domingo, 31 de mayo de 2020

Hayedo de Abi, rincones del valle de Aísa

IXOS MONS
Hayedo de Abi (1550 m)
Sábado, 30 de mayo de 2020



            Ya no hay lobo, ni Caperucita, ni abuelita… ni tan siquiera ovejas. Solo queda el bosque, aunque no sabemos si encantado, de lo que tiene, o desencantado, de lo que ha perdido. Hoy nos acercamos a uno de los rincones más bellos del alto valle de Aísa, si lo será que el río Estarrún se rinde a sus pies. A unos 7 km de la cabecera del municipio, valle arriba, se encuentra el desvío a la derecha para entrar en el área recreativa de Abi, de donde sale esta corta, pero atractiva circular con un punto álgido sorprendente.

Cascada del barranco de Sibiscal

            Pero antes de llegar, justo en los límites del ENP del Parque Natural de los Valles Occidentales, merece la pena detenerse para ver con calma la cascada del barranco de Sibiscal, con su larga y estrecha caída de agua y el curioso puente de madera que lo cruza.

Punto de partida de la ruta, junto al área recreativa de Abi

El hayedo nos recibe un poco tembloroso
            Ahora sí. Nos acercamos al área recreativa, para partir de sus 1360 metros de altitud, junto al Estarrún, que se cruza por un puente de madera. Inmediatamente después nos encontramos tablillas del parque, indicando que es el S-8, y que nos dirigen hacia la izquierda, introduciéndonos ya súbitamente en las fauces de un tupido bosque de hayas, que al estar tan espesas crecen rectilíneas en pos de esa luz que les da la vida. Todas iguales, todas distintas, y aún más unos grandes ejemplares que imponen respeto pasar a su lado.

Viejos ejemplares de haya ejercen la admiración de las de su entorno

La primera de las cuevas de Abi
            El trazado es bastante empinado, pero como no hay prisa nos lo tomamos con calma. Antes de la media hora, el sendero pasa al pie de un roquedo, en cuya base encontramos un par de cuevas, empleadas en sus tiempos para refugio de pastores y ganado. Tan solo diez minutos más de subida por entre el bosque y asistimos a una transformación total del paisaje. Llegamos a los Llanos del Abi, cambiando la mirada en corto del bosque por las amplias vistas que permite una gran amplitud de terreno; cambiando la humedad por unas soleadas praderas, que disfrutamos viéndolas, y más si estuvieran con ganado, ramoneando los suelos; cambiando, en definitiva nuestras reflexiones, que van y vienen de árbol en árbol, por otras con más expansión.

A punto de salir del bosque

La parte más alta de los llanos
            Por encima de nosotros, el cordal de la Magdalena y las Blancas. Valle abajo, las anchuras de un Estarrún que se descongestiona al salir de los congostos de la cabecera del valle. Y a nuestra espalda la sierra de la Estiba, con el pétreo Mesola. Un paraje verdaderamente agradable y sorprendente. Bajamos hasta el fondo y por terreno más incómodo de piedras cruzamos el barranco Vistosla, para salir a una pista, que desemboca en otra principal.

Imagen de la Llena del Bozo y de la Garganta, ya de regreso

Puente sobre el barranco de Sibiscal
            Al llegar a ella, la tomamos a la derecha, y ya de vuelta nos presentamos en el punto de partida, habiendo recorrido una distancia de 3,7 km, en apenas hora y media, y con tan solo 220 metros de desnivel acumulado D+/-, lo que la hace apta para hacerla con gente menuda. 

        ¡Ah!, y no olvidarse de parar en la cascada de Sibiscal… que aunque la hayamos contemplado de subida, no importa, porque seguro que tiene distinta luz… y distinta agua, y seguro que nuestra mirada también lo es, después de haber conocido tan bello rincón.


Las fotos y el track

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