Año XIII. Entrega nº 901
Ni la más remota idea de quién ha acuñado esta frase, pero nos ha encantado para traerla hoy aquí: “Estando al lado de grandes personas, te dará la posibilidad de hacer grandes cosas”.
Y como nos gusta buscar el paralelismo entre los mundos humano y natural, que no es difícil encontrarlo, porque al fin y al cabo son el mismo, la extrapolamos a las montañas, y se la dedicamos a la de hoy, al pico Paderna, un bellísimo promontorio entre el barranco de Alba al sur, y el valle principal al norte que tendría que acoger a esas aguas mediterráneas que la naturaleza de los intestinos pétreos le han permitido discurrir hacia la cuenca atlántica. Estando al lado de los grandes, esas Maladetas, le permite la posibilidad de hacer grandes cosas, que son las de mostrarte unas increíbles vistas 360º gracias a su aislamiento.
Y allí es donde ponemos nuestro punto de mira. Aprovechando que ha concluido la temporada del bus en el Parque Natural Posets-Maladetas, nos acercamos con el vehículo hasta la Besurta, para dar comienzo a la ruta, de la mano del GR 11.5, esa variante del principal señalizado a raíz de la puesta en marcha del refugio de Cap de Llauset para, en dos etapas, más otra del GR 11, dar la vuelta al gran macizo de Aneto-Maladetas, como ya hicimos hace un par de años.
Al poco de salir, tomamos el desvío para subir al refugio de la Renclusa, a donde llegamos en cuarenta minutos. Continuamos la ruta de la mano ya del barranco de Alba, que toma el nombre de uno de los grandes del lugar, a cuya sombra se alza el pico Paderna, que ya va rompiendo el horizonte. Vamos tomando altura por el pinar, hasta ponernos de nuevo a la altura del arroyo, que cruzamos por una palanca, muy cerca de un apacible paraje en el que las aguas serpentean a placer.
Subimos una pequeña loma para saludar al ibón de Paderna, o de Renclusa, que lo encontramos ahí, a lo suyo, jugueteando con los rayos de sol que templan su lámina de agua. Continuamos por sendero definido, hasta que deja de serlo al pasar por un corto tramo de grandes bolos, pero con hitos, que te impiden salirte del itinerario. Superado, llegamos hasta el final del sendero por el fondo del valle para dar comienzo a la subida, que hacemos de forma directa hasta el collado de Paderna, al que llegamos no sin esfuerzo, lo que aconseja tomar otro itinerario para bajar.
En el collado se nos desliza la vista hacia el valle principal a través de los llamados Tubos de Paderna. Es aquí donde recobra valor la frase de introducción. Una montaña humilde como ésta, apenas pasa de los 2600 metros, se ha sabido aprovechar de estar junto a otras que pasan de los tres mil, y la hace grande. Grande en porte, grande en vistas, grande en la amabilidad con la que nos ha acogido. Pero antes de subirlo, y de degustar esa acogida, nos aupamos al cabezo de enfrente, porque está ahí.
Un pequeño, pero precioso valle, transitado tanto en verano como en invierno, con esta ruta a uno de los escuderos de los grandes, que hemos recorrido, con salida en la Besurta y llegada en la Renclusa, en poco más de cuatro horas y media, los 6,9 km, salvando un desnivel acumulado de en torno a los 765 m D+ y 525 m D-. La altura máxima, la de los 2627 m del pico Paderna.
Web:
Las fotos, con sus comentarios, y el track
* La publicación de la ruta, así como del track, constituye únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.
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