Petrechema (2.371 m)
Domingo, 29 de noviembre de 2015
Una nueva salida del programa de
montaña del CP Mayencos. Salida que tuvo que ser aplazada a causa del mal
tiempo, pero que por fin la hemos podido buscar acomodo en el calendario. Para
noviembre nos gusta poner una por estos valles, para poder degustar el plácido
otoño, y cuál ha sido nuestra sorpresa que entre su adelanto en marchar y
nuestro retraso en venir, ya no está. Se ha ido, especialmente de las cotas
altas, habiendo cubierto su lugar un manto nivoso espectacular, que ha tenido
que luchar contra los enfurecidos vientos, y en aquellos lugares donde ha
ganado la batalla, se ha mantenido de forma placentera también, bajo una fina
capa de nieve dura, de la que le gusta a cuchillas y crampones.
Dispuestos para la marcheta |
Ástrid en plena progresión |
El día está fresco, radiante,
prometedor. No son las nueve y media cuando partimos del refugio, Ástrid y
Julio porteando esquíes; y los demás, Josemari, Javier, Paco, Arturo, Manuel y
el que suscribe, raquetas y crampones. Los primeros pasos crujen al ir
posándolos sobre la hierba y el barro helados. En torno a los 1.700/1.800
metros van a pareciendo ya las primeras nieves sobre nuestros pies. Los
esquiadores se tiran sobre sus largos calceros, mientras que los otros vamos
aguantando sin pinchos. En hora y media nos presentamos en el collado. Cuchillas a los
esquíes y crampones a las botas. Nos metemos en el paco de la Punta de la
Escalerilla, y lo que es un cómodo sendero en época estival, se convierte en un
paso a media ladera nada cómodo de transitar. Pero lo hacemos, no tenemos otra.
Agrupando para el asalto final |
Al cabo de otra hora nos
plantamos ya frente a la subida definitiva, una nevada loma con brusca caída a
ambas vertientes nos aguarda. A ella vamos, dejando aquí los esquíes. Casi otra
hora de aproximación, culminada con el paso por varias antecimas, que todas te
parece la última, pero que no lo es, hasta llegar, ahora sí, al alto
definitivo. Siete en una estrecha plataforma de cumbre rodeada de abismo en
tres de los cuatro costados. Uno de esos costados, el de levante, está ocupado
en proximidad por la Grand Aiguille d' Ansabère. Impresionante. En un
ambiente totalmente invernal, aunque con un día totalmente radiante, comenzamos
poco a poco el descenso hasta donde se habían quedado los esquíes, desde donde
Ástrid y Julio trazan visualmente el itinerario de descenso y se deslizan por
él. Los demás, por nuestra parte, a desandar lo andado.
Grand Aiguille d' Ansabère |
Poco más de media hora y nos
presentamos en el collado de Linza, donde nos habíamos puesto los crampones,
pero que ahora mantenemos para seguir con ellos mientras se mantiene la nieve.
Una nieve que es sustituida por barro hasta la llegada al refugio. Han sido 13
km, en 5h 45’ de tiempo total, del que 4h han sido en movimiento, para hacer
1.080 metros de D+ y los mismos de descenso. Hemos saldado más que dignamente
la deuda que teníamos con este monte, con el mejor final que se conoce, que es
en torno a una mesa, en este caso una de las del refugio de Linza, donde Beni, nos
ofrece un platerón de alubias rojas y buenas viandas, que no podemos rechazar.
Las fotos, en: https://picasaweb.google.com/chematapia/Petrechema2371M
El track, en: http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=11554379
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