IXOS MONS
Palomera (1.533 m)
San Ginés (1.601 m)
Lunes, 14 de noviembre de 2016
…
Hay en sus riberas
infinitos pueblos
Cuyos vecinos de sola
fruta
Grandísimo provecho
tienen,
Porque hasta la Corte
de Madrid llevan
…
Con estos breves apuntes
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Vega del Aranda |
recogía
el humanista y escritor holandés Enrique Cock, en sus Anales del Año Ochenta y
Cinco (1585), sus impresiones al paso por estas tierras, acompañando a Felipe I
en un viaje por el antiguo Reino de Aragón. ¿Que a qué se estaba refiriendo?,
pues al río Jiloca, el Siloca del Cantar del Mío Cid. El Jiloca que recoge al
Pancrudo y con ambas aguas riega una fértil vega, hasta se rendir en el Jalón a
la altura de Calatayud, y que trae sus
esencias hasta el mismísimo Ebro aguas arriba de Zaragoza. El Jiloca que se va
abriendo paso entre sierras de ese Sistema Ibérico, Palomera y Menera en este caso. El Jiloca que da nombre a
toda una comarca. El Jiloca cuya depresión hemos contemplado desde dos puntos
distantes, pero cercanos, como son el Palomera y el San Ginés, uno a cada lado
de esas dos comarcas hermanas, como son la suya propia y la de Teruel, de donde
es Pedro, del CM Javalambre, nuestro acompañante de hoy.
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Ruta de la Virgen del Castillo, en Aguatón |
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Horno de la tejería |
Palomera. Una desapacible mañana nos recibe en un desierto Aguatón,
a donde llegamos directamente por un desvío de la A-23, y desde donde comienza
nuestra ruta de hoy, concretamente junto a los lavaderos. Los primeros 8 km los
hacemos en coche por buena pista, de los que 2,5 están asfaltados. Dos puntos
de interés a destacar en ese trayecto motorizado. En primer lugar, y al poco de
salir nos encontramos lo que queda de la tejería de Silverio Royuela, que dejó
de funcionar en 1946.Y lo que nos queda es parcialmente el horno y una caseta.
Con arcillas del cercano barranco del Majanillo, aquí se fabricaban para venderlas en este
municipio y los colindantes.
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Ermita de la Virgen del Castillo |
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Pórtico de la ermita |
Seguimos por la pista, y a unos
6,4 km del pueblo se encuentra la ermita de la Virgen del Castillo, cuya
construcción actual data de 1727, habiendo noticias de mucho antes. La
tradición, que alimenta siempre a este tipo de emplazamientos, cuenta que sobre
1170 se apareció la virgen como agradecimiento tras haber conquistado el
territorio para los cristianos. En 1634 se creó una cofradía que agrupó a
gentes del pueblo, Torrelacárcel, Santa Eulalia, Torremocha, Villarquemado y
Singra que concurría los días 13 y 14 de septiembre para ganar las indulgencias
plenarias concedidas por la bula del Papa Urbano VIII.
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Arranque del sendero |
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Llegando al roquedo cimero |
A 8,2 km de Aguatón nos
encontramos la pista cerrada por una sirga, lugar donde dejamos el vehículo y
nos echamos a andar, encontrando enseguida a nuestra derecha el arranque de un
sendero con baliza de PR, que se mete por un empinado barranco, y que al cabo
de unos 20’ nos sube a un collado que nos da ya vista a toda la depresión del
Jiloca. Aquí nos incorporamos al SL-TE 3, señalizado como Sendero Turístico de Aragón.
Con nuestro objetivo a la vista, siguiendo el sendero alcanzamos el pie del
roquedo cimero, a donde llega una estrecha canal que lo sube desde el oeste.
Unos cuanto pasos más, y llegamos arriba, donde conviven dos vértices
geodésicos, uno a la altura del suelo, y otro aupado a un gran pedestal de
piedras, como de cinco metros, al que no somos capaces de subir debido al
desatado viento reinante. Desde el punto más alto de la Sierra de Palomera, las
vistas son impresionantes, especialmente hacia esa depresión del Jiloca,
dejándose ver tras ella, nuestro siguiente objetivo, el San Ginés.
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Canal que da acceso a la cima por la cara oeste |
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Súper vértice geodésico |
Para el descenso, optamos por
bajar por el este, hasta un collado cercano, desde donde parte un estrecho,
pero definido sendero que nos lleva hasta la pista, que siguiéndola alcanzamos
la sirga, y detrás, el vehículo. Desde el pueblo han sido 19,7 km., habiéndole
dedicado 2 h de tiempo total, del que 1h 35’ han sido en movimiento, para salvar
en torno a 630 metros de desnivel acumulado D+. El tramo andando, desde la
sirga, han sido 3,5 km., que hemos recorrido en 1h 10’ de tiempo total, del que
55’ han sido en movimiento, con unos 260 metros de desnivel acumulado D+. Una
buena mañana entre carrascas y cierzos.
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Arranque desde Peracense |
San Ginés. Desde Aguatón, nos dirigimos de nuevo a la A-23, que
enfilamos dirección Zaragoza, para salirnos a la altura de Villafranca del
Campo, que atravesamos para llegar finalmente hasta Peracense, ofreciéndose ya
durante el camino ese alto de San Ginés, coronado por un sinfín de antenas,
entre las que destaca una de cerca de cien metros de altura. Al pasar por
el pueblo, nos sorprende el edificio de
la iglesia, de piedra rodena, esa arenisca rojiza tan pegada al terreno. En la
parte alta, y con la silueta ya de lo más visible de su castillo, se encuentra
un apartadero, con peirón y abrevadero, donde dejamos el vehículo.
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GR 24 |
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Castillo de Peracense |
Pero detengámonos un momento ante
tal monumento. Se trata de uno de los castillos más bellos y desconocidos de
Aragón. Situado sobre un montículo de arenisca, muy escarpado, en la parte más
meridional de la Sierra Menera. Con restos arqueológicos correspondientes a la
Edad de Bronce, se sabe que ha tenido uso a lo largo de la historia, debido
entre otras cosas a su singular emplazamiento entre la riqueza minera de los
alrededores y la rica vega del Jiloca. Ha estado en manos islámicas, y
finalmente ganado a la cristiandad por los vecinos de Daroca, según se informa
en el Fuero de Daroca, otorgado por Ramón Berenguer IV en 1142. Posteriormente,
vuelve a ganar importancia estratégica al ser muga entre Aragón y Castilla. Con
la reunificación de ambos reinos va perdiendo su hegemonía, volviendo a estar
activo en las guerras carlistas.
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Destinos rotos |
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Objetivo a la vista |
Pero nosotros a lo nuestro, que
es echarnos a andar desde este punto situado en lo alto del pueblo, y donde
tomamos ya el GR 24 dirección Pozondón. Un GR señalizado como Sendero
Turístico de Aragón. Enseguida cruzamos las antiguas vías del tren minero, que
transportaba el hierro desde las minas de Ojos Negros hasta el Puerto de
Sagunto, y que languidecen a la espera de poner en valor ese itinerario. Tras
pasarlas, la pista empieza a enseñarnos los dientes con un desnivel
considerable, pero siempre sin dejar de ver nuestro objetivo.
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GR 24, en un incomparable escenario junto al castillo de Peracense |
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Sendero entre jaras |
En veinte minutos llegamos a un
alto, el collado del Mirador, en el que tomamos un sendero a mano izquierda,
siempre de la mano del GR. Este sendero discurre por entre pinos y retorcidas
jaras, hasta alcanzar una pista de cemento tras unos roquedos. Desde allí ya
son cuatro pasos para llegar hasta la ermita de San Ginés, en una amplia cima,
acompañada por un buen puñado de antenas, los restos de una torre de vigilancia
y el vértice geodésico, entre roquedo y sabina rastrera. De nuevo la mirada
tiene la oportunidad de expandirse hasta el infinito a los cuatro costados.
Menos viento que en el Palomera, pero tampoco vamos mal servidos.
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Llegada a la amplia cima |
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Juego de la Calva |
Al filo de comenzar el descenso,
junto a esa pista de cemento, hay una pequeña explanada de hierba en la que se
intercalan algunas grandes piedras. El amigo Pedro, que estuvo en Peracense de
Maestro durante algunos años, me cuenta que cuando se subía de romería a la
ermita, era tradición jugar a la Calva, que consistía en tirar piedras desde
una de las grandes del terreno a otra, distante como unos diez o doce metros,
con un sencillo sistema de puntuación: si se le daba directamente, dos puntos;
y si era de rebote, uno. Gentes sencillas con juegos sencillos, sin
actualizaciones de versión, sin problemas de espacio en la memoria, sin incompatibilidades…
en fin, otros tiempos.
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Restos de la torre fortificada |
El descenso lo hacemos por el
mismo itinerario. Bajada por el sendero hasta la pista, hasta ese mirador desde
donde se tiene buena vista sobre el castillo de Peracense, a cuya localidad
llegamos en un pis pas, tras haber recorrido 5,2 km, en los que hemos invertido
1h 45’ de tiempo total, del que 1h 20’ han sido en movimiento, con 370 metros
de desnivel acumulado D+.
Una jornada, en definitiva, en la
que nos hemos aupado a dos extraordinarias atalayas sobre el Alto Jiloca, el
Palomera y el San Ginés, con 630 metros de desnivel acumulado D+, con 3 horas
de tiempo total, del que 2h 15’ han sido en movimiento, y con 9 km en total,
que no son muchos, pero los suficientes para que hayamos disfrutado de estas
tierras fronterizas que lo fueron, a uno y otro lado del Jiloca, escenarios de
pugnas y batallas, y apacibles, quizá demasiado, hoy en día.
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