Gabietos por la arista SW
Occidental (3.036 m),
Oriental (3.034 m)
y Pico Blanco (2.919 m)
Sábado, 11 de agosto de 2012
El ensordecedor ruido de
la vieja avioneta no impide contemplar a vista de pájaro este enorme macizo,
con sus profundos cañones, Ordesa, Añisclo, Escuáin, lástima que sea en blanco
y negro, aún no se ha inventado el color… ¿Estaremos para verlo? Atención!!!
aterrizaje de emergencia, suena el despertador.
Tres y media. Hay
madrugadas y madrugadas. Esto es otra cosa. Con los guías, ya se sabe, cuanto
antes vayas, antes volverás, y… menos mal, porque dieciséis horas de puerta a
puerta… Estamos Javier (il capo), Josemari y Rafa, que salimos desde Jaca, a
las cuatro. Se incorpora Miguel en Biescas, y Joserra en Torla. El haber
planificado la vuelta por Carriata, y el estar restringida la circulación para
vehículos en Ordesa, hace necesario que dejemos un coche en el aparcamiento de
Torla, y subir con otros dos a Bujaruelo, nuestro punto de partida. Por el
camino, la menguante luna, que poco ha recorrido todavía desde el horizonte,
nos desvela que va a ser un grande y bello día de montaña, pero que no nos va a
ver llegar. De ahí lo de grande.
Estamos en el último día
de una feroz ola de calor. Estamos en otra salida al monte, de este nuestro
Club Mayencos, tutelada por Aragón Aventura. Y estamos también en un cambio de
programa, porque los Gabietos, no sé… es algo que a muchos nos apetecía.
También a Javier. Pues ahí vamos.
Subiendo por Sandaruelo |
Bujaruelo duerme, claro,
cinco y media de la mañana. Con la noche como aliada nos dirigimos hacia la
entrada a Sandaruelo, por un bosque en letargo, a la espera del día, que le
haga cambiar su ciclo vital. La primera hora alumbrados por los candiles.
Luego, el alba va haciendo desperezarse, poniendo luz donde no la había, a esa
sierra próxima de Tendeñera, que va afilando sus agujas diciéndonos que están
ahí, desde hace miles de años. Sí. Están ahí.
Con estas reflexiones
hacemos la primera parada para echar un bocado. Va a ser un día largo y no hay
que descuidar la ingesta, y la bebida, sobretodo la bebida.
Consultando mapas en el Puerto |
Gabietos, Escuzaneta,
Mondarruego, caen a pico hacia el oeste, son los paredones que tenemos a
nuestra derecha, y que tras un largo tramo de pedrera tienen compasión del
caminante y ofrecen el pastizal a sus pies, a nuestros pies. La senda deja el
lecho del barranco para tomar altura, y poco a poco nos vamos aproximando al
Puerto de Bujaruelo (2.273 m), al que no llegamos por poco, pues hay que
encaramarse ya, en dirección opuesta a la traída hasta ahora, a las zapatas de
este macizo, cuyas cimas vamos a visitar. Lugares muy poco transitados, que
obligan a estar permanentemente pendientes de mapas y brújulas.
Pared oeste de Gabieto |
Contrafuertes de Gabieto,
que en su cara oeste, en invierno, ofrecen corredores de hielo que atraen a los
escaladores en esta disciplina. Un camino que sale a nuestra izquierda, y que
no tomamos, debe de ir hacia ellos. Otra breve parada para que nuestra caldera
gástrica siga teniendo combustible, y que haga buenas migas con el comburente
que el respiratorio aporte sin cesar.
Seguimos la marcha.
Seguimos por pedrera, aunque la senda se suaviza, hasta entrar a un circo que
se nos presenta hacia el este, y que nos subirá hasta la Forqueta del Gabieto
(2.520 m), que nos da vista hacia Bujaruelo, a donde llegamos después de tres
horas ya de marcha. De nuevo, consulta de mapas, para continuar por nuestra
izquierda, por pasos delicados y pegados a la roca, hasta llegar al comienzo de
una canal bicolor. Austera, preciosa. Sobria, preciosa. Solitaria, preciosa. El
lado izquierdo del barranco (derecho de la visual), aporta el blanco de las
calizas; y el derecho (izquierda de la visual), el royo de las areniscas.
Canal que nos lleva a la Forca |
Hasta ahora, sólo un
numeroso grupo ha compartido camino hasta aquí. No se meten en la canal, y
siguen por la derecha, quizás al Mondarruego. Por delante, casi ya a mitad de
canal, dos personas, a las que damos alcance ya en la Forca del Gabieto, donde
la palabra enmudece y el sentimiento se atropella, donde el alma se expande y
el cuerpo se petrifica con el entorno, en perfecta simbiosis, para tratar de
comprender esta inmensa grandeza, para tratar de comprender qué es lo que pasa
por la cabeza de tan magno paisaje, de tan bello entorno, con sus altas cumbres
y sus hondos valles, con sus luces y sus sombras; para tratar de comprender, en
definitiva, cuál es nuestro papel en todo esto.
Avanzando en la arista |
Se impone otra parada
para repostar, porque a partir de aquí empieza lo bueno. Hasta ahora, a dos
patas, pero en adelante ya será a cuatro en alguno de los pasos de esta cresta
sudoeste de los Gabietos, que nos va a llevar hasta sus máximas alturas, la
Occidental primero, o Gabieto Sur (3.036 m), y la Oriental después, o Gabieto
Norte (3.034 m). Así es que a enfundar los bastones y al turrón. Enormes
tumultos de escarpada roca, con delicados pasos y chimeneas que nos ofrecen
presas donde se necesitan, todo ello a caballo entre la vertiente de Sandaruelo
al oeste, y la de Carriata al este, dominada esta última por el Taillon (3.144
m), más despejado que cuando lo visitamos hace una semana, aún lo recuerda. Al
sur de éste, a sus pies, la arenisca da paso de nuevo a la clara caliza, es por
eso que le llaman Blanco, al collado y al pico que se aúpa, y que entra en el
objetivo nuestro de hoy. Veremos.
Imponente Taillon |
Hora y media cresteando.
Hora y media palpando, saboreando, viendo, oliendo, de cerca esta magnífica
cresta. Hora y media a caballo entre dos mundos, para alcanzar las cimas de los
Gabietos, donde hacemos sendas paradas para seguir empapándonos de tanta y
tanta belleza a nuestros pies. Un tresmil es un tresmil. Y esto son dos, pero son
más que el doble.
Camino al Pico Blanco |
Mediodía de reloj.
Abandonamos la oriental para bajar, dando vista ya a Carriata, dando vista ya a
Ordesa. Enfrente de nosotros, el mundo Marboré, el mundo Treserols. Nos
dirigimos hacia el Collado Blanco, que nos va a dar acceso al Pico Blanco
(2.919 m). En el primero, estamos en poco más de media hora, y tras otro breve
bocado, por terreno muy descompuesto, alcanzamos la cumbre de esta singular
montaña, que ve circular a mucho personal a media distancia, pero a pocos que
se le acerquen a rendir culto. Hoy estás acompañada, hoy estamos aquí, y desde
luego, tu respuesta es magnífica, la panorámica que nos presentas es para
contarla y que se animen más a visitarte. Gabietos, Taillon, Dedo, Falsa
Brecha, Bazillac, Brecha, Casco, Torre, Picos de Marboré, Perdido, Soum de
Ramond, Punta de las Olas, Tres Marías, Gruta de Casteret, Góriz, Llanos de Millaris,
Paredes de Cotatuero, a pico, Circo de Carriata, también, Escuzana,
Mondarruego, y tantos y tantos más a nuestro alrededor. En lontananza más y
más, que reconocemos y que no, debido a la calima que persiste.
Espectacular vista desde Pico Blanco |
Un gran baño de
emociones, que como todo, debe terminar. De nuevo al collado, y con pocas
ganas, eso sí, de comenzar el descenso, que va a ser de en torno a mil
seiscientos metros, sí, te lo pongo de otra manera, para que no haya dudas,
1.600 metros de desnivel, que nos separan de la Pradera de Ordesa. Terreno
cárstico, que esconde traicioneras dolinas en invierno, pero que ahora se
quedan al descubierto, como casi todo en verano. Nueva parada y repostaje de
agua. Importante.
Torre de Lassus |
El Barranco Blanco, hoy
seco, alimenta una zona inundable, los llamados Llanos de Salarons, en cuyo
desagüe se encuentra un hito súper gigante, como de dos metros de altura,
llamado Torre de Lassus (2.370 m), un noble francés que la mandó construir para
delimitar sus territorios. Los actuales tiempos son los que son, pero afortunadamente,
aquellos ya pasaron. Una pequeña pared rocosa, nada complicada de destrepar,
nos deja en otro de los muchos parajes del Pirineo, llamado de Aguas Tuertas,
donde damos vista a varios ejemplares de sarrio, y muy de cerca, por cierto.
Estamos muy próximos al comienzo (o final, según se mire) de la Faja de las
Flores, y para celebrarlo paramos de nuevo a echar otro bocado, creo que el
último.
Bajando las clavijas de Carriata |
Nos adentramos ya en el
descenso por el Circo de Carriata, y hay que elegir entre hacerlo por la Fajeta
o por las Clavijas. Si no lo habéis hecho nunca por estas últimas, no se os
ocurra decirlo, porque será por donde bajaréis. Eso hacemos, por bocazas. Se
trata de dos tramos, cortos, pero verticales, en los que los paticortos bajamos
más apurados. Y en uno de los barrancos que baja, casi seco, por cierto,
volvemos a llenar las cantimploras gracias a una pequeña surgencia de agua
junto a él. Nos queda ya poco para entrar en el bosque, que nos cuesta como
hora y media recorrerlo, y un cuarto de hora más desde Casa Oliván, que te deja
la senda, hasta la Pradera de Ordesa, a donde llegamos a las cinco de la tarde,
y como es buena hora para celebrarlo, pues eso, que lo hacemos con unos pedazos
de jarras de cerveza que colaboran en la hidratación y dan un buen gustazo a
los maltrechos cuerpos.
Porque tú lo vales |
Poco más. Autobús hasta
Torla, y transfer de coches de Bujaruelo. Una jornada en la que hemos
descubierto aspectos menos vistos de las montañas, hemos visitado el extremo
más occidental del, podríamos llamar, cordal bilingüe del Marboré. La dureza no
la han puesto los kilómetros, tan sólo algo más de 20, la ha puesto la duración
de la actividad, once horas y media, y el desnivel acumulado, que calculo entre
3.500 y 4.000 metros.
Desde luego, un día para no habérselo perdido. Como
siempre, gracias a todos y a todo.
En la cumbre del Gabieto Occidental (foto de Josemari) |
En la cumbre del Gabieto Oriental |
En la cumbre del Pico Blanco (foto de Josemari) |
El reportaje completo de fotos, en:
Que bien se te ve. Estas en forma.
ResponderEliminarGracias, Anónimo, gracias.
EliminarMe gustaría el publicar en facebook una de las fotos de la Brecha. Hermosísima por cierto. Creo que eres Chema Tapia.
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