miércoles, 15 de agosto de 2012

Los Gabietos olvidados

AQUERAS MONTAÑAS
Gabietos por la arista SW
Occidental (3.036 m),
Oriental (3.034 m)
y Pico Blanco (2.919 m)
Sábado, 11 de agosto de 2012



El ensordecedor ruido de la vieja avioneta no impide contemplar a vista de pájaro este enorme macizo, con sus profundos cañones, Ordesa, Añisclo, Escuáin, lástima que sea en blanco y negro, aún no se ha inventado el color… ¿Estaremos para verlo? Atención!!! aterrizaje de emergencia, suena el despertador.

Tres y media. Hay madrugadas y madrugadas. Esto es otra cosa. Con los guías, ya se sabe, cuanto antes vayas, antes volverás, y… menos mal, porque dieciséis horas de puerta a puerta… Estamos Javier (il capo), Josemari y Rafa, que salimos desde Jaca, a las cuatro. Se incorpora Miguel en Biescas, y Joserra en Torla. El haber planificado la vuelta por Carriata, y el estar restringida la circulación para vehículos en Ordesa, hace necesario que dejemos un coche en el aparcamiento de Torla, y subir con otros dos a Bujaruelo, nuestro punto de partida. Por el camino, la menguante luna, que poco ha recorrido todavía desde el horizonte, nos desvela que va a ser un grande y bello día de montaña, pero que no nos va a ver llegar. De ahí lo de grande.

Estamos en el último día de una feroz ola de calor. Estamos en otra salida al monte, de este nuestro Club Mayencos, tutelada por Aragón Aventura. Y estamos también en un cambio de programa, porque los Gabietos, no sé… es algo que a muchos nos apetecía. También a Javier. Pues ahí vamos.

Subiendo por Sandaruelo
Bujaruelo duerme, claro, cinco y media de la mañana. Con la noche como aliada nos dirigimos hacia la entrada a Sandaruelo, por un bosque en letargo, a la espera del día, que le haga cambiar su ciclo vital. La primera hora alumbrados por los candiles. Luego, el alba va haciendo desperezarse, poniendo luz donde no la había, a esa sierra próxima de Tendeñera, que va afilando sus agujas diciéndonos que están ahí, desde hace miles de años. Sí. Están ahí.

Con estas reflexiones hacemos la primera parada para echar un bocado. Va a ser un día largo y no hay que descuidar la ingesta, y la bebida, sobretodo la bebida.

Consultando mapas en el Puerto
Gabietos, Escuzaneta, Mondarruego, caen a pico hacia el oeste, son los paredones que tenemos a nuestra derecha, y que tras un largo tramo de pedrera tienen compasión del caminante y ofrecen el pastizal a sus pies, a nuestros pies. La senda deja el lecho del barranco para tomar altura, y poco a poco nos vamos aproximando al Puerto de Bujaruelo (2.273 m), al que no llegamos por poco, pues hay que encaramarse ya, en dirección opuesta a la traída hasta ahora, a las zapatas de este macizo, cuyas cimas vamos a visitar. Lugares muy poco transitados, que obligan a estar permanentemente pendientes de mapas y brújulas.

Pared oeste de Gabieto
Contrafuertes de Gabieto, que en su cara oeste, en invierno, ofrecen corredores de hielo que atraen a los escaladores en esta disciplina. Un camino que sale a nuestra izquierda, y que no tomamos, debe de ir hacia ellos. Otra breve parada para que nuestra caldera gástrica siga teniendo combustible, y que haga buenas migas con el comburente que el respiratorio aporte sin cesar.

Seguimos la marcha. Seguimos por pedrera, aunque la senda se suaviza, hasta entrar a un circo que se nos presenta hacia el este, y que nos subirá hasta la Forqueta del Gabieto (2.520 m), que nos da vista hacia Bujaruelo, a donde llegamos después de tres horas ya de marcha. De nuevo, consulta de mapas, para continuar por nuestra izquierda, por pasos delicados y pegados a la roca, hasta llegar al comienzo de una canal bicolor. Austera, preciosa. Sobria, preciosa. Solitaria, preciosa. El lado izquierdo del barranco (derecho de la visual), aporta el blanco de las calizas; y el derecho (izquierda de la visual), el royo de las areniscas.

Canal que nos lleva a la Forca
Hasta ahora, sólo un numeroso grupo ha compartido camino hasta aquí. No se meten en la canal, y siguen por la derecha, quizás al Mondarruego. Por delante, casi ya a mitad de canal, dos personas, a las que damos alcance ya en la Forca del Gabieto, donde la palabra enmudece y el sentimiento se atropella, donde el alma se expande y el cuerpo se petrifica con el entorno, en perfecta simbiosis, para tratar de comprender esta inmensa grandeza, para tratar de comprender qué es lo que pasa por la cabeza de tan magno paisaje, de tan bello entorno, con sus altas cumbres y sus hondos valles, con sus luces y sus sombras; para tratar de comprender, en definitiva, cuál es nuestro papel en todo esto.

Avanzando en la arista
Se impone otra parada para repostar, porque a partir de aquí empieza lo bueno. Hasta ahora, a dos patas, pero en adelante ya será a cuatro en alguno de los pasos de esta cresta sudoeste de los Gabietos, que nos va a llevar hasta sus máximas alturas, la Occidental primero, o Gabieto Sur (3.036 m), y la Oriental después, o Gabieto Norte (3.034 m). Así es que a enfundar los bastones y al turrón. Enormes tumultos de escarpada roca, con delicados pasos y chimeneas que nos ofrecen presas donde se necesitan, todo ello a caballo entre la vertiente de Sandaruelo al oeste, y la de Carriata al este, dominada esta última por el Taillon (3.144 m), más despejado que cuando lo visitamos hace una semana, aún lo recuerda. Al sur de éste, a sus pies, la arenisca da paso de nuevo a la clara caliza, es por eso que le llaman Blanco, al collado y al pico que se aúpa, y que entra en el objetivo nuestro de hoy. Veremos.

Imponente Taillon
Hora y media cresteando. Hora y media palpando, saboreando, viendo, oliendo, de cerca esta magnífica cresta. Hora y media a caballo entre dos mundos, para alcanzar las cimas de los Gabietos, donde hacemos sendas paradas para seguir empapándonos de tanta y tanta belleza a nuestros pies. Un tresmil es un tresmil. Y esto son dos, pero son más que el doble.

Camino al Pico Blanco
Mediodía de reloj. Abandonamos la oriental para bajar, dando vista ya a Carriata, dando vista ya a Ordesa. Enfrente de nosotros, el mundo Marboré, el mundo Treserols. Nos dirigimos hacia el Collado Blanco, que nos va a dar acceso al Pico Blanco (2.919 m). En el primero, estamos en poco más de media hora, y tras otro breve bocado, por terreno muy descompuesto, alcanzamos la cumbre de esta singular montaña, que ve circular a mucho personal a media distancia, pero a pocos que se le acerquen a rendir culto. Hoy estás acompañada, hoy estamos aquí, y desde luego, tu respuesta es magnífica, la panorámica que nos presentas es para contarla y que se animen más a visitarte. Gabietos, Taillon, Dedo, Falsa Brecha, Bazillac, Brecha, Casco, Torre, Picos de Marboré, Perdido, Soum de Ramond, Punta de las Olas, Tres Marías, Gruta de Casteret, Góriz, Llanos de Millaris, Paredes de Cotatuero, a pico, Circo de Carriata, también, Escuzana, Mondarruego, y tantos y tantos más a nuestro alrededor. En lontananza más y más, que reconocemos y que no, debido a la calima que persiste.

Espectacular vista desde Pico Blanco
Un gran baño de emociones, que como todo, debe terminar. De nuevo al collado, y con pocas ganas, eso sí, de comenzar el descenso, que va a ser de en torno a mil seiscientos metros, sí, te lo pongo de otra manera, para que no haya dudas, 1.600 metros de desnivel, que nos separan de la Pradera de Ordesa. Terreno cárstico, que esconde traicioneras dolinas en invierno, pero que ahora se quedan al descubierto, como casi todo en verano. Nueva parada y repostaje de agua. Importante.

Torre de Lassus
El Barranco Blanco, hoy seco, alimenta una zona inundable, los llamados Llanos de Salarons, en cuyo desagüe se encuentra un hito súper gigante, como de dos metros de altura, llamado Torre de Lassus (2.370 m), un noble francés que la mandó construir para delimitar sus territorios. Los actuales tiempos son los que son, pero afortunadamente, aquellos ya pasaron. Una pequeña pared rocosa, nada complicada de destrepar, nos deja en otro de los muchos parajes del Pirineo, llamado de Aguas Tuertas, donde damos vista a varios ejemplares de sarrio, y muy de cerca, por cierto. Estamos muy próximos al comienzo (o final, según se mire) de la Faja de las Flores, y para celebrarlo paramos de nuevo a echar otro bocado, creo que el último.

Bajando las clavijas de Carriata
Nos adentramos ya en el descenso por el Circo de Carriata, y hay que elegir entre hacerlo por la Fajeta o por las Clavijas. Si no lo habéis hecho nunca por estas últimas, no se os ocurra decirlo, porque será por donde bajaréis. Eso hacemos, por bocazas. Se trata de dos tramos, cortos, pero verticales, en los que los paticortos bajamos más apurados. Y en uno de los barrancos que baja, casi seco, por cierto, volvemos a llenar las cantimploras gracias a una pequeña surgencia de agua junto a él. Nos queda ya poco para entrar en el bosque, que nos cuesta como hora y media recorrerlo, y un cuarto de hora más desde Casa Oliván, que te deja la senda, hasta la Pradera de Ordesa, a donde llegamos a las cinco de la tarde, y como es buena hora para celebrarlo, pues eso, que lo hacemos con unos pedazos de jarras de cerveza que colaboran en la hidratación y dan un buen gustazo a los maltrechos cuerpos.

Porque tú lo vales


Poco más. Autobús hasta Torla, y transfer de coches de Bujaruelo. Una jornada en la que hemos descubierto aspectos menos vistos de las montañas, hemos visitado el extremo más occidental del, podríamos llamar, cordal bilingüe del Marboré. La dureza no la han puesto los kilómetros, tan sólo algo más de 20, la ha puesto la duración de la actividad, once horas y media, y el desnivel acumulado, que calculo entre 3.500 y 4.000 metros. 

Desde luego, un día para no habérselo perdido. Como siempre, gracias a todos y a todo.

En la cumbre del Gabieto Occidental (foto de Josemari)
En la cumbre del Gabieto Oriental
















En la cumbre del Pico Blanco (foto de Josemari)

El reportaje completo de fotos, en:

3 comentarios:

  1. Que bien se te ve. Estas en forma.

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  2. Me gustaría el publicar en facebook una de las fotos de la Brecha. Hermosísima por cierto. Creo que eres Chema Tapia.

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