Ibón (1600 m)
y Arco de Piedrafita (1860 m)
Lunes, 14 de enero de 2019
Sigue
luciendo el sol por nuestras montañas. También el aire tiene lo suyo. Pero ¿qué
vamos a hacer, lamentarnos de que no nieve? Pues no, ya nevará cuando quiera.
Sobre lo que no puedes controlar, no hay más que asumirlo. Lo que sí podemos
hacer… y lo hacemos, es aprovecharnos de la situación para no dejar de salir a
la montaña, para acercarnos a respirar su aire, a tomar su sol, a beber su
agua, a deleitarnos con su presencia, algo que imaginamos recíproco.
A punto de salir de Lacuniacha |
Hoy,
con los amigos Toño, Sara, Pepe, Juancho y Miguel, para que no nos lo cuenten,
nos vamos a la Partacua, con su Peña Telera, que aunque no es la más alta, sí
la más emblemática, la mágica entre todas las demás, y nos vamos para ver su
ambiente, y en concreto dos de sus monumentos, verdaderas maravillas de la
naturaleza. Uno horizontal, y otro vertical. Sí, el ibón y el arco. Allá vamos.
Todo enmudece ante su presencia. Corona del Mallo, Peña Parda y Peña Telera |
Dejamos
los vehículos en Lacuniacha, y comenzamos la andadura por la pista, cogiendo
los atajos debidamente señalizados como PR-HU 93.1. Desde los primeros compases
se hace presente con toda su impronta esa Peña Telera, que llena el espacio
visual como solo ella sabe hacer. Al cabo de poco más de media hora, se llega a
la Plana Alta de Boj, unas campas justo enfrente del barranco del Ibón, al que
nos abrazamos hasta llegar a él. Un ibón que luce con una lámina reluciente,
con un caudal muy inferior al que puede soportar, y en la que se refleja una
montaña mutilada, porque le falta lo más preciado en esta época.
Entrando en el Sarronal, con los Dientes de Batanes al fondo |
Empinadas cuestas de acceso |
Nos
despedimos del ibón saludándolo desde la presa, y tomamos rumbo hacia el Sarronal, otro de los innumerables sectores de estos interminables puertos. Es
aquí donde comienza la dura subida hasta el Arco. Es tan solo un cuarto de
hora, pero se salvan casi doscientos metros de desnivel. A tramos por claros, a
tramos por bosque, vamos subiendo esta empinada cuesta, hasta que de forma
sorpresiva se abre a nuestra mirada ese portento de la naturaleza que es el
llamado Arco Natural de Piedrafita, de varias decenas de metros de altura, que de
forma totalmente anárquica, se alza con toda libertad, desafiando su entorno.
El Arco de Piedrafita |
Nos
alzamos sobre él, cabalgando todo lo que lo razonable permite, de forma que
podemos ver lo que él ve y sentir lo que él siente. Mucho de ambas cosas. La
panorámica que ofrece sobre el Valle de Tena y sus montañas es realmente
alucinante.
Vistas del Valle de Tena, desde encima del Arco |
Descendiendo hacia la pista |
Volvemos
sobre nuestros pasos hasta esas campas de Sarronal, para seguir las
indicaciones del Sendero Turístico de Aragón PR-HU 93.1. Nos alzamos por encima
de la Plana Terrosa, con su caseta de pastores. La idea era bajar para salir
por la pista contigua a las naves ganaderas que hay debajo de la entrada a
Lacuniacha, pero la pérdida de las señales blancas y amarillas nos hacen
guiarnos por las que hay para marcar los circuitos de Marcha Nórdica, hasta dar
con la pista en uno de los bucles que se evitan en la subida. Siguiéndola, con
los atajos que se ponen a mano, llegamos finalmente a los vehículos.
Sencillamente, espectacular |
Una
mañana pasada en buena compañía por uno de los lugares más espectaculares del Valle de Tena, por debajo de los tremendos paredones de la Sierra de Partacua,
en los dominios de Piedrafita de Jaca. Una mañana, decimos, a la que le hemos
echado 4h 25’ de tiempo total, del que tan solo casi tres han sido en
movimiento, para recorrer 11 km, aunque en realidad han sido 2,6 más por las
vueltas que hemos dado tratando de seguir las marcas del PR de nueva señalización,
que han dado paso a otras viejas poco dignas de fiar. El desnivel acumulado ha
sido de en torno a 665 metros D+/-.
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