Tossal dels Tres Reis (1.351 m)
La Caixa y Perigañol (1.033 m)
Sábado, 18 de febrero de 2017
Cambiamos de aires, y nos vamos a
una de las extremaduras de Aragón, al Bajo Aragón Histórico, concretamente a
tierras de Beceite, situado bajo sus puertos, de cuya frescura se beneficia, de
ahí su íntima relación con el agua. El Abuzeit árabe, tierra de olivos, que
seguro que alguno queda de aquel califato de Córdoba del que formó parte. Una
tierra regada por un joven Matarraña, que no quiere intermediarios, que dice
que desde El Parrizal se atreve con todo hasta el mismísimo padre Ebro, al que
le entra, naturalmente, por su derecha, haciendo sus filigranas en la muga
entre Zaragoza y Tarragona, en la cola del embalse de Ribarroja, embalses que
apenas sufre a lo largo de sus casi cien kilómetros, presumiendo por ello de una
buena conservación. Y a esas tierras nos vamos, previsto inicialmente con
Javier, y los autóctonos Miguel y Luis, grupo enriquecido, y bien sin ninguna
duda, por Juan, Rafa, Marta y Alberto. Vamos, pues.
Nueva señalización del STA |
Tossal dels Tres Reis. Sin más preámbulos, nosotros a lo nuestro,
que son las montañas, y por aquí, desde luego, no van faltos. Salimos de
Beceite, por el camino de Peñarroya, junto al barranco de las Oliveras, antiguo
itinerario del GR 8, dando alcance al Embalse de Pena, que dejamos atrás para
continuar y dar con ese nuevo trazado convertido a Sendero Turístico de Aragón.
Un giro de 90º a la izquierda nos mete ya en el PR TE-155, que con indicaciones
de la ermita de San Miguel de Espinalva, nos permite ir motorizados hasta dar
con una sirga en el camino, que han sido casi 9 km.
Progresando por el bosque |
Desde aquí, abrazados ya al
barranco de Pena, con pocas alegrías él, lo que nos permite cruzarlo en varias
ocasiones sin problemas. A los diez minutos nos metemos por un sendero, que
hace las delicias del caminante. Un sendero que va coqueteando con el ancho camino
que nos sube a la ermita de San Miguel, con su complejo de casas en ruinas,
como ella. Sin ningún valor arquitectónico aparente, está situada en un alto, con un
perfecto dominio visual sobre una gran extensión de terreno, incluso del Pirineo,
aunque hoy no se deje. Rodeada de buenos bancales, que duermen el sueño de los
justos, destila sensaciones con un cierto aire añejo de vidas duras, que lo
fueron, hasta que se hicieron imposibles. Reflexiones echando un bocado al sol.
Entrada a la ermita |
Dejamos atrás este enclave para
seguir nuestro camino. Un camino que viene ya estando plagado con diversos encuentros
con otro de los colectivos que gustan de los montes, de los montes que ven con caza, y
con los que siempre estamos en inferioridad de condiciones. Desde luego, tienen
sus razones… colgadas al hombro. Incluso podemos hablar de otro colectivo que
nos encontramos, ese que tiene las suyas en forma de gruesas y agresivas
ruedas, dos en la mayoría de casos, pero alguno con cuatro, siempre acompañadas
de gran estruendo y gran erosión en el terreno, a cuya grupa van irreconocibles
jinetes.
Tossal d'Encanadé y Hereu |
Una hora más y alcanzamos ese
tozal, ese Tozal de los Tres Reyes, o Tossal dels Tres Reis, que llaman por
aquí, donde confluyen las provincias de Teruel, Castellón y Tarragona, como manifiestan
varios indicadores, y desde donde se tiene una más que amplia panorámica sobre
lo más cercano de todas ellas, extendiéndose la vista hasta el infinito. Los Puertos
de Beceite es lo más próximo que tenemos. Algo más lejano, La Caixa, con el
Perigañol, nuestro próximo objetivo, y para alcanzarlo tenemos que ir bajando
de aquí. Un descenso que hubiéramos hecho por un sendero cruzando las dos
provincias cercanas, pero eso suponía meternos en unos tajos en los que nos
podríamos ver sorprendidos por fuego cruzado.
Abrigos de piedra seca |
Desandamos, pues, todo lo andado.
Llegamos a San Miguel, y debajo de él hay un desvío para bajar al barranco del
Pena, que tampoco tomamos por la misma razón. De modo que problema resuelto, a
volver por donde hemos venido, por un entorno abrupto, en el que la vegetación
va colonizando lo que el hombre ha ido deshumanizando, esos iconos de la vida
pastoril de antaño, las mas, masías, masadas, masicos… que de varias formas
llaman.
De regreso a los vehículos,
contabilizamos 20,6 km de recorrido, hecho en 5h 5’ de tiempo total, del que 4h
25’ han sido en movimiento, para salvar más de 1.100 metros acumulados de D+ y
D-, en una ruta exigente, pero por lugares de extraordinaria belleza.
La Caixa y el Perigañol |
Perigañol. El embalse de la Pena apacigua las aguas del río del
mismo nombre, y que recibe un polémico trasvase del Matarraña, que en ocasiones
le deja un escaso caudal a su paso por Beceite. Regresando de la ruta anterior,
y a unos 4 km antes de llegar al pueblo, paramos en un merendero que da vista a
esta cuenca y a la montaña que la domina, La Caixa, o Arca, que también la
llaman, una formación geológica que destaca por los cuatro costados, una enorme
roca que alberga un amplio altiplano. Para ello, volvemos como algo más de un
kilómetro dirección a Beceite, para dejar los vehículos y tomar el PR TE-152,
que jalonado en los primeros compases por campos de olivos y almendros,
comienza ya a subir despiadadamente por empinado sendero, con tramos de piedra
suelta.
Pared norte, muy cercano a la chimenea de subida |
En poco más de media hora se
alcanza el cruce, al que tenemos que regresar para subir al Perigañol. Pero de
momento nos centramos en la ascensión a este fenómeno de la naturaleza, que
desafiante nos mira de reojo conforme vamos subiendo. La cota mil coquetea con
la muga entre los términos de Beceite y Valderrobres, por la que tenemos que ir
discurriendo en ligero descenso, para recuperarlo al llegar al extremo NW de este macizo, por cuya cara norte te lleva el sendero, hasta alcanzar el otro
extremo, el NE, donde nos encontramos la única debilidad que pone de
manifiesto. Una cadena, que ha sustituido no hace mucho a una vieja cuerda con
nudos, está presta para ayudar a subir, pero sobre todo, a bajar.
Chimenea de ascenso |
Entre una cosa y otra,
disfrutamos de un singular paseo por su planicie, adornada por unos racimos de carrascas
que rompen con la monotonía mineral. Una planicie que invita a recorrerla, a acariciarla, a dejarse imbuir por todo lo que nos ofrece, que no es poco. El embalse a
nuestros pies, y unas vistas extraordinarias sobre unas tierras que a lo largo de siglos y siglos, han vivido cien
batallas, porque muchas idas y venidas han soportado de gentes que las querían
para sí, y no nos extraña nada, por algo sería.
Planicie cimera |
De nuevo al tajo, para bajar,
ahora sí, usando la cadena. Y vuelta sobre nuestros pasos hasta ese cruce antes
mencionado, para tomar el ramal que en menos de 50 metros de desnivel nos sube
ya de tiro al Perigañol, habitado por una caseta de vigilancia de montes, un
vértice geodésico y un abrigo de piedras con mucha mili. Foto y seguimos, pero
ahora por nuevo trazado, tratando de llegar a la cresta que forman unos enormes
acantilados que mantienen un vertical equilibrio sobre el vacío, ocupado por una
buena cabaña de buitres que se solazan con las térmicas de una más que
agradable tarde de esta cuña primaveral. Este sendero, no muy evidente en algún
tramo, nos lleva hasta un repetidor de TV, al que llega un ancho camino de
cemento que nos baja ya al pueblo, disfrutando a su llegada del tránsito de un
Matarraña que no quiere marchar de aquí sin dejar algo de su espectacular
recorrido comenzado en el Parrizal.
De esta forma culminamos la
excursión vespertina de hoy, habiendo recorrido 7,7 km, en 2h 35’ de tiempo
total, del que 2h 15’ han sido en movimiento, para salvar un desnivel acumulado
de 615 D+ y 715 D-.
Junto con los de la mañana, han
salido 28,3 km, con 7h 40’ de tiempo total, del que 6h 40’ han sido en
movimiento, con un desnivel acumulado de 1.745 D+ y 1.855 D-, con una magnífica
compañía, y por unos parajes para repetir.
El track, del Tossal dels Tres Reis: https://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16503272
El track de La Caixa y Perigañol: https://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16503306
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