viernes, 7 de octubre de 2022

Vía ferrata Sorrosal, el camino vertical junto al agua

 


VÍAS FERRATAS
El Sorrosal (K3)
Jueves, 6 de octubre de 2022

            Martin Luther King Jr. es por todos conocido y no necesita presentación. En una de sus muchas arengas para despertar conciencias y para activar los derechos civiles decía aquello de que “si no puedes volar, corre, si no puedes correr, camina, si no puedes caminar, arrástrate, pero hagas lo que hagas, muévete hacia adelante”. 



            Y es de esta idea de la que nos acordamos cuando en lugar de escalar una pared, nos servimos de los artilugios que instalan para superarla. Son caminos verticales que se dan a conocer con el nombre de “vía ferrata” y, aunque sus orígenes se remontan a mediados del siglo XIX, su expansión venía con fines militares en la Primera Guerra Mundial en el entorno de los Dolomitas, popularizándose en España a partir de finales de este siglo pasado. Por medio de clavijas, grapas, escalas, incluso escaleras o nada de todo eso si la propia pared tiene las presas suficientes, se va progresando siempre unido a una sirga a través del disipador que lo hace, a su vez, del arnés, a lo que habría que añadir el casco y un cabo de anclaje, como material imprescindible. Sin olvidar el conocer la dificultad de la vía en la que nos metemos, que puede ir desde K1 la más sencilla, hasta K6.


            Bueno, pues una vez equipados y sabiendo dónde nos metemos, allá que vamos. Y lo hacemos a la siempre agradecida ferrata del Sorrosal, en Broto (K3), que ya hemos visitado en varias ocasiones. Justo en el arranque de la carretera local que va a Oto, sale a mano derecha un camino que, en cinco minutos, y acompañando al río, nos lleva hasta el lugar de donde se cruza, justo a los pies de la enorme cascada, que se abre paso en un espectacular entorno de estratos y plegamientos. Una vez cruzado el río, tenemos ya lo primero a superar, una pequeña pared vertical con grapas. Luego un tramo de escalera para continuar por la pared sin dejar la verticalidad.


            Una travesía horizontal nos lleva a una amplia plataforma en la que poder relajarnos antes de emprenderla con esa otra escalera, de largo tamaño, que nos deja en esa boca túnel que te engulle y te transporta a otro lugar. Te saca del gran espacio para incorporarte a las mismas tripas del barranco, de un barranco estrecho, alegre, jugoso, que a través de la sola ayuda de tres sirgas cambiamos de margen, para continuar arrastrándonos verticalmente y desafiando la ley de la gravedad, en contra de la marcha del agua, hasta salir a un espacio distinto, sorprendente, en el que por un momento, breve momento, las aguas se calman para coger más fuerza en sus prisas por llegar a fundirse con el Ara que trae sus esencias del mismísimo corazón del Pirineo.





            Tres han sido los escenarios recorridos hasta el momento, la verticalidad hasta entrar en la pequeña cueva, el tránsito por el barranco tras salir de ella, y la apacible y relajante estancia junto a esa agua que está a punto de despeñarse, y con la que compartimos unos momentos para dejarnos impregnar también de sus esencias que, en este caso, vienen de la sierra de Tendeñera. Tras esos momentos damos comienzo a la segunda parte de la ferrata, que no es tan vistosa, pero no deja de ser disfrutona. Una gruesa maroma nos invita a adentrarnos en un corto tramo de bojes, al cabo del cual de nuevo la verticalidad, en varios tramos.






            El salir al sendero, en el comienzo del bosque, se podría interpretar como que se ha terminado, pero no, porque al poco continúa. Un breve paso por bosque mixto media para salir a unas amables fajas que horizontalmente vamos recorriendo y superando sin perder de vista el inmenso patio que tenemos. Al ir apartándonos de la impresionante cascada, vamos tomando perspectiva sobre la misma y sobre el itinerario que hemos ido siguiendo para ganárnosla. Y bien, la llegada de nuevo al bosque marca el final de la ferrata, un bosque por el que recorremos un tramo llano, hasta tomar ya definitivamente el sendero de bajada hasta el pueblo, que llega a un lugar muy próximo al punto de partida tras dos horas justas, en las que hemos disfrutado de su recorrido y de los parajes por los que nos lleva. 

Material para ferratas:

-       Casco

-       Arnés

-       Disipador

-       Cabo de anclaje

-       Dos mosquetones de seguridad

 

Web:

Montaña Segura 

Deandar

Hijo de la Tierra 



Las fotos


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