AQUERAS MONTAÑAS
Pico del Achar del Alano (2078 m)
Punta Tacheras (2102 m)
Ralla del Alano (2162 m)
Trasveral Occidental (2079 m)
Espelunga (2106 m)
Ruzquía (2074 m)
Sábado, 28 de octubre de 2017
Los barrancos de Petraficha y
Petrechema dan origen al río Veral en Zuriza, uno de los más occidentales de
nuestro Pirineo aragonés, y como todos los que bajan de las montañas comienza con gran brío para abrirse paso bajo sierras calizas de enorme vistosidad. En
este caso, deja a su derecha el gran macizo del Ezcaurre, y a la izquierda
toda una sierra, la de Alanos. El río Aragón Subordán, que comienza dando
quiebros en esa Agua Tuerta, abre otro tajo entre el sinclinal del Castillo de
Acher y esos mismos Alanos. Entre un extremo y otro, como 10 km de un verdadero
festival calizo, con su gran fachada al norte, con unos enormes paredones que, como en
la mandíbula inferior de estas montañas, enfila hacia arriba una sucesión de agujas,
de muelas a cuál más agreste, desde cuyas puntas se asoman a los grandes
abismos que conforman sobre Tacheras, un apacible valle al este de Zuriza.
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Peña Ezcaurre. Impresionante |
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Tacheras, Zuriza, loma occidental de Quimboa y Maz |
Pero nuestros protagonistas de
hoy no son los ríos, no, nuestra protagonista de hoy es precisamente esta
sierra de Alanos que, modelada por ellos, y por los vientos, aguas y soles, se
yergue en esa solana de Tacheras, ofreciendo sus más llamativas crestas, sus
más llamativos paredones, sus más llamativos abismos, al paseante que
apaciblemente discurre por el fondo del valle, en el que una pista nos conduce
desde Zuriza hasta el Llano de Tacheras, a unos 2,3 km. Allí, el único paso
existente sobre el río es el fin de los rodantes, aunque los ganaderos pueden
continuar hasta los corrales de Mazandú.
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Pasos de Pegraficha y Estribiella |
Y a ese Llano de Tacheras nos
dirigimos con Julio, Josemari, Toño, María, Carlos, Paco, Arturo, Olga, Mª
Jesús y Carlos, mayencos todos, para iniciar, y tratar de completar, claro, una
ambiciosa ruta, que no es muy larga, pero sí exigente, ascendiendo a seis de
las alturas de esta fascinante sierra de Alanos, en una mañana que se vaticina
ventosa, muy ventosa. Allá vamos.
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Once mayencos para seis Alanos |
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Acompañando en los primeros compases al GR 11.1 |
El GR 11, que por aquí llega
desde Zuriza, ve cómo una variante, el GR 11.1 se desgaja de él para pasar al
valle vecino de Oza por el collado de Estribiella, y éste es el sendero que
seguimos, que empinado va cruzando por las vueltas de la pista, hasta dejarlo
para continuar por la Senda de Camille, que aquí se separa de la
Transpirenaica. Tomamos una ladera herbosa todo tieso, sin reblar, hasta entrar
ya en el terreno de piedras, por un camino bien definido y estable que, bajo
ese enorme diente de Alano, nos dirige hacia el paso Tacheras, a donde llegamos
a la hora y cuarto de salir, habiendo salvado 625 metros de desnivel, que no
está mal. Aquí se nos abre un paisaje singular, un alargado puerto de alta
montaña que hace las delicias del ganado. Este punto podríamos decir que parte
este enorme espacio en dos, el oriental y el occidental, y éste último va a ser
el escenario de nuestras andanzas de hoy, ya que dejamos que la Senda de Camile
lo cruce transversalmente, dirigiéndose a la caída hacia Espetal, para nosotros meternos ya de lleno en faena.
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Llegando al paso de Tacheras o Achar de Alano |
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Pico del Achar de Alano |
Ese enorme diente de Alano que,
imponente veíamos por encima, muy por encima de nuestras cabezas, estamos ya a
punto de tratarlo de tú, ya que tenemos a la vista el itinerario de subida, y
que en menos de media hora recorremos para auparnos hasta su cima, la primera
de la mañana, la del Pico del Achar de Alano. Primero por empinado tramo herboso y por
roca de tacto calizo, que acariciamos a cuatro patas, después. Las ráfagas de
viento se apresuran para llegar a la cita con nosotros a este primer puntal.
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En el Pico del Achar de Alano |
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Camino hacia la Punta Tacheras |
Seguimos nuestro periplo por las
joyas de esta corona. Sin bajar hasta el mismo fondo del puerto, tomamos
dirección W para encararnos al próximo objetivo, la Punta Tacheras, que nos
pasamos de largo por exceso de entusiasmo, de modo que lo abordamos por el
itinerario previsto para el descenso. Pero no importa, para allí vamos. De
nuevo, manos a la pared para superar unos resaltes rocosos, y por entre este
peñasco y el siguiente nos vamos metiendo para terminar de subir a esta segunda
cota, que de puntiaguda que es sólo podemos subirla de uno en uno, para luego
hacernos la foto de rigor en una pequeña ante cima, que abandonamos por el
mismo itinerario.
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En la Punta Tacheras |
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Por la cresta hacia la Ralla de Alano |
En poco, nos volvemos a encaramar
a la roca para recorrer un estrecho tramo de cresterío y poder dar alcance a la
siguiente cota, la Ralla de Alano, que con sus 2162 metros es el punto más alto
de estos Alanos Occidentales. Una cresta que hay que andar con cuidado de la
mano del viento. Finalmente llegamos a ese punto, en el que aprovechamos para
echar un breve bocado y admirar el panorama que nos ofrece.
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En la Ralla de Alano |
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Por el karst hacia el Trasveral Occidental |
Tenemos que abandonar la cornisa
de esta fachada norte y bajar ya de ella, ahora sí, hasta la base del puerto,
que ha cambiado de configuración. La tasca ha dado paso al desnudo karst, que
recorremos hasta la zona más meridional del entorno. Hemos de auparnos a la
cuarta cota de la mañana, al Trasveral Occidental, y lo hacemos envueltos en
unas rachas de viento que se crecen conforme va avanzando la jornada, tanto es
así que la pancarta se queda a buen recaudo en la mochila.
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En el Trasveral Occidental |
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El impresionante Espelunga |
Cambiamos de fachada, ahora nos
dirigimos a la occidental. Bajamos hasta el collado de Espelunga para subir a
su monte, que cae a pico sobre el Veral frente al majestuoso Ezcaurre. Las
vistas, hasta ahora han sido espectaculares, pero desde éste, nuestro quinto monte
de la mañana, lo son todavía más. Todo un mundo a nuestros pies. Un mundo
extremadamente ventoso, un mundo que tenemos que abandonar bajando de nuevo a
ese collado para dirigirnos hacia nuestra última cota, la más septentrional, el
Ruzquía.
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En el Espelunga |
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Para pasar al Ruzquía |
De nuevo unos pasos en los que
les damos juego a las manos, para ir subiendo ya la última cuesta, que nos da
paso a este monte, a esta avanzadilla sobre esa fachada que altiva se muestra
ante nosotros. El viento sigue, y en esta nuestra última altura queremos que
también le dé a nuestro distintivo, esa banderola que sube donde lo hace la
fuerza mayenca de montaña, que la de un día como hoy se dispone ya a ir bajando
de estas alturas, benditas alturas, que nos han acogido una buena parte de la
jornada de hoy.
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En el Ruzquía |
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Comenzando el descenso |
Poco a poco nos vamos aproximando
a esos enormes ventanales que dan vista a esas Canaletas de Ruzquía, que al
llegar a la principal la tomamos como nuestra para, tras superar unos pasos en
los que hay que emplear nuevamente las manos, dejarnos engullir por un abismo
con una interminable e inestable pedrera, probablemente seno de un glaciar en
momentos más fríos que los actuales. Tras de nosotros unas impresionantes
paredes calizas se van haciendo más altas a cada paso que damos. Por delante,
un lejano fondo de valle que, también a cada paso que damos se va haciendo más
y más cercano. Al abandonar la pedrera, un tramo más amable nos conduce hasta
lo que posiblemente sea una morrena lateral del supuesto glaciar. En poco más,
al bosque, por itinerario poco definido, hasta alcanzar una vieja trocha y
salir, en muy poco más de una hora desde el comienzo del descenso, junto al
puente del que hemos partido.
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Impresionantes los paredones de la fachada norte de Alanos |
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Puerto de Alanos |
Las flores pétreas de este
ramillete nos han ido llevando de una en una, de la mano del feroz viento,
recorriendo seis cotas de este puerto de Alanos, por laderas herbosas, por
caminos de piedras, por altivas chimeneas, pero siempre rodeados de buena, muy
buena compañía, con la que hemos recorrido 10,3 km en un tiempo total de 6h y
20’, del que 4h y 20’ han sido en movimiento, salvando un nada despreciable desnivel acumulado
en torno a los 1450 metros D+/-, con un desgaste sólo compensado con la buena
cocina de la borda Chiquín.
Hasta la próxima… que será
pronto, y no lejos de aquí.
El track, en: https://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=20636929
Hola Chema.
ResponderEliminarQue bonitos son los valles occidentales, y sobre todo esta sierra de Alano, con sus montañas rocosas, que no son muy frecuentadas, ya que otras cimas más conocidas, le quitan protagonismo.
Yo hace tiempo, que voy detrás de ellas, veo que por esa zona el otoño ya ha pasado, si la vista no me engaña, veo las hayas, ya sin hojas ... una lastima, porque nosotros estuvimos por Lescún y tampoco había otoño, estos vientos las han debido tirar al suelo.
Un saludo.
Gracias, Eduardo. Este año el otoño ha sido un poco raro. Con la sequera, el monte está muy triste, y ha pasado sin pena ni gloria. Y sí, los Valles Occidentales son muy bonitos, no tienen las alturas del Pirineo Central, pero merece la pena visitarlos.
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