Curso Escalada en Roca
Nivel Iniciación
Escarrilla (Huesca)
Domingo, 17 de mayo de 2020
Thich Nhat Hanh, un monje budista zen
vietnamita, nominado por Martin Luther King para Premio Nobel de la Paz, en
1967, nos dejó muchas perlas a lo largo de su dilatada vida, y hay una en la
que nos queremos detener hoy: “La ilusión
es importante porque puede hacer que el presente sea más llevadero. Si creemos
que mañana será mejor, podemos soportar las dificultades del presente”. Y
viene al pelo para definir la situación actual. Una situación nueva, que nos
desborda a todos, desde los gobernantes hasta los gobernados. Una situación que
ha puesto en entredicho multitud de cuestiones, multitud de valores, multitud
de soportes en los que se sustenta la humanidad. Una situación que nos ha
venido a decir que un diminuto bicho, puede acabar con un medio de vida basado
en valores de artificio.
¡Ay,
la ilusión! Ese vector que nos hace estar permanentemente diseñando nuevas
líneas de actuación, poniendo nuestro corazón en ellas. Ese motor que permanece
en ralentí en momentos de zozobra. Ese elemento que no se puede pesar ni medir,
que no se puede cuantificar, pero que está ahí, como una llama que no debe
apagarse nunca si queremos seguir sintiéndonos vivos. Estos días aciagos, en
los que hemos visto pasar la vida desde nuestras ventanas, han sido propicios
para revisar nuestras despensas de esa esperanza, de esas expectativas, de esos
anhelos, de esa ilusión en definitiva de poder volver a movernos con total libertad por nuestros vastos y bellos escenarios.
Lo de total libertad parece que viene poco a poco, pero se va viendo luz, se va
viendo un canal de salida para todas esas ganas que teníamos de montaña, de
naturaleza viva.
Y
así va siendo. Y así vamos comenzando, escalando
en la desescalada. Justo la víspera del feroz confinamiento, el sábado 14
de marzo, se cayó del calendario de la Sección de Montaña del CP Mayencos la primera actividad, una salida que teníamos a
tierras literanas, en la güega con la Cataluña vecina, para subir un monte y un
par de ferratas contiguas. Desde entonces han sido varias las suspendidas, y
todavía está por ver si provisional o definitivamente para este año. Sin duda
que en cuanto podamos reanudar las actividades, nos plantearemos reprogramar
alguna de ellas. Pero ha habido una, precisamente la última, la prevista hacer
el sábado 9 de mayo, que tampoco se pudo hacer, pero al tratarse de una sesión de
formación tutelada por una empresa de turismo activo, sí que nos ha permitido
la normativa poderla realizar.
Aunque
de una forma precipitada, se ponía en marcha la maquinaria de las convocatorias
y de las inscripciones, lo que añadido a las ganas de salir a la montaña en
grupo, daba como resultado el que 7 mayencos, junto con Fernando Garrido, Guía de Alta Montaña y Barrancos de Aragón Aventura, cumplimentáramos esta
esperada salida. Pero antes, en sus instalaciones se hacía la recepción del
grupo cumpliendo con los protocolos que las debidas medidas de seguridad
sanitaria derivadas de la actual situación exigen.
El
lugar elegido para la ocasión eran las soleadas paredes de la Escuela de Escalada en Roca de Escarrilla,
donde justo antes de comenzar, recibíamos la visita de una patrulla rural de la
Guardia Civil, gestionando el trámite sin ninguna complicación. Todos provistos
de mascarillas, que se usaban especialmente en los momentos en los que el grupo
debía estar junto para las explicaciones teóricas, y con la presencia de soluciones
hidroalcohólicas, que se usaban continuamente.
Se
hacía repaso de los diferentes tipos de cuerdas y resto de material, así como
los elementos de anclaje, de seguridad, nudos… en fin, todo lo necesario implicado
en la práctica de este deporte, tanto individual como colectivo. Fernando
instalaba dos vías de III, y todos los participantes tuvimos la oportunidad de
subir por ambas, y de asegurar a un compañero, tanto en la maniobra de subida
como en la de bajada, y con ambos sistemas, gri-gri y cesta.
Justo
al lado de las vías de escalada hay una
ferrata, a la que me había ido subiendo en varias ocasiones para tomar imágenes
de los asistentes al curso. Tras una breve parada para comer algo, ascendíamos
todos por esa vía, para situarnos en el punto de reunión para lanzar el rápel.
Una vez montado por Fernando fuimos bajando en dos ocasiones. La primera de
ellas, asegurados por él con una segunda cuerda, y otra, auto asegurados,
siempre bajo su atenta mirada.
De
vuelta a pie de vía, y antes de desmontarlas aún hubo quien no quiso marcharse
sin volver a subirlas. Recogida de material, gran aprecio a la fuente de la
Casilla, y foto de familia, es lo que restaba para emprender el regreso a Jaca,
habiendo pasado una extraordinaria jornada de montaña, distinta, la primera para
nosotros en esta nueva normalidad, y quizá una de las primeras en grupo, si no
la pionera, en nuestras queridas montañas pirenaicas, motivo de comentario y
orgullo en el brindis, por haber, comenzado con esta escalada de la desescalada.
Más fotos de la actividad, pincha aquí
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