De Lacuniacha a Canfranc
Domingo, 5 de julio de 2015
Muchismo rato, que diríamos por
aquí. Mucho tuvo que emplear el Escultor de los Orígenes para ir rellenando el
espacio tan armoniosamente como lo hizo. Todo tiene su sitio, nada hay fuera de
él. Luego vino el Escultor del Tiempo,
quien con sus aguas y vientos, fue cincelando, fue pintando, fue llenando de
belleza y color estos enormes gigantes de atormentadas rocas, que nos muestran
en sus entrañas esas huellas que los elementos han incrustado en ellas.
Nuestro paso por estos lares pretende no restar ni una brizna de yerba, no
restar ni un suspiro a su aire, no restar ni una pluma de las invisibles alas de
esta tierra que casi vuela. Hoy nos echamos de nuevo al monte con la vocación
de acariciarlo y de dejarnos acariciar, de cuidarlo y de dejarnos cuidar, de bendecirlo
y de dejarnos bendecir. Hoy nos echamos al monte.
De caricias va el tema |
Toño, Javier, Paco y el que
suscribe. Cuatro mayencos, cuatro. No muchos, pero de raza, son los que damos
cumplimiento un día más al programa de montaña del club para acometer esta ruta
que une valles y atraviesa montañas por alguna de sus entrañas, dando nuestro
primer paso en Lacuniacha, muy próximo a Piedrafita de Jaca, en el Valle de
Tena, y el último en el Puente de Arriba de Canfranc pueblo, en el Valle del
Aragón. Entre uno y otro, han sido miles de ellos los que nos han llevado por
lugares de extraordinaria belleza y poco visitados, como la Rinconada de Arbenuso,
la cuenca de Bucuesa y la de Ip. A la primera le dan la espalda los macizos de
La Partacua y el cierre SE del Circo de Ip, pero lejos de guardarles rencor,
les muestra su lámina de agua para verse reflejados. Y qué decir de la segunda,
flanqueada por macizos y cordales, picos, puntas y palas, que forman una corona
abierta al oeste para dar salida a las aguas contenidas en ese ibón de Ip.
Pletas que refrescan visualmente |
Esta nueva excursión se gestó con
la vocación de visitar el ibón de Bucuesa, y hacerlo desde Acumuer, su salida
natural. Pero la ambición se apoderó del proyecto, y con respeto, mucho respeto,
se despreció por culpa de la tediosa pista entre esta población y el Churrón,
donde termina. Sus ocho kilómetros en un valle cerrado y con estas inusuales
altas temperaturas, hubieran sido fatales, especialmente al regreso. De modo
que elegimos un valle más abierto, pero mucho más, como es el de Tena, y aun
recorriendo una distancia superior no dudamos en organizarlo como travesía,
consiguiendo igualmente la visita… y mucho más. No son todavía las ocho de la
mañana cuando partimos de Lacuniacha con unos cielos cubiertos, raros, incluso
algo amenazantes, pero lo que es seguro es que nos harán de sombrilla, al menos mientras duren. Burlamos
alguna de las lazadas de la sinuosa pista, entre donde se encuentra, durmiendo entre los matorrales, el dolmen de
Las Lastras.
Telera y sus corredores |
Si alguien tiene hipo, y no se
encuentra muy lejos de aquí, recomendamos este recorrido bajo las faldas de
esta imponente sierra, en la que cada cuenta del rosario se asoma para no
perderte de vista. Altivas, serenas, se van sucediendo mostrando sus verticales
entrañas, más bellas cuanto más avanzas, como si se reservaran para el
esfuerzo. ¡Qué grandes lecciones nos da siempre la montaña! Dejamos atrás el
barranco del ibón de Piedrafita, que se ve las caras con esta Plana Alta de Boj
y seguimos nuestro deambular por entre estas lomas y vaguadas, que como
síncopas del terreno se van alternando en nuestro discurrir.
En progresión por la Canal del Pan |
Tres horas y media, parada bocado
incluida, median hasta formar parte del paisaje de la Rinconada de Arbenuso.
Dejando atrás la Canal del Ganado, una de las opciones para superar los
murallones del circo, nos acercamos ya a la entrada de la del Pan, que nos
recibe con sus migajas… por decirlo fino. Unas migajas en forma de empinado e
inestable canchal que se nos antojan las petrificadas babas de las fauces que
tenemos que asumir nos van a tragar de pleno. Poco a poco, la pendiente se va
haciendo mayor, lo que coincide con la aparición de la roca de este
desfiladero. Una roca noble, pero que hay que ir tanteando con las cuatro
extremidades antes de asirnos a ella. Media hora escasa trepando nos lleva
superarla, que sin demasiada dificultad técnica, sí que merece toda nuestra
atención. Media hora decimos para auparnos a ese gran plató que alberga en su
seno al ibón de Bucuesa, dando el mismo nombre también a uno de los picos que
en él se reflejan. De orientación norte sur, este valle que aquí comienza, es
surcado por el río Aurín, que se rinde al Gállego en Sabiñánigo, junto a la
población con la que comparte nombre, yendo ya humanizado desde Acumuer.
Somolas y Peña Nevera |
El Hombro y la Punta Ezcarra |
La llegada aquí confirma eso de
que no nos salían las cuentas, y es que contrariamente a lo que pensábamos, no
estamos en el collado definitivo. Tenemos, pues, que rodear la parte alta de
este circo a través de un relativo cómodo canchal sin excesiva pendiente, y que
alberga todavía algún nevero tardío que no se ha querido perder el compartir
espacio y tiempo con los primeros latigazos estivales. Lo que sí nos sorprende
es que encontremos marcas rojiblancas de GR, más cerca de ser recientes que de
demasiado viejas. Cinco horas y cuarto para llegar, ahora sí, a esa divisoria
de grandes cuencas, Gállego y Aragón, que lo es también de las comarcas por
ellos regadas como principales caminos de agua. Ahora sí, decimos. Tras pisarles los pies al Bucuesa, Píquez, Águila y Campanils de Ip, nos colamos por
entre la brecha que dejan estos últimos y el siguiente que es La Balsera, que se
convierte en el Hombro de Ezcarra, continuando hasta la mismísima Punta del
mismo nombre. Estamos a 2.540 metros de altitud, y se puede considerar la
cumbre de la jornada. Dejamos atrás los espacios tensinos para abordar los del
Aragón a través de esta hermosa cuenca de corto nombre, Ip, abierta a ese gran
río al que rinde.
Edelweiss, la más bella, la más alpina |
Delicioso bosque |
Las fotos, en: https://picasaweb.google.com/chematapia/LacuniachaCanfranc
me encanta esa canal del Pan, a ver si puedo aprovechar vuetra traza y me voy en agosto con algún inocente al que le guste el monte
ResponderEliminar... no toigo... juas, juas...
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