domingo, 9 de mayo de 2021

Directos a la Cruz de Oroel, por la vía Mayencos




IXOS MONS
Cruz de la Peña Oroel (1769 m)
Sábado, 8 de mayo de 2021

            El símbolo de la Cruz se lo apropiaron para sí los precursores de una de las religiones monoteístas más importantes, pero lo cierto es que sus raíces se hunden en la noche de los tiempos. Todas las representaciones geométricas, de dos o tres dimensiones, tienen su significado y también sus secretos y desde luego, la cruz no escapa a ellos. Nos quedaremos con lo más obvio, que tiene dos elementos el vertical y el horizontal, fruto de desplegar un cubo (tridimensional), con el que guarda muy buenas relaciones.




            Hoy en día hay quien piensa, y están en su derecho de hacerlo, por supuesto, que lo alto de las montañas deberían de estar libres de simbolismos, porque ven en ello una apropiación, un sentirse superior ante quien no reconozca esos símbolos, o en el caso de los buzones u otros artilugios artificiales, la contaminación de la pureza de las cumbres. Lo cierto es que las montañas son de todos, pero no así los símbolos. No ponemos ni quitamos, quizás la edad y la costumbre de verlo nos haga relativizar esa cuestión. Lo que sí es cierto es que mejor le iría a la humanidad si tuviéramos más abierta la mente, lo que nos aportaría empatía y tolerancia. Nuestra (con sentido de cercanía, no de propiedad) sierra más emblemática, la Peña Oroel, no está libre de la recurrente cruz, y de gran tamaño, por cierto, porque mide 8,4 metros de altura, más otros dos de anclaje en la tierra, y lleva ahí desde que en 1902 fue colocada, sustituyendo a otra. Pero dejemos el imaginario colectivo y volvamos a lo nuestro, en concreto a lo vertical y horizontal, porque eso es lo que hemos hecho hoy para acceder a ella, un tránsito vertical y otro horizontal.


            Al margen de los senderos habituales, hay otra forma de acceder a la Cruz, y es por alguna de las vías de escalada que albergan los verticales paredones. Una de ellas, quizá la más concurrida, es la vía Mayencos, que asciende por su cara norte. Partimos del Parador por el sendero habitual, y a los pocos metros encontramos un viejo aljibe, por donde nos desviamos a la derecha para continuar por sendero de bosque, algo interrumpido por un río de piedras primero, y por un barranco después. Finalmente, al cabo de algo más de media hora, se consigue ya tocar roca, esos conglomerados característicos que forman la Peña Oroel. Se continúa por la derecha, siendo ya conveniente la colocación del casco que nos proteja. El sendero discurre por entre el bosque, a tramos más definido que en otros, pero sin dificultad alguna para seguirlo. Nos vamos encontrando señales de pintura y algún clavo de escalada de los antiguos. En una clara dirección E-W, en una hora desde el arranque se llega ya a la base de la chimenea, de IIIº, siendo la mayor dificultad que alberga la vía.











            Hasta aquí, el bosque nos ha ido dando la oportunidad de poner a nuestro alcance visual los enormes patios que vamos generando con nuestra ascensión. En poco más de hora y media desde el Parador tenemos ya la Cruz a la vista, y hacia ella nos dirigimos, por terreno ya descarnado y con gran exposición. En llegando a su vertical, otro de esos viejos clavos invitan a subir directos a ella, pero por una aparente vira a la derecha, dando un pequeño rodeo, se sube con más facilidad. Ya estamos arriba, relajados y habiendo disfrutado un montón por esas repisas, por esas fajas, por esas chimeneas, bien pegados a la pared, y con unos enormes patios bajo nuestros pies, con unas increíbles vistas sobre el Campo de Jaca. Rara es la vez que llegas aquí y no te encuentras con gentes conocidas, y esta ocasión no es la excepción, de modo que, saludos pandémicos y de vuelta, que la mañana está estorbada y no invita a quedarse mucho tiempo.








            Como vamos bien de tiempo y no todos del grupo conocen la cima oriental de la Peña, la Punta Bacials, se acepta la propuesta de ir a visitarla, de modo que hacemos la larga tirada hasta allí. De esta forma, la verticalidad la complementamos con la horizontalidad. Primeramente por la cornisa hasta el collado, donde echamos algo al cuerpo. Luego subimos a la cornisa, contemplando en primer término esos pozos severos puestos en valor no hace mucho tiempo. En media hora llegamos a la entrada al sendero de bajada, pero lo dejamos para la vuelta, porque en diez minutos alcanzamos esa Punta Bacials, que ofrece otra perspectiva, esta vez, de todo el espacio oriental. Todo el praderío que hemos dejado atrás ofrece desde aquí su máxima expresión, llevando la mirada hacia el final de la Peña, hacia esa Cruz tan visible desde muchos kilómetros de distancia en cualquier dirección.












            De vuelta, tomamos el sendero y descendemos por él hasta salir, en tres cuartos de hora, a la curva 13 del camino habitual, habiendo dejado atrás el desvío que baja a Barós, y que hubiera sido otra opción, pero nos hubiera obligado a caminar por la carretera hasta el Parador. De este modo, desde esa curva 13, llegamos a él en media hora, pasando por el desvío que hemos tomado para subir por esa vía Mayencos.



Más fotos.
La imagen de cabecera está tomada del blog pirineodeluis.blogspot.com



2 comentarios:

  1. Hola Chema.

    Es una de mis asignaturas pendientes, la vía Mayencos, oí que hubo algún desprendimiento por la zona …

    Un saludo

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    1. Hola, Eduardo. No. Por esta cara no. Lo hubo por la fachada oeste.
      Un saludo.

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