IXOS MONS
Morrón de Viñas (1.038 m)
Morrón de Tolocha (790 m)
Ginebrosa (890 m)
Domingo, 19 de febrero de 2017
Seguimos por el Bajo Aragón, en
este caso por el reducido territorio en el que se ha quedado tras la división comarcal.
Más concretamente por la zona de Berge para el primero, con Javier, Miguel,
Luis, Alberto y Víctor; Foz Calanda para el segundo, con Javier y Alberto; y
Calanda para el tercero, con Miguel. Tierras de tesoros escondidos, donde el
rugir es el protagonista, rugen los motores de Alcañiz, rugen los tambores de
La Ruta del Tambor y del Bombo, en silencio rugen también las grandes
extensiones de cereal, olivar y almendro, de monte bajo, con aromáticas
plantas, para que nadie las olvide. Con mucha historia cargada a sus costillas, desde las pinturas de arte
rupestre, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, hasta nuestros
días, pasando por conquistas y reconquistas, cuyos señores dejaron palacetes,
lonjas, que pueblan plazas y calles de localidades llenas de encanto, cuyos
habitantes han sabido a través de los siglos sacarle el provecho al bien más
preciado, al agua.
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Torre Piquer |
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Comenzamos la ruta |
Morrón de Viñas. Salimos de Berge por el camino de Seno (PR TE-53),
cruzando el Guadalopillo en los primeros compases. Justo donde dejamos a
nuestra derecha el desvío para subir a la ermita de la Virgen de la Peña,
patrona del pueblo, cruzamos el barranco del mismo nombre, por el que seguimos,
hasta el kilómetro 3,8 aprox., donde dejamos los rodantes y nos echamos a andar,
ya en el denominado camino a Santolea. Y lo hacemos por pista de tierra, con
nuestro objetivo a la vista, por entre campos de cereal. Los acompañantes de
hoy son Javier, Miguel, Luis, Alberto y Víctor.
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Carrascas subiendo al Morrón |
Enseguida se nos pone a tiro
visual la medieval Torre Piquer, dominando el barranco de Valdecastillo. Una
torre que presume de vigilar el paso entre Alcorisa y Berge con Seno y
Castellote, y que ve cómo la declaración de Bien de Interés Cultural de 2006 no
consigue sacarla de su lamentable estado. Esto ya lo vemos en los escritos, a
ver si nos lo cuenta a la vuelta, que será objeto de nuestra visita. A los
veinte minutos, al poco de desviarnos a la izquierda para tomar el camino de
Molinos, sin señalización alguna, Luis nos mete monte a través por esos sitios
que sólo él sabe, para en media hora de transitar por ese monte bajo de
romeros, enebros y sabinas, con alguna sorprendente carrasca, llegar hasta una
de las alturas de la Sierra de Caballos, al Morrón de Viñas, desde donde se
contemplan buenas panorámicas sobre la redolada, y por donde los participantes
de la Maestrail disfrutan y sufren a partes iguales. También vemos restos de
trincheras de la última contienda que nos asoló.
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Restos de las trincheras |
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Chopera del barranco Del Redondo |
Decidimos bajar por donde lo hace
el trail, encontrándonos un ancho sendero limpio a tal efecto. En veinte
minutos alcanzamos la pista, y en otros tantos cruzamos el barranco Del
Redondo, tras de lo cual nos metemos por un sendero a mano izquierda, dibujando
un importante giro hacia el norte. Ese sendero va colgado por unos riscos sobre
el citado barranco y su chopera, sacándonos de nuevo a la pista, por la que
alcanzamos el mas Ruiz, que aún conserva su conjunto de casas y cuadras, era y
algún apero viejo. Todo ello sobre un arroyo generado por una fuente, que
cruzamos para llegar al famoso latonero, que aprovechamos para contemplarlo de
cerca echando un bocado, y que bien se merece ser incluido en esa lista de Árboles y Arboledas Singulares de Aragón
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Latonero del mas de Ruiz |
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Mas Ruiz |
Seguimos por un sendero próximo
al canto de una serie de campos aterrazados, que subimos, hasta llegar a un
amplio collado, donde nos encontramos su simetría en descenso, con la Torre
Piquer ya a la vista, a la que llegamos en dos patadas. Se trata de una torre
medieval, citada anteriormente, y que nos ve desfilar ya hasta los cercanos
vehículos, a los que llegamos tras recorrer 9,8 km, en 3h 5’ de tiempo total,
del que 2h 30’ han sido en movimiento, con un desnivel acumulado de 565 D+ y
D-.
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Panel informativo del PR TE-16 (STA) |
Morrón de Tolocha. Nos desplazamos más al este para nuestro
siguiente objetivo, el Monte Tolocha, a cuyo Morrón queremos asomarnos. Para
ello nos llegamos hasta Foz de Calanda, a cuya entrada encontramos ya el mural
que nos da noticia del PR TE-16, recientemente elevado a la categoría de
Sendero Turístico de Aragón. Hay una ruta que lo sube directamente, pero
creemos más interesante hacer la circular completa, que se traza en forma de
ocho tumbado, haciendo el primer círculo en dirección horaria, y a la contra el
segundo. Y lo hacemos con Javier y Alberto, que para eso estamos en su pueblo.
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Hacia el Monte Tolocha |
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Sendero por el pinar |
Salimos del pueblo por el llamado
camino de Tolocha, y apuramos aún unos cientos de metros con el vehículo, justo
hasta donde comienza la circular. Tomamos, pues, el ramal de la izquierda, para
volver por el de la derecha. Unas nubes bajas nos han ganado la partida, y han
llegado al Morrón antes que nosotros, pero partimos con la confianza de que se
hayan alejado antes de nuestra llegada. Tras circular por pista junto a campos
de cereal y olivos, nos vamos metiendo en el pinar, al tiempo que se va
empinando el sendero. Al cabo de media hora ya hemos llegado al primer cruce, y
tras unas decenas de metros de tramo común con el retorno, el segundo.
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Primer hito a subir. |
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Pantano de Calanda |
Comenzamos este segundo bucle por
la derecha, para alcanzar el collado que nos da vista sobre la vertiente sur,
donde destacan esas grandes extensiones de minas de carbón a cielo abierto,
unas en activo, y otras ya explotadas y regenerado, o en proceso, el terreno.
Seguimos por nuestro sendero en dirección este, para alcanzar una primera cota
de unos 750 metros, a través de una corta y divertida subida por entre el
roquedo, y a continuación sólo nos queda acercarnos hasta el Morrón, que con
sus 790 metros es el punto más alto de este Monte Tolocha, que domina el
retorcido embalse de Calanda, que regula las aguas del río Guadalope, y que con
una capacidad de 54 hm3, está a poco más de la mitad de su capacidad. Su caudal
se emplea para los riegos de una amplia zona del Bajo Aragón, y también para
abastecer la Central Térmica de Andorra, a través de unos centros de bombeo.
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Señales de PR por el roquedo |
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Maroma y lajas para asegurar el paso |
Junto al vértice geodésico
encontramos una bandera de España, como si hubiera alguna duda. También un
pequeño lecho de pajas bajo una sabina, con pinta de servir de alojamiento a
algún belén. Seguimos las marcas blancas y amarillas, y pronto nos encontramos
un corto, pero vertiginoso, tramo, en el que hay unas lajas de piedra a modo de
escalera, todavía sin terminar de asentar, y una maroma por si hay que echar
mano de ella, que no es el caso. Unos entretenidos zigzag por el bosque nos
llevan hasta la pista, por la que ya volvemos, desviándonos unas decenas de
metros para visitar la ermita de Nª Sª de las Nieves, de reciente fábrica
(1979), ya que la anterior reza con escafandra bajo las aguas del pantano.
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Ermita de Nª Sª de las Nieves |
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A la vuelta, nos metemos de nuevo en el pinar |
Salimos de nuevo a la pista, que
llegamos a abandonar, en brusco giro a la izquierda, para por el canto de unas
oliveras, meternos de nuevo al pinar por un sendero que zigzaguea y que va en
busca de esos dos cruces al terminar este segundo bucle. Ahora sólo nos queda
concluir el primero, por el que iniciamos la ruta. A través de la Cantera del Pinar, llegamos a un amplio cortafuegos,
por cuyo sendero bajamos hasta dar con una reciente pista, más todavía que el
señalizado sendero, por lo que en un corto tramo se pierde esa señalización.
Unas decenas de metros a la derecha y tomamos a la izquierda el viejo sendero, que ya en poco
nos lleva hasta el coche, no sin antes contemplar el espectáculo de cuatro
grandes machos de cabra montesa en los primeros campos que nos encontramos, en
los que ya verdea el cereal.
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Foz Calanda |
Nos han salido 12,2 km, con 3h 20’
de tiempo total, del que 2h 50’ han sido en movimiento, con un desnivel
acumulado de 700 m D+ y D-, por este PR TE-16 que ha engrosado la lista de los
Senderos Turísticos de Aragón.
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Fuente del Moré |
Ginebrosa. Cinco de la tarde de largo, nos dará tiempo de rematar la
faena con otro? Lo intentamos con Miguel, saliendo de Calanda, su pueblo, con
la idea de que nos va a costar como una hora entre la aproximación en vehículo
y la llegada final a esta nueva cumbre, repartida entre La Ginebrosa y
Torrevelilla, y vuelta, naturalmente. Salimos por la A-226 dirección a Mas de
las Matas, para tomar la A-2406 justo antes de cruzar el canal de Calanda y el río
Guadalopillo a continuación. A los seiscientos metros, la dejamos para meternos
por el camino del Desierto, que al pronto seguimos por su ramal derecho. En un
laberinto de pistas, sobre el mapa vemos que dejamos a la izquierda el llamado
Rincón Caliente, para alcanzar el camino Gramenales Altos, y a la altura del
barranco de la Zahoyera, en un rincón encontramos la fuente del Moré, que
visitamos.
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Convento del Desierto de Calanda |
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Fachada principal del monasterio |
Tenemos ya a tiro visual el
Convento del Desierto de Calanda, al que llegamos tras unas cuantas revueltas
más. Se trata de un edificio barroco de enormes dimensiones, fundado bajo la
advocación de San Elías, en 1682, aunque sin terminar de construir. Se dice que
anteriormente ese emplazamiento estaba ocupado por una casa de campo de una
pudiente familia, que fue añadiendo dependencia tras dependencia, hasta que los
Carmelitas Descalzos pusieron la vista en tan singular lugar, que reunía las
mejores condiciones perseguidas por la orden para su retiro espiritual, llegando
a reunir hasta 40 frailes, con los correspondientes servidores para el cuidado
de la gran finca. El fin lo tuvo en 1836 con la desamortización de Mendizábal, cuando
pasó a manos privadas, en las que aún sigue. Que nadie piense, pues, que las
privatizaciones, incluso las grandes privatizaciones, son de ahora, que ya se
inventaron hace siglos. Visitamos sus ruinas, que hoy en día están incluidas en
esa Lista Roja del Patrimonio, de la Asociación Hispania Nostra.
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Enormes dimensiones las del edificio |
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Por el monte, camino del objetivo |
Ya por el PR TE-14 seguimos hasta
el cruce del camino que viene de Torrevelilla, al que nos incorporamos en
dirección contraria hasta tener que dejar el vehículo. Por ancho camino de
monte bajo y joven pinar nos dirigimos hacia la sierra de La Ginebrosa. La
alternancia con tramos de pista se sucede, hasta llegar al collado y
encontrarnos con señales de Sendero Turístico de Aragón. Seguimos por la pista
a dos aguas, camino del mirador del Pilón, alcanzando antes de llegar a él este
vértice geodésico que señala la máxima altura de esta sierra, llamada como
ella.
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Con las últimas luces |
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Llegando al alto |
Justo tiempo para ver marchar el
sol a dar lección a otra parte, y emprendemos el descenso al trote gorrinero hasta
llegar al coche, con el que salimos ya en dirección a Torrevelilla. Desde la entrada en la pista por la carretera que veníamos de Calanda, hasta Torrevelilla, han
sido 18,2 km, para andar tan sólo 5 km, en 50’ de tiempo total, del que 45’ han
sido en movimiento, con 275 metros de desnivel acumulado D+ y D-. Hemos querido
hacer así la ruta para incluir el Desierto de Calanda y su Convento, pero por
ello nos hemos dejado otros puntos de interés, como Lo Salt. Volveremos.
Volveremos para hacer una ruta más integradora y racional.
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