viernes, 20 de mayo de 2022

Circular Benasque/Benás - Ardonés, el circo y sus tres cascadas

 


IXOS MONS
Circular Benasque/Benás - Ardonés
El circo y sus tres cascadas
Martes 17 de mayo de 2022

        “Unos hombres están jugando con las bicicletas en las afueras de Benasque.

            -       ¿Se puede llegar a Cerler en coche?

            -       No, señor. Aún no está terminada la carretera.

            Estos hombres son de Cádiz, y la simpática “chacha”, de Jaén. Al parecer están veraneando en Benasque. Benasque es palabra mayor: señorío, riqueza, tradiciones bien arraigadas y, naturalmente, caballerosidad”.

José Cardús Llanas.




            Ha pasado ya más de medio siglo desde que se publicaban estas líneas y, claro está, la carretera ya está terminada. Una carretera que soporta una gran afluencia de tráfico, especialmente para acercar al personal al centro invernal, sin desdeñar el verano, que tampoco es flojo. Nosotros no la tocaremos para subir, aunque un poquico, pero muy poco para bajar, porque, por muy incomunicados que estuvieran antaño, tenían caminos de viejo que les permitían salir del confinamiento de los largos inviernos del pueblo que, con sus 1540 msnm, es el más alto del Pirineo aragonés, y son esos caminos los que vamos a transitar con sumo respeto, para unir Benasque/Benás, con Cerler/Sarllé. Y lo hacemos trazando un ocho para ascender hasta el circo de Ardonés, desde la capital del valle, con su pedanía en el centro de las dos circulares.


            Para ello tomamos el camino de la Saleta, para pasar por el cementerio y dejarnos engullir ya por una frondosa vegetación entre tremoleras, bojes, avellanos y pino silvestre. Al cabo de media hora se pasa por el desvío para el mirador de Pichirilo, que visitamos para admirar las vistas sobre el valle. De vuelta al camino para continuar, y en pocos minutos nos incorporamos al camino de Felegás, que también viene de Benasque/Benás. Seguimos por el bosque y llegamos al desvío que nos llevaría por el camino del Molino, y que recorremos como cinco minutos hasta llegar al barranco d’Alto. De seguir por él nos conduciría al más conocido como aparcamiento del Molino, punto de arranque del telesilla homónimo.




            Volvemos a nuestro camino, y en 20 minutos amanecemos frente al cementerio nuevo de Cerler/Sarllé, debajo de la población, a la que accedemos y, siguiendo las indicaciones del camino de San Pedro Mártir o de las Tres Cascadas, nos incorporamos a él, para llegar a la ermita en un cuarto de hora, lugar muy adecuado para descansar y echar un bocado junto a su fuente, en una pequeña pradera dotada de bancos y mesas. Pedro de Verona fue un dominico (1205 – 1252) miembro del Tribunal del Santo Oficio y protomártir de la citada orden, que fue asesinado por los cátaros, en cuyo seno había nacido; conocido como San Pedro el Mártir, junto a San Lorenzo es el patrón de Cerler/Sarllé, que comparte su patronazgo con Sahún/Saunc, y cuya festividad es celebrada con una concurrida romería. Pronto salimos del bosque a los grandes espacios que ha creado el barranco de Remáscaro, que recoge las aguas del de l’Ampriu y del de Ardonés, al que nos dirigimos a través de la palanca de Vadiello.






            Todo un chute de energía se siente al ir acompañando el barranco y sus bravas aguas. Se cruza una pista en su tramo final y se sigue por sendero. Ya se venía viendo la cascada del Clotet, la central de las tres, y que portan las aguas de la solana de la Estibafreda. Nos vamos adentrando, y los últimos compases se realizan entre pinos, dando un halo de misterio y máxima expectación sobre lo que se nos viene encima, que no es otra cosa que la cascada del Boom, que despeña salvajemente las aguas del barranco de Ardonés, una vez recogidas las del l'Ubago. En esta época del año los campos están pletóricos de luz y de color, y los barrancos bajan más que generosos, con un exceso de caudal que inunda los sentidos. El paso por la palanca que cruza el barranco frente a la cascada ha de hacerse rápido, pero con cuidado, porque el agua atomizada por la brisa llega hasta el que lo cruza, haciéndolo resbaladizo, así como la salida al sendero, asistida por una sirga.





            Una vez “a salvo”, continuamos por el sendero, saliendo de la comisura de este barranco y su escandalosa belleza y aunque no van a ser por eso superados, cruzamos los del Clotet, y Mascarada, más exiguo este último, ambos formando sendas cascadas cuyas aguas también vienen a aportar al principal de Ardonés. Todo un festival para los sentidos que retrasa nuestra marcha porque sentimos que salimos del paraíso. Continuamos por el sendero y nos incorporamos al de la cabaña de Ardonés, para llegar a las terrazas de Paluenga, unos grandes prados vestidos con sus mejores galas amarillas que les regalan una infinidad de flores de Diente de León, lo que vuelve a proporcionar más motivos para la admiración, y son ya muchos en las últimas horas. Por senda, calzada en sus últimos compases, llegamos a Cerler/Sarllé, cerrando así esta segunda circular. Pero hemos de hacerlo con la primera.







            Pasando por la parroquial de San Lorenzo, entramos en el llamado Camino Real, para seguir por plácida senda, hasta que hay que combinarla con cruces y tránsito por la carretera local, esa que mencionábamos al principio que estaba inconclusa, y que ahora hay que hacer con máxima atención. Como a tres cuartos de hora de haber dejado atrás la población, nos incorporamos al camino de las Colladetas, con su vista sobre el cabezo del castillo, para llegar en poco ya a Benasque/Benás, punto de partida, cerrando así la primera circular abierta. Concluimos de este modo una extraordinaria ruta que une la capital con su pedanía Cerler/Sarllé, que recoge ya Martín Duque en su Colección Diplomática de Obarra, nº 28, cuando se da cita en 1018 “unas tierras en Cerle”. 



            En total han sido recorridos 14 km, en 6 horas, habido salvado un desnivel acumulado total en torno a los 755 m D+/-.


Bibliografía:

Turismo Altoaragonés. José Cardús. Heraldo de Aragón (1969)

Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados I. Antonio Ubieto. Anubar (1984)

Web:

Dominicos







Las fotos y el track



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