Fernández, habiendo recorrido: 6,1 km, en unas relajadas 4 horas y 20 minutos, salvando un desnivel acumulado total en torno a los 795 m D+/-. Aunque la cosa no termina aquí, que esto ha sido para hacer gana y terminar en torno a una larga mesa en Boltaña.


Bibliografía:

Los pueblos y los despoblados I. Antonio Ubieto Arteta. Anubar (1984). 

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Guía geológica. Instituo Geológico y Minero de España (IGME) y Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN). 2020

Web:

IGME 

Despoblados en Huesca 

Comarca de Sobrarbe 

Cine Ascaso 

SIPCA  

Geoparque Pirineos  

Piedras sagradas 

Fósiles de Sobrarbe  

CAS 

Wikiloc  

RAE  

Geamap 

Hijo de la Tierra 





Las fotos y el track






 

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