jueves, 18 de octubre de 2012

Los Sestrales

AQUERAS MONTAÑAS
Los Sestrales (2.101 m y 2.075 m)
Martes, 16 de octubre de 2012



            De nuevo partimos hacia la montaña. Esta vez desde Zaragoza, para visitar el Cañón de Añisclo desde arriba, desde donde lo hacen las grandes rapaces y las grandes necrófagas, aunque no seamos ni lo uno ni lo otro, pero de todo hay que aprender.

            Están entrando ya borrascas, que han tenido la gentileza de esperarse a terminar las fiestas del Pilar, y en un día que nos guiña el ojo, aprovechamos para hacer una escapada a esta magnífica zona del Pirineo, salvada por la ampliación del Parque Nacional de Ordesa, a Ordesa y Monte Perdido en 1.982, y que lo fue de intenciones pantanistas. No obstante, hay estudios de nuevas ampliaciones, que de momento duermen el sueño de los justos en algún cajón ministerial. Me gustaría destacar el de D. Eduardo Martínez de Pisón, Catedrático de Geografía Física por la Universidad Autónoma de Madrid, Premio Nacional de Medio Ambiente, verdadera eminencia y persona de referencia en cuanto al estudio y conservación de los paisajes de alta montaña se refiere.

Castillo Mayor y Peña Montañesa
            A raíz de un informe encargado por el Organismo Autónomo Parques Nacionales de España, aconseja y argumenta detalladamente ampliar la superficie actual protegida de 15.608 Ha, a más de 60.000, lo que superaría a los 45.707 del Parque Nacional de los Pirineos (Francia). Por si a alguien le interesa, aquí está el informe
http://www.revistaeria.es/index.php/eria/article/view/828/784. No obstante, el objetivo final sería la creación de un Parque Internacional de los Pirineos, salvaguardando así la integridad de la cordillera.

            Pero mientras llega y no llega, podemos seguir disfrutando de estos bellos y únicos paisajes, tengan la figura de protección que tengan, aunque sea al filo del parque, como es este caso, y que acometemos seguidamente.

Entrada al PN de Ordesa y M Perdido
            Para subir a los Sestrales, y “disfrutar” plenamente de la ascensión, hay que cogerlos desde la ermita rupestre de San Úrbez, tomando en principio la GR 15 (Senda Pre-Pirenaica), pero como estamos un poco vagonetas últimamente, hemos optado por hacer un buen trecho en rodante, alcanzando los 1.750 metros de altitud de la Plana Canal, justo en el límite del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, y donde hay una valla que sólo puede atravesar el personal autorizado.

            Para llegar hasta aquí, hay que partir de Escalona, y meterse en el Valle de Añisclo. Al poco de entrar en él, hay un desvío a la derecha. Se llega a Puértolas y se sigue en dirección a Bestué, y antes de llegar, parte a mano derecha una pista apta para coches (mejor para todoterrenos), que a los 9 kilómetros, y por las faldas de Castillo Mayor, te deja en este espectacular punto. Estamos en la llamada Montaña de Sesa, y de seguir andando por la pista, se abordaría la zona de San Vicenda.

Subida a Sestrales
            Sólo el llegar hasta aquí ya merece la pena. Tenemos ante nuestra vista la esencia del parque, la esencia de estas montañas, el macizo de Monte Perdido, las Tres Sorores, Cilindro de Marboré (3.325 m), Monte Perdido (3.355 m), y Sum de Ramond, o Pico Añisclo (3.254 m) y la hermana menor, la Punta de las Olas (3.002 m), y separadas por ese gran tajo que es el collado de Añisclo, otras cumbres menores, que buscan la simetría sin conseguirlo, son la Suca, o Pico Inferior de Añisclo, Añisclo Chicot o Zucón (2.802 m), y las Tres Marías, con nombres propios, son las Zuca Punchuda (2.781 m), Zuna Roncha (2.757 m) y Zuca Plana (2.702 m), que por cierto, todavía nos aguardan. Y por supuesto los otros dos gigantes próximos, como el Castillo Mayor (2.018 m) y la Peña Montañesa (2.294 m), que también nos esperan. Hay tanto por vivir todavía…

Tres Sorores desde Bestué
            Dejamos el coche en solitario en este singular lugar. La mañana está fresca, las nubes bajas se le apoderan. Anuncian una vuelta de agua para a partir del jueves, pero la atmósfera ya lo va acusando. Viene el frente por el W, de hecho, el Cilindro ya está cubierto. Dejamos atrás la pista y tras perder algo de altura, la vamos ganando por una ladera herbosa que se empeña en empinarse. El camino lógico nos llevaría hasta su mayor altura, el Tozal de la Fueva (1.898 m), pero no caemos en la tentación y seguimos por la izquierda, casi por el borde, por donde enseguida encontramos hitos de piedra.

Cabaña sin techo en el collado
            Al cabo de 20 minutos llegamos a un collado que nos da vista ya a la parte rocosa del Mondotó (1.957 m), ese otro guardián de la entrada a la parte peatonal del cañón, y que se aúpa porque quiere ser un dosmil. Paciencia, amigo. En este collado nos encontramos una pequeña cabaña de piedra con el techo derrumbado. Lástima. No hay hitos que partan desde aquí, lo que nos hace vacilar un poco. Yeguas y sus potrillos retozan por aquí sin importarles lo más mínimo, no los necesitan. Y como no les podemos preguntar, aun a sabiendas de que es dirección contraria, determinamos subir al tozal para tomar perspectiva, o quizá guiados por la impaciencia de asomarnos al cañón. Y efectivamente, conseguimos las dos cosas, aunque esta última no mucho.

El poco de salir de nuevo del collado ya encontramos de nuevo hitos de piedra, que nos llevan por el mismo canto del valle de Bestué, y que nos hacen pasar por un cercado eléctrico, para proseguir el camino, que nos lleva hasta la Forqueta, una gran abertura de la roca que nos permite asomarnos a la entrada del cañón, teniendo enfrente y ganando perspectiva ya sobre el Mondotó.

Cañón de Añisclo
En poco más de media hora, y por zona mixta de tasca y lapiaz, llegamos al Sestrales Alto (2.101 m) punto más alto de todo este macizo que custodia por el E la entrada al valle y de nuestro recorrido de hoy. Desde aquí todavía es mejor la panorámica. El Mondotó ya nos deja ver por encima de él todo el Ballibió, donde distinguimos a Sercué, Nerín, Buerba y Fanlo, cabecera y municipio del valle. Y más arriba la Peña Oroel, y San Juan de la Peña. También distinguimos Guara. Todo ello por el W. Por el S, y obviando el embalse de Mediano, tenemos la Peña Montañesa, y girándonos hacia el E, el Castillo Mayor, que nos ofrece su ladera más amable, siendo un verdadero monumento calizo la otra vertiente, la que da entrada a las gargantas de Escuáin. Cotiella, y toda la cabecera de Chisagües y Parzán, La Munia, Barrosa. Portillón de Tella, que nos vio sudar hace dos años en aquél matadón (perdón, maratón) del Sobrarbe. Y toda la Sierra de Revilla, las Puntas Verdes, y las ya descritas Tres Marías, con la Suca asomándose al collado de Añisclo; y las también mencionadas Tres Sorores, inmersas ya en un temporal elegante. Y a nuestros pies, a nuestros pies, el impresionante tajo natural que forman estas paredes, y que hacen que este cañón sea uno de los lugares más agrestes y admirados del nuestras montañas.

Sierra de Revilla
Un cuarto de hora más de pateo por tasca y afilado lapiaz nos lleva llegar hasta la cumbre más meridional, hasta el Sestrales Bajo (2.075 m), desde donde nos volvemos a recrear con una de las mejores vistas de este espectacular cañón y todos sus alrededores en varios horizontes a la redonda.

La borrasca marcha de la mano con la mañana. Ya ha alcanzado el collado de Añisclo, impidiéndonos el deleite sobre las Tres Sorores, y avanza para engullir a las tres Marías. Y amenaza con engullirnos a nosotros también. De momento ya nos muestra sus intenciones dejando caer alguna gota, que a ratos es más que alguna. Todo esto ya de bajada, desandando el camino de la subida, excepto el pequeño desvío para el Sestrales Alto, que nos lo evitamos.

Y seguimos y seguimos. Estamos solos. Encontramos cabras, ovejas, vacas, caballos… es que no es tiempo ya de estabularlos? Al llegar al cercado eléctrico nos sorprende un joven con su perro. Van para arriba, les sigue la moza.

-          Queda mucho?, pregunta.
-          Como una hora hasta el extremo, les digo.
-          A ver si no nos llueve, dice.
-          Ya lo he probado, le digo, y bien que va a seguir, concluyo.

Vacas bajo la atenta mirada de Castillo Mayor
Pues eso, que concluyo, que ya queda poco. Bajar al collado de la caseta destechada y llegar al coche, todo ello con agua, que empieza a tomárselo en serio. Bajando por estas verdes faldas, vemos a un par de pastores que traen arreando a una cabaña de vacas por la pista, camino de la valla, como saliendo del parque. Lo que pensamos es que van a echarse a la pista de bajada antes que nosotros, y a ver cómo las pasamos. Los pastores se quedan a echar un bocado donde los coches, y nos acercamos a echar la charrada. Son de Naval, y ahí estamos dándole un poco. Se ofrecen a salir antes que nosotros, para sobrepasar a las vacas. Cuando lo hacen, amablemente nos dejan paso.

Son las dos cuando salimos de aquí, de la valla. Han sido justo tres horas de andada y desandada, para salvar los trescientos cincuenta metros de desnivel, aunque acumulados hemos hecho más del doble. Hemos venido buscando el reventar del otoño, pero nuevamente nos hemos anticipado. Igual era una escusa para venir por aquí. Insistiremos, ya lo creo que insistiremos, no se nos puede escapar.


El reportaje fotográfico, en:

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Ya ves, Cacatúa, y al alcance de la mano. Somos auténticamente privilegiados. Gracias.

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