Los Sestrales (2.101 m y 2.075 m)
Martes, 16 de octubre de 2012
De nuevo partimos hacia la
montaña. Esta vez desde Zaragoza, para visitar el Cañón de Añisclo desde
arriba, desde donde lo hacen las grandes rapaces y las grandes necrófagas,
aunque no seamos ni lo uno ni lo otro, pero de todo hay que aprender.
Están
entrando ya borrascas, que han tenido la gentileza de esperarse a terminar las
fiestas del Pilar, y en un día que nos guiña el ojo, aprovechamos para hacer una escapada a esta magnífica zona del Pirineo, salvada por la ampliación del
Parque Nacional de Ordesa, a Ordesa y Monte Perdido en 1.982, y
que lo fue de intenciones pantanistas. No obstante, hay estudios de nuevas
ampliaciones, que de momento duermen el sueño de los justos en algún cajón
ministerial. Me gustaría destacar el de D. Eduardo Martínez de Pisón,
Catedrático de Geografía Física por la Universidad Autónoma de Madrid, Premio
Nacional de Medio Ambiente, verdadera eminencia y persona de referencia en
cuanto al estudio y conservación de los paisajes de alta montaña se refiere.
Castillo Mayor y Peña Montañesa |
A
raíz de un informe encargado por el Organismo Autónomo Parques Nacionales de
España, aconseja y argumenta detalladamente ampliar la superficie actual
protegida de 15.608 Ha, a más de 60.000, lo que superaría a los 45.707 del
Parque Nacional de los Pirineos (Francia). Por si a alguien le interesa, aquí
está el informe
http://www.revistaeria.es/index.php/eria/article/view/828/784.
No obstante, el objetivo final sería la creación de un Parque Internacional de
los Pirineos, salvaguardando así la integridad de la cordillera.
Pero
mientras llega y no llega, podemos seguir disfrutando de estos bellos y únicos
paisajes, tengan la figura de protección que tengan, aunque sea al filo del parque,
como es este caso, y que acometemos seguidamente.
Entrada al PN de Ordesa y M Perdido |
Para
subir a los Sestrales, y “disfrutar” plenamente de la ascensión, hay que
cogerlos desde la ermita rupestre de San Úrbez, tomando en principio la GR 15
(Senda Pre-Pirenaica), pero como estamos un poco vagonetas últimamente, hemos
optado por hacer un buen trecho en rodante, alcanzando los 1.750 metros de
altitud de la Plana Canal, justo en el límite del Parque Nacional de Ordesa y
Monte Perdido, y donde hay una valla que sólo puede atravesar el personal
autorizado.
Para
llegar hasta aquí, hay que partir de Escalona, y meterse en el Valle de
Añisclo. Al poco de entrar en él, hay un desvío a la derecha. Se llega a
Puértolas y se sigue en dirección a Bestué, y antes de llegar, parte a mano
derecha una pista apta para coches (mejor para todoterrenos), que a los 9
kilómetros, y por las faldas de Castillo Mayor, te deja en este espectacular
punto. Estamos en la llamada Montaña de Sesa, y de seguir andando por la pista,
se abordaría la zona de San Vicenda.
Subida a Sestrales |
Sólo
el llegar hasta aquí ya merece la pena. Tenemos ante nuestra vista la esencia
del parque, la esencia de estas montañas, el macizo de Monte Perdido, las Tres
Sorores, Cilindro de Marboré (3.325 m), Monte Perdido (3.355 m), y Sum de
Ramond, o Pico Añisclo (3.254 m) y la hermana menor, la Punta de las Olas
(3.002 m), y separadas por ese gran tajo que es el collado de Añisclo, otras
cumbres menores, que buscan la simetría sin conseguirlo, son la Suca, o Pico
Inferior de Añisclo, Añisclo Chicot o Zucón (2.802 m), y las Tres Marías, con
nombres propios, son las Zuca Punchuda (2.781 m), Zuna Roncha (2.757 m) y Zuca
Plana (2.702 m), que por cierto, todavía nos aguardan. Y por supuesto los otros
dos gigantes próximos, como el Castillo Mayor (2.018 m) y la Peña Montañesa
(2.294 m), que también nos esperan. Hay tanto por vivir todavía…
Tres Sorores desde Bestué |
Dejamos
el coche en solitario en este singular lugar. La mañana está fresca, las nubes
bajas se le apoderan. Anuncian una vuelta de agua para a partir del jueves,
pero la atmósfera ya lo va acusando. Viene el frente por el W, de hecho, el
Cilindro ya está cubierto. Dejamos atrás la pista y tras perder algo de altura,
la vamos ganando por una ladera herbosa que se empeña en empinarse. El camino
lógico nos llevaría hasta su mayor altura, el Tozal de la Fueva (1.898 m), pero
no caemos en la tentación y seguimos por la izquierda, casi por el borde, por
donde enseguida encontramos hitos de piedra.
Cabaña sin techo en el collado |
Al
cabo de 20 minutos llegamos a un collado que nos da vista ya a la parte rocosa
del Mondotó (1.957 m), ese otro guardián de la entrada a la parte
peatonal del cañón, y que se aúpa porque quiere ser un dosmil. Paciencia,
amigo. En este collado nos encontramos una pequeña cabaña de piedra con el
techo derrumbado. Lástima. No hay hitos que partan desde aquí, lo que nos hace
vacilar un poco. Yeguas y sus potrillos retozan por aquí sin importarles lo más
mínimo, no los necesitan. Y como no les podemos preguntar, aun a sabiendas de
que es dirección contraria, determinamos subir al tozal para tomar perspectiva,
o quizá guiados por la impaciencia de asomarnos al cañón. Y efectivamente,
conseguimos las dos cosas, aunque esta última no mucho.
El poco de
salir de nuevo del collado ya encontramos de nuevo hitos de piedra, que nos
llevan por el mismo canto del valle de Bestué, y que nos hacen pasar por un
cercado eléctrico, para proseguir el camino, que nos lleva hasta la Forqueta,
una gran abertura de la roca que nos permite asomarnos a la entrada del cañón,
teniendo enfrente y ganando perspectiva ya sobre el Mondotó.
Cañón de Añisclo |
En poco más de
media hora, y por zona mixta de tasca y lapiaz, llegamos al Sestrales Alto
(2.101 m) punto más alto de todo este macizo que custodia por el E la entrada
al valle y de nuestro recorrido de hoy. Desde aquí todavía es mejor la
panorámica. El Mondotó ya nos deja ver por encima de él todo el Ballibió, donde
distinguimos a Sercué, Nerín, Buerba y Fanlo, cabecera y municipio del valle. Y
más arriba la Peña Oroel, y San Juan de la Peña. También distinguimos Guara.
Todo ello por el W. Por el S, y obviando el embalse de Mediano, tenemos la Peña
Montañesa, y girándonos hacia el E, el Castillo Mayor, que nos ofrece su ladera
más amable, siendo un verdadero monumento calizo la otra vertiente, la que da
entrada a las gargantas de Escuáin. Cotiella, y toda la cabecera de Chisagües y
Parzán, La Munia, Barrosa. Portillón de Tella, que nos vio sudar hace dos años
en aquél matadón (perdón, maratón) del Sobrarbe. Y toda la Sierra de Revilla,
las Puntas Verdes, y las ya descritas Tres Marías, con la Suca asomándose al
collado de Añisclo; y las también mencionadas Tres Sorores, inmersas ya en un
temporal elegante. Y a nuestros pies, a nuestros pies, el impresionante tajo
natural que forman estas paredes, y que hacen que este cañón sea uno de los
lugares más agrestes y admirados del nuestras montañas.
Sierra de Revilla |
Un cuarto de
hora más de pateo por tasca y afilado lapiaz nos lleva llegar hasta la cumbre
más meridional, hasta el Sestrales Bajo (2.075 m), desde donde nos volvemos a
recrear con una de las mejores vistas de este espectacular cañón y todos sus
alrededores en varios horizontes a la redonda.
La borrasca
marcha de la mano con la mañana. Ya ha alcanzado el collado de Añisclo,
impidiéndonos el deleite sobre las Tres Sorores, y avanza para engullir a las
tres Marías. Y amenaza con engullirnos a nosotros también. De momento ya nos
muestra sus intenciones dejando caer alguna gota, que a ratos es más que
alguna. Todo esto ya de bajada, desandando el camino de la subida, excepto el
pequeño desvío para el Sestrales Alto, que nos lo evitamos.
Y seguimos y
seguimos. Estamos solos. Encontramos cabras, ovejas, vacas, caballos… es que no
es tiempo ya de estabularlos? Al llegar al cercado eléctrico nos sorprende un
joven con su perro. Van para arriba, les sigue la moza.
-
Queda mucho?, pregunta.
-
Como una hora hasta el extremo, les digo.
-
A ver si no nos llueve, dice.
-
Ya lo he probado, le digo, y bien que va a seguir,
concluyo.
Vacas bajo la atenta mirada de Castillo Mayor |
Pues eso, que
concluyo, que ya queda poco. Bajar al collado de la caseta destechada y llegar
al coche, todo ello con agua, que empieza a tomárselo en serio. Bajando por
estas verdes faldas, vemos a un par de pastores que traen arreando a una cabaña
de vacas por la pista, camino de la valla, como saliendo del parque. Lo que
pensamos es que van a echarse a la pista de bajada antes que nosotros, y a ver
cómo las pasamos. Los pastores se quedan a echar un bocado donde los coches, y
nos acercamos a echar la charrada. Son de Naval, y ahí estamos dándole un poco.
Se ofrecen a salir antes que nosotros, para sobrepasar a las vacas. Cuando lo
hacen, amablemente nos dejan paso.
Son las dos
cuando salimos de aquí, de la valla. Han sido justo tres horas de andada y
desandada, para salvar los trescientos cincuenta metros de desnivel, aunque
acumulados hemos hecho más del doble. Hemos venido buscando el reventar del
otoño, pero nuevamente nos hemos anticipado. Igual era una escusa para venir
por aquí. Insistiremos, ya lo creo que insistiremos, no se nos puede escapar.
El reportaje fotográfico, en:
qué bonito¡¡¡
ResponderEliminarYa ves, Cacatúa, y al alcance de la mano. Somos auténticamente privilegiados. Gracias.
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