CP Mayencos
Domingo 24 de marzo de 2013
Tener lo justo y saberlo
administrar. Esa es la virtud. Para entrenarnos en eso de la gestión de los
recursos, la meteo nos brinda cada invierno su particular situación. Tan
malo es tener poca nieve, como mucha. Este invierno ha sido generoso de lo más,
y también nos ha causado quebraderos de cabeza a la organización de este 3 en
1, de este duro deporte que reúne tres disciplinas, y que en esta época del año
son correr, bicicleta y esquí de fondo. Estamos hablando del triatlón, que si
en general no es muy conocido, el de invierno lo es todavía menos.
Trece,
y van trece, las ediciones que lo venimos desarrollando en Ansó, villa
altoaragonesa por la que no podemos pasar de puntillas, ya que es mucho lo que
encierran sus cuatro letras. De entrada, para situarnos en sus dimensiones,
podemos decir que posiblemente sea uno de los municipios más extensos del
Pirineo con un solo núcleo de población. Su historia está enraizada en el
Medievo aragonés y entrelazada en la construcción del reino.
Casa típica de Ansó |
Geográficamente
situada en punto fronterizo ha sido plaza codiciada por unos y otros, siendo
objeto de derechos y privilegios por distintos reyes. Ha tenido, estando
algunos todavía en vigor, tratados de paz, amistad y colaboración, llamados
facerías, por los que se iban dibujando los derechos de ansotanos y vecinos
para la explotación de pastos y demás recursos naturales. Hoy en día, junto con
el vecino municipio de Fago, forma parte de la Mancomunidad Forestal de Fago-Ansó,
que realiza la gestión de los recursos, correspondiendo 1/5 parte al primero,
y las 4/5 restantes a Ansó.
Peña Ezkaurre, en las puertas de Zuriza |
Ubicado a
orillas del río Veral, que vierte al Aragón en la Canal de Berdún, a 860 metros
de altitud, goza de un amplísimo territorio. Los límites del municipio copan 50
kilómetros de frontera con Francia. Los extremos del eje este-oeste son
Candanchú (perteneciente al municipio de Aísa) y Navarra. El eje norte-sur está
delimitado por el cauce del río Veral, formado en Zuriza por los caudales de
los barrancos de Petrechema, que viene de Linza, y el de Petreficha, que lo
hace por Taxeras. Partiendo de Ansó, y tras subir 13 kilómetros abrazados al
río, éste se estrecha en el llamado achar de Zuriza, un congosto propiciado por
las calizas del lugar que se rinden ante la fuerza de las aguas, teniendo al
viento como aliado para la forja de las peñas Ezkaurre y extremo occidental de
Alanos, por cuyos pies discurre. El viento y el agua, verdaderos cinceles del
paisaje. También debe ser así en los humanos. Si el aire corresponde al ámbito
de los pensamientos, y el agua al de los sentimientos, éstos son los llamados a
doblegar a nuestro paisaje, a nuestra voluntad.
Pero estamos en Zuriza, no lo olvidemos. Este
inesperado lugar, cada vez que lo
visitamos, nos recibe con recuerdos de hace
años, muchos años, recuerdos en blanco y negro, recuerdos asociados a
bulliciosas tardes de verano en un campamento juvenil, a tremendas tormentas, a
dañinas granizadas, a tiendas de campaña por los suelos en vísperas de recibir
a los padres en el Día de la Familia, y a retorcidos mástiles abrazados al
fuego de la fragua para enderezarlos en la Casa Cuartel de la Guardia Civil, en
lo que hoy es el camping.
Sierra de Alanos, desde el arranque de Tacheras |
Iglesia de San Pedro de Ansó (foto de Wikipedia) |
Ansó tiene actualmente una población inferior
a 500 habitantes, pudiendo disfrutar de un casco urbano extraordinario, debido
a su escaso y ordenado desarrollo urbanístico. Sienta bien, sí, sienta bien un
relajado paseo por sus empedradas calles para saborear esas imágenes de los
rincones típicos de casas montañesas, de piedra, madera y pizarra, con robustas
chimeneas y balcones corridos con profusión de flores, formando un conjunto que
aún pervive al paso del tiempo, y que se ha hecho merecedor del título de Bien
de Interés Cultural el 7 de marzo de 2006 por el Gobierno de Aragón. Destaca la
parroquial de San Pedro, de recia fábrica, y con origen en el siglo XVI;
también alguna vivienda fortificada en el casco urbano.
Desde hace
casi treinta años se viene celebrando el Día de la Exaltación del Traje
Ansotano, en el último domingo de agosto, en el que los ansotanos se afanan en
rebuscar en arcones y armarios las vestimentas de sus antepasados para lucirlas
ante los visitantes. Fiesta declarada de Interés Turístico Nacional
recientemente.
Pero vayamos
con el aspecto deportivo, en el que este año ha convocado a un
centenar de
participantes, que como la organización, han estado pendientes hasta última
hora de si se iba a poder celebrar o no. Cuando decimos a última hora es
literal, porque poco antes de las nueve de la mañana es cuando recibimos el
consentimiento de la Guardia Civil, que hasta entonces emitía instrucciones
contradictorias a las autorizaciones concedidas por la DGA. Bien se vale que
habíamos contemplado un plan B, que no fue necesario desplegar.
Montando los boxes en Ansó |
El sábado lo
empleamos en contactar con Félix, el alcalde, y con Jesús, que sin su
inestimable ayuda no hubiera sido posible la consecución de este evento. Junto
con la Asociación Deportiva Linza ponen recursos humanos y materiales a
disposición del buen desarrollo del triatlón.
Enorme cantidad de nieve en el circuito |
En lo
meteorológico, la mañana está indecisa. Lo cierto es que desde hace unos días
los pronósticos han ido mejorando a favor del buen tiempo. No obstante, las
borrascas van y vienen. La carretera limpia. Zuriza con sus mejores galas, que
se van acrecentando conforme se va llegando a Linza, a donde llegamos para
revisar el circuito, un circuito auténticamente extraordinario, en el
incomparable marco de este extenso hayedo. Beni y su equipo en el refugio, y
Eloy trabajando la nieve, nos reciben con entusiasmo y esperanzados de que vaya
a poder realizarse finalmente la prueba.
Bajada a Ansó,
a comer, a preparar la transición de correr a bici en el camping, y al
salón
del cine, que alberga el Centro de Interpretación de la Naturaleza, para acoger
a los participantes en la entrega de dorsales, concluyendo con la charla
técnica. Y a dormir, que mañana hay que madrugar.
Cerco de vida |
Efectivamente,
a media luz todavía, y con un cielo enrasado, salimos hacia el cine para cargar
en la furgoneta los esquís y demás material de los participantes y subirlos a
Linza. A continuación, al camping a dar los dorsales que no fueron entregados
ayer. Y poco más de las nueve de la mañana son cuando partimos hacia el
circuito. Se da la salida a las diez, una salida de corredores que dan
corriendo tres vueltas por el casco, para acto seguido coger la bici y subir
hasta Linza, donde la cambian por los esquís y se deslizan por el circuito.
En la T2, Linza |
El despliegue
de voluntarios es importante, tanto en el circuito pedestre en Ansó, como a lo
largo de los veinte kilómetros de bicicleta, como sobre nieve. Es Campeonato de
Aragón y de la Comunidad de Madrid. En 1:45:08 llega Raúl Roda, del Hiruki
Valle de Egüés Triatlón, el primer corredor. En 2:17:01 lo hace Anays
Tommy, del C. T. Diablillos de Rivas, la primera fémina. Ambos de la
Clasificación Absoluta. En cuanto al Campeonato de Aragón, los llegados en primeras posiciones fueron Jesús García,
del Duatlón Foncasa Calatayud, que completó el recorrido en 1:55:52; y
Raquel Abián, del Club Triatlón Europa, en 3:12:34. Y por la Federación de
la Comunidad de Madrid, los campeones fueron Antonio Cascos, en 1:52: 0; y Anais Tommy, en 2:17:01. Por clubes, ganó Hiruki Valle de
Egüés Triatlón, seguido de Mayencos Brico-Jaca Triatlón, organizador de la
prueba.
Llegada de Anais, la primera fémina |
Conforme van
llegando los participantes, a lo largo de la mañana, se les van recogiendo las
bicicletas y bajando a Ansó, en donde las recogerán a la hora de comer. Una
comida a la que vamos acudiendo todos. Los paisanos se afanan en ofrecer unas
buenas migas montañesas y viandas a la brasa, todo ello en el trinquete, ese
pequeño frontón cerrado característico de la zona. Como colofón la entrega de
trofeos y un sorteo de regalos.
Llueve, y lo
viene haciendo justo desde que hemos terminado de recoger allá en Linza, de la
que nos hemos despedido hasta el año que viene para esta prueba, pero que esperamos
volver a ir antes en cualquier otra ocasión, no importa cuál.
Bien, cada
mochuelo a su olivo. Despedidas y agradecimientos a Ansó, personalizados en Félix Ipas, el alcalde, que
aglutina las mejores voluntades de sus paisanos para que esta prueba salga
adelante año tras año.
El reportaje completo de fotos, en:
Si queréis más información sobre la prueba, en:
Y si lo que queréis es disfrutar de Ansó, sus gentes y sus valles, en:
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